19.05.2017. Presentación de mi conferencia por el farmacéutico y Cronista Oficial de Jimena, José Regueira Ramos. |
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3.2.- Centros de salud: Las casas de los médicos.
Las atenciones a los pacientes en aquella época (1950-1970) se efectuaban en los domicilios de los médicos. A cuenta de sus economías particulares corrían los gastos derivados de la instalación de las clínicas, su mantenimiento y limpieza, así como la sala de espera y los distintos aparatos sanitarios necesarios para la curación de los pacientes, desde los más elementales hasta los Rayos X que era el no va más tecnológico de aquel entonces.
Las atenciones a los pacientes en aquella época (1950-1970) se efectuaban en los domicilios de los médicos. A cuenta de sus economías particulares corrían los gastos derivados de la instalación de las clínicas, su mantenimiento y limpieza, así como la sala de espera y los distintos aparatos sanitarios necesarios para la curación de los pacientes, desde los más elementales hasta los Rayos X que era el no va más tecnológico de aquel entonces.
Las familias servían también para tomar los recados de las visitas domiciliarias a efectuar a los enfermos, fueran solicitadas directamente en los domicilios del facultativo o mediante llamadas telefónicas. No había un horario determinado y al no existir ningún centro para las urgencias la disposición de los médicos eran las veinticuatro horas a lo largo de todo el año, hasta que entrados los años sesenta lograron un mes de vacaciones. Hasta entonces, cualquier ausencia del pueblo por el motivo que fuera era comunicada a los colegas de profesión para que en tanto regresaran se hicieran cargo de cualquier atención sanitaria o urgencia que se requiriera.
Poco había cambiado la situación desde que en el siglo XVIII se definía al médico de cabecera como: “profesional que trabaja en exclusiva para una ciudad o un pueblo como funcionario facultativo”. Sus obligaciones consistían en: “asistir a los enfermos que fueran naturales y habitantes de la localidad, que les llamen de día o de noche, cobrando por cada visita a excepción de los pobres”.
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