viernes, 11 de enero de 2019

El policía local Pacurro se jubila

Pacurro de policía local en  1979 y en 2018.
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Por Francisco Quirós "Pacurro".
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EL PASADO 14 de diciembre, el Consejo de Ministros, dictó el R.D.1449/18. En la disposición transitoria segunda, se recogía el adelantamiento de la edad de jubilación  de los policías locales a 59 años, siempre y cuando cumplan determinados requisitos.

Como en abril, cumpliré sesenta y cuatro, además de cumplir con  los requisitos legales establecidos, desde el día 08 de enero estoy jubilado. Me siento afortunado de poder utilizar este gran altavoz como es Buceite.com, no todos los que se jubilan pueden disfrutar de esta magnífica oportunidad, gracias de todo corazón amigo Bernardo.

En esta despedida como policía local, quiero antes de nada, dar gracias a la vida, por haber podido ejercer esta profesión. Me ha reportado  estabilidad en el empleo y un sueldo, que al margen de los primeros años, ha sido digno, que no me ha permitido grandes dispendios, tampoco  he tenido que pasar apuros, ni yo ni mi familia. Así que, bendita profesión.

Mantengo la teoría, que a este trabajo se llega de tres formas. La primera por pura vocación, hay quien quiere ser policía y no ve otra salida. La segunda por la ocasión, quien sin querer para nada ejercer de policía, por aquello de un puesto de trabajo estable, se convierte en agente del orden. La tercera quien por la ocasión, descubre la vocación, ese es mi caso.

Allá por diciembre de 1978, el ayuntamiento de Jimena, convoca cuatro plazas de policías municipales. Mi padre que también ejerció como municipal, me insta a que me presente a las oposiciones (para los suspicaces, en esas oposiciones, los principios de igualdad, mérito y capacidad, se observaron escrupulosamente). Lo más ajeno que tenía por aquel entonces, era opositar para policía. Ante mi reticencia, Pacurro  municipal padre, sentenció de la siguiente manera. “Entrar se entra cuando se puede, salir cuando se quiere”, siempre le estaré agradecido por su sabio consejo. Con el tiempo terminé identificándome con este  empleo, el cual he ejercido 39 años y siete días, desde el 01/01/1979 hasta el 07/01/2019.

En mi despedida, quiero  recordar. A los alcaldes presidentes, José Castilla Gómez, José Carracao Gutiérrez, Ildefonso Gómez Rubio, Pascual Collado Saraiva, Guillermo Ruiz Ruiz, con todos, mantuve de manera mutua, unas relaciones , cordiales, educadas y respetuosas  

 Los alcaldes pedáneos o presidentes/as de la ELA de Tesorillo. Diego Ocaña Vallecillo, Antonio Martín Torrado, José María Casuso López, Manuel Alaminos Martín, Juan Solís Segovia, Belén Jarillo Díaz y Jesús Fernández Rey, además de lo expuesto, colaboré estrechamente, en muchas ocasiones asumiendo  funciones no propias de policía local, pero que había que asumirlas, haciéndolo de muy buen grado.

A los jefes de la Policía Local, Juan Espejo Alcántara, José Manuel López Castaño, Francisco Javier Espejo Moreno. Con ellos la relación fue estrechísima, tuve el honor de sustituirles en sus periodos de vacaciones, descansos, cursos, bajas, etc. Puedo decir, sin ánimos de presumir, que fui la mano derecha de los tres, profesionalmente hablando. 

A mis compañeros de profesión, no voy a mencionarlos a todos, me quedaré con los más antiguos. Mi padre Francisco Quirós (q.e.p.d.), Manuel Delgado, Juan Espejo, Diego Rocha, Diego Villanueva, Félix Fernández, José Luís Sánchez, Diego Palas, José María Moreno Vega, Paco Romero y muchos más. Con la inmensa mayoría, ha existido un clima de compañerismo y amistad, aunque también han existido excepciones, muy pocas la verdad. Pero ya se sabe, no todo el mundo te cae bien, ni tu caes bien a todo el mundo, es la vida misma.

Agradecer de manera sincera, a los vecinos de Jimena, Tesorillo, San Pablo y La Estación, el trato que tuvieron con mi persona. Me sentí respetado, respeto no exento de afecto, eso vale mucho  en el siempre complicado ejercicio profesional de policía local. 

Estoy seguro que alguien, ha podido sentirse molesto o agraviado, por alguna actuación mía. Desde aquí pido publicas disculpas, eso sí, les puedo asegurar, que fue fruto del error o simplemente de un mal día. Nunca fue algo personal o premeditado.

Para ir finalizando, comentar, que en estas mismas fechas, también se ha acogido a este decreto, por tanto, se ha jubilado. Lo que voy a decir espero que no moleste a nadie, pero lo digo con pleno convencimiento. También se ha jubilado el mejor policía local, en toda la  historia del ayuntamiento de Jimena de la Frontera, me estoy refiriendo a Diego Palas Delgado. Cuando digo todo esto, para nada es de modo gratuito, sino juzguen ustedes. Diego prestó servicio la noche de fin de año, a sabiendas, que justo veinticuatro horas más tarde, entraba en vigor el decreto que le facultaba poder jubilarse. Eso lo hacen muy pocos, les confieso, que yo al menos, hubiese intentado no prestar ese servicio, si no lo consiguiera, ejercería el derecho al pataleo, él, acudió al trabajo, como si de  otras noches viejas se tratase, en las cuales le tocó prestar servicio. Todo lo buen profesional que ha sido, se ha quedado pequeño como persona, compañero y por encima de todo amigo.

