Dicen las crónicas deportivas que Sergio Ramos, jugador del Real Madrid C.F., anda enfadado con Nike, la conocida marca deportiva norteamericana, porque sólo le paga 600.000 euros al año por usar sus prendas, mientras otros colegas superan los dos millones.
Es decir, querido lector, cuando usted vea a Ronaldo, Nadal, o Alonso con una gorrita, un reloj o una camiseta de tirantes, no es por gusto ni por ir a la moda. No.
Para el excelente defensa, internacional en 118 partidos, esto es un agravio inadmisible, y como muestra de su congoja, juega, desde hace dos semanas, con botas negras sin anagrama que las identifique.
Y mientras tanto, la sombra de la explotación laboral vuelve a recaer sobre las principales marcas de ropa deportiva. Según informes internos de Nike, Puma y Adidas, más de trescientas de sus fábricas funcionan de manera fraudulenta, violando las normas mínimas que ellos mismos exigen en países como China, India o Pakistán, cuyos regímenes impiden que se lleven a cabo sanciones a “empresarios” que incumplen esas condiciones. Pero Nike, Puma, Adidas… y todos, miran para otro lado.
Algunas factorías incluyen trabajadores penitenciarios, menores de edad, establecen relaciones de servidumbre, u obligan a sus trabajadoras a realizarse test de embarazos para, en caso positivo,, despedirlas.
Querido lector, cuando se gaste cien euros en unas zapatillas deportivas, calcule cuánto se lleva Messi y recapacite sobre los sueldos de miseria de los niños vietnamitas que las cosieron.
2 comentarios:
Habia aqui dos comentarios que se han borrado criticando a Mata para que escriba del PSOE pero yo les diria que porque no dejan que escriba de lo que le de la gana, El que quiera que lo lea y el que no que no lo lea.
No se han borrado los comentarios.Por problemas técnicos que desconozco un par de entradas, entre ellas esta de Mata, estando publicada no se veía en el blog si accedias directamente, por lo que decidi publicarla de nuevo, y ahora hay dos. En la otra estaran los dos comentarios.
Perdonad las molestias.
Bernardo.
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