"La moción de la vergüenza", por Andrés Beffa

 Fran Gómez de IU y Guillermo Ruíz del PP firmando
la moción de censura el pasado 1 de diciembre.

Andrés Beffa García exconcejal del ayuntamiento de Jimena y expresidente de la JMD de San Pablo de Buceite.

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-       “ANDRÉS ¿Por qué van a quitar a Pascual de Alcalde? ¿Ha hecho algo malo?”.

Con estas interrogantes, me comenzó a requerir información, una vecina de San Pablo.

-                “Yo no entiendo mucho de política, pero a mí Pascual me parece una buena persona y creo que no lo está haciendo mal. Es un hombre muy atento, educado y siempre está ahí cuando se le llama”.

         Tampoco entiendo, cómo se pueden juntar, los que dicen que son de  izquierdas con los de Rajoy para echarlo de Alcalde”.

Es verdad, que esta mujer no está en las claves de la política, ni municipal, ni ninguna otra. Ni está en las redes sociales, ni lee los periódicos, ni hace comentarios en los blogs de internet. Ni falta que le hace.

Tiene otras inquietudes: Va a la Escuela de Adultos porque quiere tener acceso a un aprendizaje que en su día le negaron. Pertenece y participa con las Asociaciones del pueblo para hacer un San Pablo y un municipio cada vez mejor. Le preocupa el mundo que la rodea. Su familia en primer lugar, sus amigos, su pueblo y sus gentes.

          Es el prototipo de esa mujer luchadora, que sacó a los suyos adelante a fuerza de mucho trabajo y sacrificio, y en la que se pueden sentir reflejadas, esa inmensa mayoría de madres y abuelas de las que tan orgullosos estamos.

          Pues bien, esas preguntas y reflexiones de esta mujer, reflejan el sentir de una gran parte de la población de este municipio, que no entiende ni comprende, como en Jimena, se va a poder llevar a cabo una tropelía de estas características.

          A la primera pregunta de esta señora contesté:

-          Porque al que iba el número uno en las listas de IU(Izquierda Unida) en las últimas elecciones municipales, un tal Francisco Gómez, hombre de izquierda, izquierda, donde los haya, no quiere que se le pase el arroz de la política. Se ha presentado ya en varias ocasiones a las elecciones y nunca ha tenido el refrendo mayoritario de los ciudadanos de este municipio. Los vecinos no lo quieren de Alcalde, pero él, que es un demócrata de conveniencia, ha decidido que los vecinos se equivocaron reiteradamente en las urnas y que, por tanto, debe ocupar el sillón de mando como corresponde. Bueno, por  la gracia  del PP. Sí de los de Rajoy.

-                 Eso es, me explico, para que sus deseos se hagan realidad, ya que los votos los dejaron a once puntos del PSOE y a más de 500 votos de diferencia, hacen falta además del apoyo de los tres “camaradas” de IU,  los votos agradecidos de una partida de avergonzados y desvergonzados del PP, que juegan con el futuro de su pueblo a cambio de nada, dicen. Asevero lo de avergonzados, porque como es público y sabido, no fueron capaces de venir al  Ayuntamiento de Jimena para registrar la moción y lo de la desvergüenza, por filtrar a la prensa que no lo hacían, porque había al parecer un grupo de militantes socialistas increpándoles en la puerta del Consistorio, cosa que era totalmente falsa.

Bueno, con estas mimbres, quieren hacer el canasto. Pero, lógicamente había que llenarlo de mentiras, insidias, farsas e invenciones. Y ahí contesto a la segunda pregunta de mi interesada vecina ¿Qué ha hecho malo Pascual?

-          - Pues que yo sepa a día de hoy nada de lo que se pudiera arrepentir. Es verdad, que está inmerso en un procedimiento judicial, junto con otros concejales entre los que me incluyo. Como en la anterior legislatura, ya lo estuvo el Alcalde del PP y su equipo de gobierno. No sólo no ha sido condenado, sino que  ni siquiera se le ha abierto procedimiento oral por el asunto.

-          Sin embargo, ya estos de IU y del PP, le han impuesto la condena, mancillando su nombre y su prestigio, haciéndole un daño irreparable a su persona y a su familia. Y todo, por conseguir el poder. Valiente tropa.

Lo que ocurre, es que Pascual tendrá muchos defectos, como cualquier persona, pero aquí en Jimena, la inmensa mayoría de ciudadanos sabe y lo expresa, que Pascual Collado es un hombre honrado a carta cabal. Un trabajador de la política honesto y competente que se está desviviendo por su pueblo desde hace un montón de años. Y ahí coincido con mi interlocutora también. Es un hombre, como se autodefinía Machado en sus poemas del Alma “ En el buen sentido de la palabra, bueno”.

La corrupción y el desgobierno. En estas dos premisas se quiere encerrar el despropósito de la Moción de censura del próximo día 19. Hay que hacer creer como una gota malaya que Pascual es un corrupto y que el equipo de gobierno que dirige son una panda de ineptos, que no están cumpliendo con Jimena.

Para eso, llegan los salvadores de la patria. Estos mismos que permitieron que el PP, en la legislatura más nefasta que se recuerde en Jimena, gobernara durante cuatro años sin la menor preocupación y sobresalto. Entonces decían, que los ciudadanos los habían puesto en la oposición y que ahí tenían que estar. Había que respetar los designios de las urnas y permitieron que el PP campara a sus anchas durante cuatro años, sin que se les ocurriera en ningún momento poner en entredicho la infausta gestión que venían realizando y que era conocida por todos

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  Ahora no. Ahora se justifica lo injustificable si hace falta y se alían con el diablo si es menester, porque resulta que quien gobierna el Ayuntamiento son los socialistas y han traído, en este año y medio de legislatura, todos los males del mundo mundial a nuestro pueblo.

Decía Benjamín Franklin que “Todo lo que se inicia con ira, rencor y odio termina en vergüenza” y parece como si hubiera estado pensando en la situación política que nos acontece en Jimena.

La Moción nace sin duda, del odio y el rencor que muchos militantes de Izquierda Unida guardan al PSOE, con su candidato a la cabeza. Es una aversión a todo lo que huela a socialista que creo que algunos se lo debieran mirar. Pero creo, como lo creen muchos ciudadanos,  que a partir de ahora, esa superioridad moral y ética con las que nos pontifican y nos quieren dar lecciones diarias se ha ido por el desagüe de la ignominia y el descrédito, porque una gran mayoría de conciudadanos piensa y sentencia como mi querida vecina :

“No tienen dos dedos de vergüenza”.

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