domingo, 10 de noviembre de 2013

"Crónica de la apertura del Club de Letras de la UCA en Cádiz", por Cristóbal Moreno "El Pipeta"

El pasado viernes, día ocho del presente mes, como estaba previsto celebramos nuestra primera reunión del Club de Letras en Cádiz dándose  por comenzado el curso. 
Y ante la insistente petición por parte de nuestro profesor de que podíamos asistir todos los afiliados al Club de Letras e incluso familiares y amigos, tras acordar con otros miembros ir en mi coche, y que, por circunstancias ajenas a su voluntad, al llegar dicho día tuvieron que desistir de ello, me puse yo solito en camino.
  
    Y llegué a mi Cádiz, solo, y perdido porque iba solo –conociéndola-. Y llegué allá, donde no se si empieza o termina la ciudad, al igual que no se si por allí empezó o terminó mi madurez, al dejar repentinamente de ser niño. Allí…, en el hospital de San Rafael, un fatídico día, o afortunado, según se mire, dejé a mis padres, o ellos me dejaron a mí a mi suerte, no sé; porque yo era solo, único, y mimado hijo de pobres, y… acerté.  En una semana, comencé a pensar y actuar como un hombre, haciéndome responsable de la carga familiar, con muchos deberes y con más obligaciones (al cargo de mi abuela de 87 años, del trabajo de mi padre, de los animales, de la casa y de mi propio trabajo –por entonces, con 18 años  en el canal, con los tubos y el poliéster-) y por la noche a clases nocturnas “Bachiller Radiofónico” le llamábamos.     Llevar a aquel hospital a mi padre con una “mielitis transversa” (parálisis instantánea por problemas en la médula espinal) y a mi madre que no le abandonaba jamás, fue un acierto ante su mediana recuperación de un mal casi incurable; de ahí lo de fatídico día, debido a la repentina enfermedad, y afortunado por dar con tan recóndito hospital. Como otras veces que deambulé por la zona, aquellas calles reavivaron mis neuronas al recordar estos y otros hechos. Y ahora, por un momento había perdido el rumbo.

    Otra vez solo ¡siempre solo!. Nuevamente solo por entre el Parque Genovés, y frente a éste, tantas edificaciones similares en arquitectura de bonita piedra rosada.  Parque urbano rodeado por las murallas de la ciudad antigua y situado junto al casco histórico de nuestra preciosa ciudad de Cádiz. Hasta llegar, preguntando, ¡claro!, al Aulario de la Constitución de 1.812 “La Bomba”, denominación que  luce en la fachada del inmueble, justo arriba del pórtico de entrada. No obstante, en un cuerpo de letra más menudo también se lee: “Antiguo cuartel de la Bomba”.
   
    A las 17,30 horas, nada más entrar por sus puertas, y ya en la Sala Principal de Tránsito, veo como, con su porte caballeresco y usual traje negro bajaba las escaleras procedente de la primera planta D. José Antonio Hernández Guerrero, Catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidad de Cádiz y director del Club de Letras, nuestro profesor; que nada más verme, muy agradecido,  me saludó como si saludara a San Pablo de Buceite entero, ¡vamos, cómo si yo solo fuera San Pablo!. ¿Vienes solo o te acompañan algunos de San Pablo o de Jimena? - me preguntó -, vengo solo –le dije-, los demás, en su mayoría, al ser día hábil, debido a su trabajo o a sus menesteres no han podido venir. Y de la misma forma, ahora algo triste, pero con la misma alegría, amabilidad y compostura, continuó saludando a todos los que iban llegando, que fuimos muchos.

    Me sentí a gusto, muy a gusto; algo inquieto, por lo de novato, he de reconocerlo, aunque ante tanto agrado, simpatía y afán de compañerismo por parte de todos, hizo que rápidamente me sintiera integrado. Igualmente se sintieron integradas mis posaderas, que pese a lo que yo creía, no se quejaron en aumentar la sentada tres horas más de las dos y medias que habían venido haciéndolo en mi incómodo vehículo, durante los 150 kilómetros de marcha y aburrimiento. Y no se quejaron gracias a las cómodas butacas de la amplia pero recogida sala de conferencias en las que se realizó la reunión.

    De forma sencilla y amena, y con la sabiduría y  humildad que le caracteriza, pero con más seriedad y falta habitual del “palilleo” - al chascar sus dedos con que nos tiene acostumbrados en San Pablo -, comenzó el curso con el inicio del temario previsto:  “Ideas sobre la lectura creativa; Adelanto de programa de actividades; Información sobre la Revista Speculum; Minuto de silencio; Elaboración de un texto; Lectura de los textos y finalmente Preguntas.”

    “Ya no hay “palilleos” en el chasquido de sus dedos, chasquea su lengua que navega sobre agua bendita en lágrimas de rocío llenando el ambiente de benevolencia y paz: son relampagueantes frases de humanidad y saber que chisporretean en lucecitas de miel al roce con el aire iluminado. Chasquea, sobre el paladar de su boca, como Cueva de Altamira mostrando el ayer de hoy en la belleza de la palabra. “Paliquea”, y brotan mágicas palabras llenas de ilusión joven, que se convierten en auditorio de poesías, y como si fueran cristal de lámpara frágil, revoletean,  para alumbrar de sabiduría a otras lenguas con puntas, que se afilan en cada una de sus neuronas, yendo a clavarse en tu chips como electrones de un átomo en el ecosistema de tu memoria, ordenándose.”
   
    Y yo diría, para ir terminando, que salí de allí plenamente convencido de haber encontrado unos nuevos amigos y a la vez compañeros de letras, que con la lectura de sus textos me hicieron reflexionar en la calidad de sus escrituras. Encontré en cada uno de ellos (eran muchos y ni por eso me cansé de oír leer sus textos) imaginación, cultura, propiedad y lo más importante para mí: autenticidad, originalidad y autonomía. La verdad, quedé perplejo de tal variedad y riqueza en el contenido profundo de cada exposición, y también, como no, observé en los veteranos su creatividad, y como este profesor,  ha sido capaz de agudizar en ellos sus sentidos, activar la inteligencia de cualquiera y potenciar también la imaginación de todos. 

    Y si no, reflexionemos con estas sus frases y consejos:  -Palabras para reflexionar = “Crecer, creer, crear…, nacer, ser…” -Consejo = “Dar posibilidad de que nuestros textos sean leídos y criticados por todos. La alegría más grande es tener un lector que nos lea, nos estudie y nos siga con respeto y benevolencia.”  Leer es = Hacer resonar el texto; descifrar el texto; descomponer el texto; disfrutar con el texto o “vampirizar “ (extraerle o chuparle su jugo); para leer hay que profundizar todo lo que se pueda en el texto. Otras frases: “La escritura y la lectura valen en la medida que nos orienten para vivir plena y humanamente, si no, no merece la pena.”.- Lo más importante de estos encuentros es “sentirnos reunidos para escuchar más que hablar” y así conocernos, conocer y sobre todo preguntar.- La lectura, dijo, “es la meta, el objetivo, porque con la lectura vivimos más”.
   
    Por último nos dijo: que este año leyéramos poco (para leer en profundidad) y escribiéramos poco (para hacerlo bien).
    Por eso voy a terminar ya, pues creo haberme extendido demasiado sin saber si he dicho con el mucho…, poco.

    Cristóbal Moreno Romero, alumno.

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