Leído en el diario Europasur. Por su interés reproducimos esta noticia.
Las XIV Jornadas de Historia y Arqueología de Jimena concluyeron ayer con la visita matinal al antiguo molino de San Francisco y a los lagares de las antiguas viñas que existían cerca del río Hozgarganta antes de la llegada de la plaga de filoxera que afectó a toda Europa, así como con una conferencia sobre el abrigo de Benzú.
Según explicaba un experto asistente a la visita, la filoxera de finales del siglo XIX acabó con los viñedos de las provincias de Cádiz, Málaga y Almería y sólo se salvaron las viñas de Manilva. Los dos lagares que se vieron en la visita de ayer están perfectamente esculpidos en sendas grandes rocas areniscas ubicadas junto a un gran eucaliptal que fue plantado para sostener y fortalecer los cimientos de la Real Fábrica de Artillería de Carlos III que se construyó en la otra margen del río. El molino de San Francisco, ubicado en la llamada garganta del Cañuelo, estuvo funcionando hasta finales de los años sesenta y aún se conserva en el lugar la gran piedra circular.
La visita combinó naturaleza e historia durante un trayecto que comenzó a las once de la mañana en el puente de la Pasada de Alcalá y concluyó a las dos del mediodía en el mismo lugar. Los participantes en la última actividad programada en la XIV edición de las Jornadas de Historia y Arqueología disfrutaron de una lección más de la historia de Jimena de la mano de uno de los entornos naturales más hermosos del municipio.
Más tarde, la conferencia sobre las excavaciones en el abrigo y cueva de Benzú en su contexto regional del Estrecho de Gibraltar, presentada por los arqueólogos de la Universidad de Cádiz, los profesores José Ramos y Darío Bernal, puso cierre a la intensiva programación del sábado de las XIV Jornadas de Historia de Jimena.
El profesor Bernal comenzó la ponencia poniendo de manifiesto "el ejemplo claro de la madurez y el interés por la historia que tiene Jimena, teniendo en cuenta la dificultad de mantener durante tantos años unas jornadas de esta temática", señaló.
El arqueólogo explicó que hasta hace cinco años se desconocía la existencia de la cueva de Benzú, ubicada en la bahía de la Ballenera de Ceuta, al lado de la frontera con Marruecos y que su descubrimiento obedece a la Carta Arqueológica de Ceuta encargada por dicha ciudad a la Universidad de Cádiz para hacer un mapa de todos los yacimientos arqueológicos de la zona. Bernal comentó que actualmente la Junta de Andalucía está subvencionando a los ayuntamientos para que elaboren sus respectivas cartas arqueológicas con la idea de incrementar exponencialmente el conocimiento arqueológico.
El profesor de la Universidad de Cádiz explicó que el yacimiento de Benzú está formado por una cueva y un abrigo de topografía abrupta que presenta una curiosa singularidad, ya que se trata de una piedra que es fruto de la cementación del carbonato cálcico del agua que creó capas solidificadas con una altura de hasta cuatro metros.
Los profesores Bernal y Ramos insistieron en la consideración del brazo del mar del Estrecho más como puente que como frontera y explicaron datos como el mayor acercamiento que se produce de la región histórica del Estrecho en los periodos interglaciares, cuando sube el mar, o la unión del Estrecho en la época del Mesiniense.
Según explicaba un experto asistente a la visita, la filoxera de finales del siglo XIX acabó con los viñedos de las provincias de Cádiz, Málaga y Almería y sólo se salvaron las viñas de Manilva. Los dos lagares que se vieron en la visita de ayer están perfectamente esculpidos en sendas grandes rocas areniscas ubicadas junto a un gran eucaliptal que fue plantado para sostener y fortalecer los cimientos de la Real Fábrica de Artillería de Carlos III que se construyó en la otra margen del río. El molino de San Francisco, ubicado en la llamada garganta del Cañuelo, estuvo funcionando hasta finales de los años sesenta y aún se conserva en el lugar la gran piedra circular.
La visita combinó naturaleza e historia durante un trayecto que comenzó a las once de la mañana en el puente de la Pasada de Alcalá y concluyó a las dos del mediodía en el mismo lugar. Los participantes en la última actividad programada en la XIV edición de las Jornadas de Historia y Arqueología disfrutaron de una lección más de la historia de Jimena de la mano de uno de los entornos naturales más hermosos del municipio.
Más tarde, la conferencia sobre las excavaciones en el abrigo y cueva de Benzú en su contexto regional del Estrecho de Gibraltar, presentada por los arqueólogos de la Universidad de Cádiz, los profesores José Ramos y Darío Bernal, puso cierre a la intensiva programación del sábado de las XIV Jornadas de Historia de Jimena.
El profesor Bernal comenzó la ponencia poniendo de manifiesto "el ejemplo claro de la madurez y el interés por la historia que tiene Jimena, teniendo en cuenta la dificultad de mantener durante tantos años unas jornadas de esta temática", señaló.
El arqueólogo explicó que hasta hace cinco años se desconocía la existencia de la cueva de Benzú, ubicada en la bahía de la Ballenera de Ceuta, al lado de la frontera con Marruecos y que su descubrimiento obedece a la Carta Arqueológica de Ceuta encargada por dicha ciudad a la Universidad de Cádiz para hacer un mapa de todos los yacimientos arqueológicos de la zona. Bernal comentó que actualmente la Junta de Andalucía está subvencionando a los ayuntamientos para que elaboren sus respectivas cartas arqueológicas con la idea de incrementar exponencialmente el conocimiento arqueológico.
El profesor de la Universidad de Cádiz explicó que el yacimiento de Benzú está formado por una cueva y un abrigo de topografía abrupta que presenta una curiosa singularidad, ya que se trata de una piedra que es fruto de la cementación del carbonato cálcico del agua que creó capas solidificadas con una altura de hasta cuatro metros.
Los profesores Bernal y Ramos insistieron en la consideración del brazo del mar del Estrecho más como puente que como frontera y explicaron datos como el mayor acercamiento que se produce de la región histórica del Estrecho en los periodos interglaciares, cuando sube el mar, o la unión del Estrecho en la época del Mesiniense.
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