También hay naranjas callejeras. Son las agrias, de desagradable sabor aunque muy apreciadas en la cocina. Adornan con su color calles y plazas de muchos pueblos y ciudades que todos conocemos. Cuando llegan a su madurez, y como cada año, van directamente a su fin último, la basura.
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En la calle Real de San Pablo de Buceite hay muchos naranjos, que esta fría y soleada mañana se afanaban en dejar sin su fruto dos empleadas del ayuntamiento, ante la posibilidad de que a las naranjas les diera, de pronto, por dejarse caer al suelo ensuciándolo. Mañana, se queda lista la calle entera.
Por desgracia este año las otras naranjas -las de las vegas-, muchas de ellas, correrán la misma suerte que las callejeras.
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