lunes, 12 de junio de 2017

“Lexicón mental”, por Cristobal Moreno El Pipeta

Cristóbal Moreno Romero El Pipeta, ha publicado este relato en la sección de narrativa del núm. 28 de la revista del Club de Letras de la Universidad de Cádiz SPECULUM, que se publica en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, y dirige José Antonio Hernández Guerrero.
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LEXICÓN MENTAL
 
Tañen las castañuelas y se alza una voz: “Mírame con olvido y al color de tu voz acompáñame con la barriga”. De esta forma, un poeta japonés, a sus congéneres, las maravillas del flamenco les quería hacer entender lo que a la raíz de su sangre asiática les costaba digerir: “Cántame con esa voz muda, hasta que hable la cuerda más rota. Escúchame con silencio, que voy a pintar tu voz clara de oscuro tono. Siénteme con avidez en el palmeo y en el repiqueteo de los tacones. Así te gustarás con amor de hembra rugosa y falseada en el dúo de la nasalidad. Quiero, que impostando la voz, me alegres con cuartos de tono y notas azules. Parpadea y cómete la voz hablada mientras la garganta se traga los quejíos del cantaor. Con tu flamenca virilidad hazme el amor cantando desde la oscuridad de tu pecho, pues desde allí oigo ver -en el espejo de tus dientes-, lo “jondo” del campesino que ata el resuello de una aspiración a las campanillas de jornaleros andaluces. Flamenco, ordena este argot y desarrolla en mis oídos las raíces crecientes y luneras que, venturosas gargantas mamaron para crear un arte único y maravilloso. Con sangre gitano-andaluza amarró los jipíos a las seis cuerdas de una guitarra flamenca, pariendo desde su origen, medio millar de cantes variados para contar con profundo sentimiento los avatares de la vida”. Así hablan los poetas andaluces -les explica- y continúa versando: 

“Olé a los cantaores que les nacen los quejíos del cante en la cepa del alma. Su escuela: el haber sido tocada su garganta con esporas sagradas. Voz de sangre pura, raíz de brezo y color de amapola. Las añejas letras de arduos versos forjando cante, se agarran a la garganta como espiga de trigo. Versos y voces aspirados de arte menor y mayor, surgieron y se entremezclaron ayer tras el arado, aprendieron a volar y se convirtieron en patrimonio de la humanidad. Al compás de los siglos, del taconeo y de las palmas simples y redoblás, cruzan fronteras la bata de cola, la hispana guitarra y el cante flamenco; florecen los oídos del mundo”. Suena un Mukkuri y calla. 
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Imagen: Un baile de gitanos en los jardines del Alcázar, 1851 de Dehodencq  (1822-1882).  

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