viernes, 30 de septiembre de 2022

Simón Blanco descubre un nuevo yacimiento de arte rupestre "El conjunto del Totem" en la cabecera del río Hozgarganta en Jimena de la Frontera

Por Simón Blanco Algarín, miembro de APAS.

El conjunto del Totem. Un yacimiento rupestre protohistórico en la cabecera del río Hozgarganta.

Entre el 23 de mayo y el 15 de julio de 2022 tuvo lugar por parte de Simón Blanco Algarín, miembro de la Asociación para la Protección del Arte Sureño APAS, la localización de un nuevo conjunto rupestre formado por cinco estaciones en la cabecera del río Hozgarganta, donde destaca por su mejor conservación y complejidad el denominado abrigo del Totem IV.

Este agreste territorio que recoge las aguas de las estribaciones nororientales de la sierra del Aljibe, supone uno de los grandes vacíos rupestres en las areniscas aljíbicas, comportándose como una “tierra de nadie” que separa los dos frentes periféricos y más esquemáticos del Arte Sureño, el núcleo rupestre que orbita alrededor de la población actual de Jimena de la Frontera en el curso medio-bajo del río Hozgarganta y el núcleo rupestre del río Guadalcacín, principal afluente del río Guadalete, actuando el conjunto del Totem como un auténtico marcador fronterizo entre dichos poblamientos protohistóricos.

Las distintas ubicaciones rupestres del Totem delimitan una amplia terraza aluvial que se desarrolla sobre la margen derecha de uno de los principales manantiales que nutren al río Hozgarganta. Esta plataforma sedimentaria presenta un gran potencial agrícola y ganadero como puede deducirse tanto de la apropiación simbólica de este territorio por parte de la comunidad campesina protohistórica como de los posteriores ranchos que se concentraron en esta llanura.

Lejos de la temática animalística y las escenas venatorias tan características del Arte Sureño de la Janda y la cuenca del río Palmones, el arte rupestre del conjunto del Totem gira en torno a un arte esquemático avanzado que es homogéneo y culturalmente coherente con estos dos conjuntos afines pero estancos que se desarrollan a lo largo de la divisiones administrativas que separan Jimena de la Frontera, Jerez de la Frontera y Cortes de la Frontera o lo que es lo mismo a lo largo de la linde entre las provincias de Cádiz y Málaga.

El paraje que alberga a estas pinturas, sigue estando en la actualidad densamente arbolado con alcornoques centenarios, lo que ha contribuido a falta de buenos contenedores donde desarrollar el arte rupestre, a la conservación efímera de motivos pictóricos en superficies sin apenas resguardo. Es precisamente en la fachada de la laja que alberga el Totem III y IV, donde puede verse con claridad que estos lajeados son los biotopos aljibicos que primero acusan la falta de regeneración del alcornocal, probablemente debido a que se trata de suelos rocosos menos profundos que los de los alrededores y con una mayor refracción térmica, provocando la perdida de alcornoques que hacían de pantalla contra los factores climáticos adversos como la insolación y la abrasión eólica.

A continuación, una vez comunicado el hallazgo a las autoridades competentes a través de Lorena Benítez, miembro de la asociación TANIT, haremos una breve descripción de las distintas estaciones, centrándonos en la más interesante que como ya indicamos anteriormente es la superficie del Totem IV.

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El yacimiento del Totem I, es un minúsculo abrigo en el lateral de un banco de arenisca que se alza sobre la propia mesa elevada por la acumulación de sedimentos. Solo presenta algunas líneas y restos de pintura pero más allá del limitado valor gráfico, el entorno inmediato parece el ideal para albergar el campamento que diera soporte al grupo humano que pinto estos abrigos por lo que podría presentar valor arqueológico (Fig1). 

Image Fig 1. Izqda: Abrigo del Totem I; Dcha: Trazos y restos en el interior del Totem I

El abrigo de Totem II es un abrigo de tamaño mediano que ha perdido parte de la visera derecha. Las pinturas se localizan en un panel fragmentado a causa de este desprendimiento, por lo que a pesar de contar con más motivos que el abrigo del Totem I, estos están igualmente mal conservados por lo que tampoco revisten mayor interés, reduciéndose nuevamente a varios grupos de líneas y restos de pigmento rojo (Fig2).

Image Fig 2. Izqda: Exterior del abrigo del Totem II; Dcha: Trazos y restos en el interior del Totem II

El abrigo del Totem III es una anómala ubicación rupestre a la intemperie cuya justificación se debe a que se encuentra contigua y en la misma laja que alberga el abrigo del Totem IV. Se trata de tres superficies verticales alineadas que de forma escalonada se aproximan al abrigo superior que es el más relevante. La conservación aunque especialmente deficiente por la exposición solar, reviste interés por su propia ubicación y por intuirse varias agrupaciones de antropomorfos complejos que nos estarían dando claves sobre la organización tribal de este grupo humano (Fig3).

