Para comenzar entiendo que es injusto generalizar, o dicho en otras palabras, meter a todos en el mismo saco. No es mi pretensión desde luego, modestamente se trata de una reflexión sobre el alejamiento de los ciudadanos con la clase política. De hecho los últimos estudios del Centro de Investigación Sociológica (CIS), muestra de forma muy explícita la preocupación en la calle sobre la falta de ética en el ámbito público y sobre la corrupción política.
No intento valorar de la misma forma, también sería injusto, porque se puede hablar de situaciones que no tenemos todos la información para entrar en ese “saco”, de “pequeñas irregularidades” o tener “caradura”, también porque la pérdida de derechos, la desconstrucción social existente en nuestro país en los últimos años, no tiene la misma intensidad en todos los casos, ya que cuando te pones a pensar y llegas a la conclusión que se ha dado más dinero público a la banca en esto últimos 6 años, con gobiernos de “izquierdas” y, luego, de “derechas”, que toda la inversión en educación y sanidad conjuntamente para casi dos decenas de años, se te caen los palos del sombrajo.
De la misma forma resulta tan indigno que una sentencia condene a dos mujeres a 3 años de cárcel, ahora una embarazada, por una protesta sindical en 2010, por un empujón y tirar pintura en una piscina, además estas mujeres lo que hicieron fue declarar que había asistido a la protestas, a pesar de declarar que ellas no habían empujado ni echado pintura ni haber testigos que demostrasen lo contrario. http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/05/29/galicia/1401380840_950037.html
A pesar de hablar de cientos de millones de euros, que los Gürtel, EREs o Noos, que supone una clara pérdida de inversiones en sanidad o educación, las sentencias de 3 años para estos casos, incluso sentencias menores, destacan, en la mayoría de los casos..., por su ausencia. Queda la convicción que los delitos relacionado con política o finanzas quedan en agua de borraja, que más tarde pagamos todos, lo de siempre, si robas una gallina al trullo si robas un millón al caribe.
No obstante, es obvio que existe una relación directa de estos comportamientos de calle típicos de este país, citados con anterioridad, con la situación actual, esa es mi opinión personal y sincera, de hecho la “casta” política viene de esta sociedad, no ha sido teletransportada de otro planeta, viene de aquí, es un claro reflejo de lo que somos, nos compete a todos sin lugar a dudas cambiar las pautas, consolidar nuestra democracia. Y no trato de argumentar que hayamos vivido por encima de nuestras posibilidades, no, no es eso, pero sí tal vez asumir, que como miembros de esta sociedad guardamos responsabilidades en las pérdidas de derechos.
Ese discreto encanto de ser un burgués acomodado, de pertenecer a una tribu, o si prefieren a un partido político, de forma poco crítica, de vender y vender hemos “conseguio”, cuando se habla del dinero de todos, cuando nos encontramos en un sistema social y democrático, en donde los poderes públicos sirve a este marco de convivencia, a los ciudadanos, con la conciencia que ese debe ser su honesto ejercicio. Sin duda, no digo lo contrario, es sano, incluso debiera ser obligatorio, reflejar lo que se ha hecho, con la debida trasparencia, de la misma forma que es sano informar a los ciudadanos de los procedimientos para acceder a los programas que se configuran en las políticas educativas, sociales o de empleo, siempre con la debida prudencia que no se haga en beneficios electorales y no de forma unilateral, con la debida coordinación entre administraciones, para que no creen confusiones y pierdan parte de eficiencia.
Corroborando que cuando digo que los partidos políticos tienen un sentido tribal no trato de hacerlo desde una mirada peyorativa, espero que nadie se moleste, es como no reconocer que en el actual momento se encuentran inmersos en la mayor crisis que han tenido en nuestra joven democracia; quiero dejar claro que lo que expreso no es toda la verdad, es probable que sea tan sólo una minúscula parte de ella, con aciertos o errores, lo hago con el convencimiento de que se trata de una postura personal, crítica y constructiva.
Sentido tribal que nunca debiera caer en proteger a los tuyos, a copar los puestos de responsabilidad con los tuyos, a seguir las directrices desde arriba de tu partido, sin mirar primero a tu calle, tu barrio o tu pueblo, a no dejar a un lado el mérito, la igualdad y la capacidad, en una tierra con tanto talento humano como es Andalucía, que quizás deberíamos aprender y sensibilizar para caminar en una verdadera democracia, a consolidarla, ya sea administraciones, ya sean partidos, que nunca se deje de valorar a las personas por sus logros, por su valía, por su honestidad o por sus necesidades y que no se llegue a los puestos de responsabilidad tan sólo por sus apellidos o porque representen a tal o cual partido político, como méritos más representativos.
1 comentario:
Gran artículo Eduardo.
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