Ayer jueves pude observar un fenómeno que hasta hace poco hubiera sido sorprendente, y es cómo puede alguien conseguir tener a todos los sectores en contra de sus propuestas, cómo conseguir tal grado de unanimidad que hasta tiene que tratar de salir del paso cual gato con botas salido de Shreck: “ezto no ez mío…”
Sobre las 5 de la tarde, en día y hora laboral, para facilitar la asistencia a los trabajadores probablemente, se celebró una de las Asambleas Ordinarias que anualmente tiene la Comunidad de Regantes de Tesorillo. El record de asistencia volvió a batirse –algo difícil tras el listón de la última- con una veintena de agricultores presentes.
Los puntos polémicos del orden del día eran las medidas de ajuste planteadas por la Junta de Gobierno para evitar pasar demasiadas aportaciones al año, y la receta era simple: duplicamos o triplicamos las cuotas y así pasamos menos.
Sobre las 5 de la tarde, en día y hora laboral, para facilitar la asistencia a los trabajadores probablemente, se celebró una de las Asambleas Ordinarias que anualmente tiene la Comunidad de Regantes de Tesorillo. El record de asistencia volvió a batirse –algo difícil tras el listón de la última- con una veintena de agricultores presentes.
Los puntos polémicos del orden del día eran las medidas de ajuste planteadas por la Junta de Gobierno para evitar pasar demasiadas aportaciones al año, y la receta era simple: duplicamos o triplicamos las cuotas y así pasamos menos.
El plan tenía una lógica aplastante: si no quieres que te pase seis cuotas, paga el doble en cada una y sólo te pasaré tres. Pero el detalle que indignó a los asistentes es que no se trataba de un reparto equitativo, si no un recargo de hasta el 300% para los pequeños agricultores -Ver noticia-, todos aquellos que tuvieran menos de una hectárea de terreno, dejando sin tocar a todos los demás.
Según la propia Junta de Gobierno estos pequeños propietarios eran mayoría, así que subiéndoles el recibo no había que tocar a los grandes. Además, suponen un mayor gasto porque, según se justificó a modo de ejemplo, enviar 30 cartas a 30 pequeños propietarios sale más caro que enviar una al propietario de una gran finca con 30 Has…. No me merece más comentarios tan sabio ejemplo.
En una cosa está claro que tenían razón, y es que los pequeños agricultores debían ser una abrumadora mayoría. Tanta que los allí presentes no sólo consiguieron que no se aprobara la propuesta, si no que ésta fuera rechazada por unanimidad. Hasta los promotores de la “idea” –por llamarla de algún modo- votaron en contra.
En un vano intento por escurrir el bulto de la responsabilidad el Presidente repitió que “un importante número de agricultores” habían pedido que fuera la propuesta a la asamblea. Y es que cómo sería de importante el número de promotores de la propuesta que ni uno sólo apareció por allí, porque a la hora de defenderla nadie votó a su favor.
La segunda polémica propuesta, sobre exención de impuestos a los terratenientes…. perdón, sobre exención de aportaciones a los humildes agricultores que habían invertido en pozos para sus fincas, recibió igual rechazo masivo sin ningún voto a su favor.
Y es que el argumento de que la comunidad tiene muchos gastos porque los agricultores piden mucha agua cada vez tiene menos peso. Suena demasiado a las de algunos gobernantes, que piden a los ciudadanos que se ajusten el cinturón porque han vivido por encima de sus posibilidades mientras ellos reparten millones para indemnizar a humildes banqueros que han dedicado su esfuerzo al bien común…
De momento, aunque sólo hayan sido apenas una veintena de agricultores, han podido echar abajo las reformas económicas en la Comunidad de Regantes. Sólo falta que espabilen y reduzcan gastos reales, comparen opciones y precios, y no tiren tan alegremente de talonario los “gestores” de lo público para luego echar la culpa a los demás.
P.D.: Después de la orden de ayer del Presidente en Asamblea para que “no se publique más sobre la comunidad en blogs de Jimena”, le recomiendo que se lo diga a un tal “Heliodoro Rodríguez” que debe ser un regante muy mal informado.
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