viernes, 16 de octubre de 2020

"El atentado", por Manuel Mata

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EL ATENTADO  

Decía Dostoievski por boca de Iván Karamazov: “si Dios no existe, todo está permitido”

CAPÍTULO I.-

Antonio Vidal Arabí, era un hombre metódico, educado, pulcro en el vestir y con un compromiso político fuera de lo común. Un intelectual catalán que tuvo que exiliarse a Tenerife durante la dictadura de Primo de Rivera por sus ideas anarquistas.

CAPÍTULO II.-

El 13 de marzo de 1.936 llega a Tenerife Francisco Franco Bahamonde como comandante militar de Canarias. El gobierno de la república es conocedor de su participación en intrigas y complots golpistas y piensa, erróneamente, que alejándolo de Madrid le aparta de la conjura.

Su presencia allí provoca que las fuerzas de izquierdas, que no olvidan los sucesos de Asturias de 1934 reprimidos brutalmente por Franco, convoquen huelga general bajo lemas como “Fuera Franco” o “Muera Franco”. (Tras la asonada militar, el alcalde de Santa Cruz, José Carlos Swartz, pagará con su vida el apoyo a las protestas)

En las islas, de todos es sabido que los militares preparan un golpe de estado y  que el capitán general de Canarias está implicado hasta el cuello. De correr el rumor se encarga la propia oficina de la Comandancia Militar con una doble intención: amedrentar a los fieles a la república, y adherir a los indecisos.

CAPÍTULO III.-

El general, que se desplazó hasta el archipiélago sin la familia, pernoctaba en las dependencias asignadas a jefes y oficiales de la propia Comandancia, en un dormitorio individual, se acostaba temprano, y solía dejar abiertas puerta y ventana debido al calor reinante en aquellos meses.
En un lateral del edificio, con entrada directa desde la calle, estaba la cantina de tropa donde se mezclaban reclutas, familiares y vecinos. En el techo del local un tragaluz daba acceso a una azotea, y ésta al pasillo principal de la residencia privada de los militares de alta graduación.

CAPÍTULO IV.-

Al anochecer del 13 de julio de 1.936, Antonio Vidal,  Antonio Tejera “Antoñé” y Martín Serarols “el Catalán”, armados con pistolas y contando con la colaboración de María Culi Palou, regente de la cantina, llegan hasta la puerta del dormitorio del general, pero la encuentran cerrada a cal y canto, asegurada, además, con una tranca. Intentan forzarla, Franco se despierta, pide ayuda ¡Socorro, pistoleros! y los tres anarquistas se ven obligados a huir por el jardín anexo siendo tiroteados por el cuerpo de guardia sin ser alcanzados.
 En octubre de ese mismo año fueron identificados, detenidos y ejecutados a la forma que el nuevo régimen puso en práctica durante años.

Notas del autor: 

Hubo un cuarto integrante del comando, cuyo nombre permanece en el anonimato, que, amenazado de muerte por los militares, advirtió de una conspiración para matar a Franco, aunque no pudo precisar cómo ni cuándo, pero que alertó a los encargados de la seguridad del general.
El 17 de julio de 1.936 Franco embarca en el vapor “Viera y Clavijo” con destino a Las Palmas de Gran Canaria. Al día siguiente, desde la Base Aérea de Gando, sube al Dragón Rapide -un avión contratado por Juan Ignacio Luca de Tena director de ABC y pagado por el financiero mallorquín Juan March- que le traslada a Marruecos para ponerse al mando del Ejército de África, una fuerza de choque que resultó decisiva en el desarrollo del alzamiento militar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿la historia hubiera sido diferente si esta gente matan a Franco? Creo que no pues otro general ocuparia su puesto.