Hago mía la frase de mi padre, cuando un 28 de febrero de 1989, en el salón de actos del hoy ayuntamiento de S .M. Tesorillo, le tributaban un reconocimiento con  motivo de su jubilación, dijo a los allí reunidos, “Pacurro no se va”, con eso quiso transmitir, que continuaba a disposición de todos. Treinta años después repito lo mismo. Pacurro ha dejado de  ejercer como policía local, pero sigue presto, para ser útil donde pueda.
Solo me queda  deciros. Gracias a todos,  ¡VIVA, Jimena, Tesorillo, San Pablo y la Estación!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pacurro no menciona ni al alcalde actual ni al jefe de la policía actual.
Y seguro que no es por olvido.

Anónimo dijo...

Al compañero Pacurro, con todos mis respeto, un buen profesional, un buen camarada y un buen amigo. Muchos años al pie del cañón da para todo; pero me consta que te vas con la cabeza bien alta y con el cariño de muchísima gente, y eso es lo más importante, aunque nadie está exento de enemigos. En esta o cualquier otra modalidad policial; es donde hay y se dan muchas y variadas cosas inverosímiles que suelen ocurrir con bastante frecuencia y de forma anormal, poco corrientes e incomprensibles. Muy a menudo lastimeras, ingratas, polémicas, complicadas, absurdas, ilógicas y hasta inconcebibles e incluso irracionales. Pero también todo lo contrario: maravillosas, inmensamente gratas, normales e ilusionantes, cuando te gusta la blanca aventura; que no a todos nos afecta por igual, según cada personalidad, pues hay que tener en cuenta de que somos personas normales con una profesión de "aquí te espero en lo que te espera" en la que los tiempos y conflictos humanos te tienen que pillar siempre preparado y prevenido, pues se trata de un trabajo bastante incomprendido y que todos los políticos quieren politizar y llevarlo a sus terrenos (al igual que pasa con otras profesionales de carrera relacionados con el orden público como Jueces y abogados, por relacionar algunas de estas profesiones tan delicadas y complicadas de la Seguridad Ciudadana, que lo serían menos si fueran más independientes y difícil de dominar o perforar por el poder político u otros poderes de cualquier clase, pero en definitiva: ¡PODERES!). Y me refiero solo a los tiempos normales de paz y fraternidad, pues si hay que hablar de los convulsos, esos son incoherentes e ilógicos con lo que debiera ser la raza humana.
Lo más importante de esta profesión, como tú sabes, es la dignidad personal tan cercana al honor; es decir: la diana que todos optamos por acertar -partiendo del de se le supone-, y a la que te pegas toda una vida profesional alcanzando sin que nadie te reconozca el diez conseguido, y que en los bares tan fácilmente te lo echan por los suelos, a la calificación por debajo del cinco; distorsionando a propósito con envidias, maldades, falsedades, calumnias o venganzas. Verdaderas flechas que hieren para siempre a los auténticos profesionales. Todo eso muchas veces incluso pueden partir desde los mismos que te rodean (compañeros, familias o amigos), por lo que te causan más daños aún, no solo a tí sino también a tus padres, hermanos, pareja e hijos. Pareciendo mentira, los delincuentes -con excepciones, claro-, suelen ser los que más y mejor te respetan y llegan a conocerte, por reconocer que cumples con tu trabajo, y más cuando les trata con dignidad y eres fehaciente buscando la verdad del problema, no solo en el sentido de la culpabilidad si no también en el de su probable inocencia. Ellos interiormente se evalúan y te evalúan pues conocen la verdad de su o sus actos, al menos, cuando cumpliendo con tu obligación te portas bien con ellos y no le denigras. Eso en cuanto a faltas o delitos; muy distinto son las infracciones más comunes de los hechos (denuncias administrativas) más difícil de reconocer en público. El buen policía (por eso lo es -salvo en errores humanos de los que nadie está exento-) sabe cuando ha de estar satisfecho con su trabajo y tranquilo con su conciencia (aunque hay algunos, muy pocos, menos mal, que no saben lo que es la conciencia o que pasan olímpicamente de ella, éstos son los que oscurecen el trabajo policial y los más dañinos para la honra del 99% de sus compañeros; esa es -para el Guardia Civil o Policía- una de la más aborrecidas de las traiciones-). A LOS BUENOS POLICÍAS nunca le suelen tocar para que infrinjan, ya saben que es imposible. Así que enhorabuena compañero por saber y haber podido llegar al final de tu vida laboral con la honradez intocable. Si no te lo dicen otros (nunca has de esperarlo, pero si te lo reconocen, bienvenido que sea) te lo digo yo, que bien sabes quién soy. Esta es mi consideración. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Enhorabuena. Espero que esta jubilación traiga consigo un aumento de tu participación literaria en Buceite y tu blog pues somos muchos los que te seguimos.

Anónimo dijo...

Enhorabuena, una pena que se vaya un policía local tan profesional y buena persona. Que disfrute.