El pasado sábado me acerqué a una gran superficie de nuestro entorno. A la llegada, observé una afluencia de vehículos un tanto inusual, es más tuve cierta dificultad para encontrar estacionamiento, la situación me sorprendió un tanto.
En la puerta principal del centro comercial, se arremolinaban una cantidad ingente de personas, en su mayoría adolescentes, lógicamente acompañados de mayores.
No tardé mucho en conocer el porqué de esa concentración. Se esperaba la visita del dúo Gemeliers.
En una cuantas ocasiones escuché gritos, vi como los jóvenes corrían como si les fuera la vida en ello. A todo esto, la situación no me sorprendió para nada, ya que estamos acostumbrados a ese tipo de exteriorización que ralla la paranoia, con los famosos, cantantes, futbolistas, actores, etc.
Ajeno a todo aquel ajetreo, decidí tomar asiento en uno de esos incómodos sillones de la galería. Se me acerca una señora preguntando, donde podía esperar a los afamados gemelos, otra señora que estaba cerca se me adelanta y le indica que en la puerta principal. Sin preguntarle la segunda señora me comenta. Va lista la mujer, yo estoy aquí desde las doce de la mañana, (eran más de la siete de tarde), guardando cola junto a mi hija, a lo que le interpelo. Será usted de las primeras, ni mucho menos me responde, dieron 800 números y poco más de las diez se agotó, tendremos que esperar, si los artistas quieren firmar más autógrafos de esos ochocientos.
Por mi edad, mis gustos musicales, Los Gemeliers me dicen poco como cantantes, más bien nada. Los chavales no lo hacen mal, pero de ahí a convertirse en un fenómeno de masas, sinceramente no creo que lleguen a tanto.
Pienso que todo es un producto de los medios, sobre todo la televisión, que nos manipulan a su antojo, nos hace consumir lo que grandes Gerifaltes de los negocios quieren para su mejor provecho.
No son los primeros, antes han existido otros, no olvidemos a Los Pecos, que conocieron la gloría hasta que les duro la juventud, luego si te he visto no me acuerdo.
Picado por la curiosidad, desde la distancia observe a la multitud, esperando el deseado autógrafo y la consiguiente fotografía. Sin ánimo de exagerar, habría unas dos mil personas esperando. Cada fans, le daba un abrazo y dos besos a cada uno de los dos artistas. O sea , al final de la tarde, recibirían miles de abrazos y miles de besos.
Dice el proverbio que sarna con gusto no pica. Que el poder de los euros mitigará el sufrimiento, porque sus caritas así lo denotaban. Pero ni tienen edad ni formación ni es saludable, que dos menores sean explotados al margen de los supuestos beneficios obtenidos.
Es cierto que tienen dieciséis años recién cumplidos, que con esa edad, ya pueden integrarse en el mercado laboral. Pero hace mucho que vienen actuando en el mundo del espectáculo. No es menos cierto que otros con mucha menos edad, estás igualmente siendo explotados.
Me pregunto, ¿no se trata de explotación de menores?. Poderoso caballero es don dinero.
1 comentario:
Me pregunto, ¿no se trata de explotación de menores?. Poderoso caballero es don dinero.
Si señor,
este y otros muchos casos más
son efectivamente a mi entender
de menores, la explotación.
Pero y de lo que se hace
en el Sudeste Asiático,
con niños de muy pocos años
que, por miles, millones
en la industria están trabajando,
en las fábricas de confección
O cosiendo a mano
sentados en el suelo
los balones de futbol
que en occidente pateamos
y que también los utilizan
en los mundiales de futbol.
Al igual que en América Latina,
hay niños que entran
a trabajar a las minas.
hay muchos niños que trabajan
picando piedras
con un porro en las canteras.
Niños que pasan su infancia
en basureros recogiendo
el plástico y la chatarra.
Y niños que pasan todo el día
fabricando a mano y volteando
a pleno sol los ladrillos
que emplean en la construcción.
Eso sí que es explotación
y con míseros salarios.
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15.05.16
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Antonio. El niño del Corchado-
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