 Image Fig 3. Abrigo del Totem III. Alineamientos de antropomorfos

El abrigo del Totem IV tampoco es un verdadero abrigo sino una amplia pared ligeramente cóncava muy superficial que se encuentra dividida en dos partes por una grieta vertical. Aunque a priori no parece que haya pinturas por la gran exposición solar y eólica a la que está sometido esta superficie, en el interior de la grieta se han conservado de forma notable dos paneles con figuras de evidente valor gráfico y con importantes connotaciones territoriales.

El panel inferior presenta un ídolo antropomorfo de aspecto cruciforme con las extremidades rígidas en doble T, al que han añadido la cabeza y un tocado que han solucionado con una barrita horizontal pero más corta que para las extremidades. Además, el ídolo presenta tres líneas curvas muy finas y concéntricas que se proyectan desde sus extremidades superiores hacia las inferiores. Esta misma figura se localiza en el cercano y compacto conjunto rupestre del Guadalcacín, en abrigos punteros como el Laurel o las Hornacinas Pintadas, por lo que con toda seguridad estamos hablando de un mismo territorio que tenía en la cabecera del río Hozgarganta los límites meridionales de su zona de control (Fig4). 

Image Fig 4. Comparativa ídolos antropomorfos. Izqda. Panel inferior Totem IV; Dcha. Abrigo de las Hornacinas Pintadas.

Por otro lado, el panel superior presenta dos fases de ejecución superpuestas, la más antigua formada por una pareja de signos, el de la izquierda una figura arboriforme con las extremidades en ángulo que se solapa por la parte inferior con la de la derecha que es una figura formada por varios círculos engarzados por un eje vertical que se denomina halteriforme pluricelular. Esta última figura, escasa en las representaciones postpaleolíticas del orbe esquemático, presenta su paralelo más cercano en el conjunto rupestre del Peñón de la Virgen en Almería donde son considerados al igual que los halteriformes simples como ídolos antropomorfos.

 Superpuesta a esta asociación arboriforme-halteriforme, hay una maraña de líneas finas como las del panel inferior pero sin aparente orden y sin que parezcan estar vinculadas a estas figuras como si ocurre con las que se superponen al ídolo antropomorfo y se proyectan tangencialmente del mismo. Estas superposiciones podrían estar vinculadas con los mecanismos de consolidación de los límites territoriales (Fig5).

 Image Fig 5. izqda. Panel superior Totem IV; Dcha. Ídolo oculado en el abrigo de la Laja Perdida.

El abrigo del Totem V se desarrolla en la base de un potente afloramiento de areniscas que se encuentra embutido en el alcornocal que cierra por su zona meridional el circo rocoso donde se suceden los distintos abrigos del Totem. La desfavorable orientación del abrigo al levante, la propia superficialidad del abrigo y los inevitables avatares del tiempo han reducido las pinturas a algunos trazos rojos y restos que se distribuyen por las hornacinas más resguardadas del abrigo (Fig6).

Image Fig 6. Izqda: Exterior del abrigo del Totem V; Dcha: Trazo rojo en el interior del Totem V

Como conclusión, todos los abrigos que rodean la estación principal del conjunto, el Totem IV, conservan un discurso de carácter críptico que se reduce a la presencia de barras y algunos restos que derivan de los símbolos más elementales del arte esquemático. Por otra parte, la gran homogeneidad gráfica de los abrigos secundarios, revelan una cronología sincrónica para el conjunto, a la vez que la parquedad de estas manifestaciones, resaltan el significado y el valor de los motivos antropomorfos de rasgos idoliformes del abrigo principal.

Finalmente, la presencia de un rosario de estratégicos yacimientos en las vías naturales que controlan los puertos de acceso desde la cuenca del Hozgarganta a la del Guadalcacín como el Zapatero (Navarro, Espinosa y Arroyo en 2008), el Totem (Blanco en 2022) o más recientemente, mientras se escriben estas líneas el descubrimiento del abrigo de la Laja Perdida (Blanco en 2022), se debe al intento de controlar y advertir a las tribus campogiblaltareñas de los límites de este territorio fronterizo, sin descartar otros factores que también podrían incidir en su existencia como el acceso a un territorio de grandes recursos naturales, donde destaca la propia reserva cinegética de Cortes y los primeros afloramientos calcáreos que caracterizan la serranía de Ronda.

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AMANECER DESDE EL TOTEM V.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Eres un monstruo, un Colón, un Blancocertero, un Magallanes de Jibraltar...pitxa.
Se te agradece esa labor que tantas jaquecas produce en Cultura y...Fedetxu.