Leído en Málaga Hoy. Por su interés reproducimos esta noticia.
CARLOS J. GARCÍA
En un pueblo de seiscientos habitantes, Genalguacil, el hecho de que 25 de sus niños formen parte de un grupo de voluntariado hace que el municipio -en una licencia estadística sin rigor científico alguno- esté a la cabeza de un también ficticio ranking nacional de gentes altruistas. Pero bien es cierto que dicha circunstancia responde además a la escasa oferta de ocio existente en los municipios del interior, lo que hace que muchas veces la frontera entre voluntarismo y diversión acabe siendo poco nítida. Y así lo entiende Maite, técnico de empleo de algunos municipios del Genal, que reconoce que la semana de la juventud que se celebra en agosto en Genalguacil parte de la idea "de divertir y ofertar nuevas cosas a nuestros pequeños". Es precisamente en el contexto de dicha celebración en el que, hace ya un par de años, en mitad del verano una veintena de vecinos del pueblo se encarga de limpiar los márgenes del río Genal, que cruza todo el valle que lleva su nombre.
La alcaldesa de la localidad, Beatriz Álvarez (PSOE), explica que la mayor parte de los niños de entre 5 y 15 años de su municipio forman parte del grupo de voluntarios, cuya tarea esencial es "mantener limpio nuestro entorno y concienciar a los demás de que hagan lo mismo", relata. Y por eso las batidas en busca de basuras se repiten cada vez con más frecuencia, "por la zona de la venta y río abajo", explica la regidora.
Y por eso en dicho puente se puede leer, desde hace meses, en una sábana pintada a modo de pancarta, que el río debe permanecer siempre limpio.
Pero es que el trabajo de estos jóvenes voluntarios se completa cuando hacen además en verano de improvisados guías turísticos por la localidad. Un pueblo conocido como "museo al aire libre".
La alcaldesa de la localidad, Beatriz Álvarez (PSOE), explica que la mayor parte de los niños de entre 5 y 15 años de su municipio forman parte del grupo de voluntarios, cuya tarea esencial es "mantener limpio nuestro entorno y concienciar a los demás de que hagan lo mismo", relata. Y por eso las batidas en busca de basuras se repiten cada vez con más frecuencia, "por la zona de la venta y río abajo", explica la regidora.
Y por eso en dicho puente se puede leer, desde hace meses, en una sábana pintada a modo de pancarta, que el río debe permanecer siempre limpio.
Pero es que el trabajo de estos jóvenes voluntarios se completa cuando hacen además en verano de improvisados guías turísticos por la localidad. Un pueblo conocido como "museo al aire libre".
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