jueves, 15 de septiembre de 2016

2 poemas al "Hogar del pensionista de Buceite", por Cristóbal Moreno El Pipeta

Fotos de Coto Meléndez.
El Hogar del Pensionista de Buceite- Al Pensionista por Cristóbal Moreno “El Pipeta” Noviembre de 2015.
--
En San Pablo de Buceite, donde sobre el hollar de la historia hubo:
piedras, hierbas y olivos; vivienda, ermita, escuela, rescoldo y sueños…,
existe ahora el Hogar del Pensionista, con vista corta y tristeza larga…,
de tanto venir andando a la esperanza de entretenimiento y vida.




Y también, la plaza de un alcalde, que por joven debería llevar su nombre;
que por joven fue su política primera canción del cuerpo y,
por adulto la segunda Constitución del alma: el Hogar…,
porque allí se juntan con bastones los extenuados cuerpos
y de tanto venir renqueantes las cansadas almas,
a las que Andrés Beffa les facilitó cobijo y aposento,
el café y la copita…, y un sobre cerrado conteniendo…:
el futuro de los votos ganados para veintiocho años.

¡Y por eso, sin olvidar, cuatro esos no olvidaremos:
- Por agradecer se agradece a quién se lo merece.
- La plaza…, por donde pasa trotando el apoyo del viento.
- Una Casa de la Cultura por donde vuela arte y el misterio del tiempo
- Y el no dejar que nuestros validos sean olvidados de esta era ¡

Plazas y habitáculos con varias escaleras y cuatro puertas,
y una nueva obra adosada, pobre y duradera,
por donde pasarán corriendo los años nuevos,
buscando caducar recostados sobre la barra del bar;
jugar a juegos de ancianos niños, o pasear sus interiores
por donde piensa la mujer y el hombre con los años viejos,
historia y dolor del trecho también lo llevan dentro.

Salvador Puertas, ¡gracias…!, por ser su silencio en su hégira,
su confidente, su niñez y el amigo consejero;
y a tu esposa que la ven: como la hija que es allí dentro,
solo quiere para ellos que vivan tranquilo y en paz esos ratitos en el centro.

La edad se les vino encima como un carnaval sin comparsa,
y a los ojos marrones y negros la tristeza les viene larga
porque, bajo los pelos grises caídos sobre la arrugada frente hay
otros ojos: verdes, azul y claros que brillan ondeando la cintura alegre,
sin espinas, sin polvo, sin amargura, con amor y con mañana.

Y el Salvador les previene: “No es viejo el que se apoya en la muleta.
No es viejo aquel que pierde su cabello o su última muela.
No es viejo el que lleva siempre en su corazón el amor ardiente.
Sino el que pierde la ilusión, la fe y su última esperanza,
al no haber aprendido de joven a vivir alegremente.”

“¡Miradlos…, pues tienen bajo la vejez horas tan bellas,
como el alba tiene antes de la mañana su lucero,
como todas las tardes de los días tienen su celaje,
como todas las noches del universo tienen sus estrellas!”

¡No dejéis en la vejez montañas que se vuelvan escabrosas,
que sin fe y sin esperanza al alpinista le parezcan imposibles y desvalidas;
llenar el alma de futuros deseos para que lo imposible sea la congoja
y seguid amando viejos… ¡¡Maldito quién el amor de los mayores los juzgue de pecado!!

¡No te sientes, adelante, un poco más, mira…: allí delante va la vida!
¡Sigues como hasta ahora brindando siempre tu cariño a cambio de nada,
conformándote solo…, con una leve y soslayada sonrisa!
¡Y sigue ahí amigo mío, vecino, padre, abuelo, tío… madres…!
………………………..¡¡Sabéis…!!..............................................
¡¡Lo más importantes es: que hoy, aún estás en cada momento de mi vida!!


_______________________________________________________________________________






EL HOGAR DEL PENSIONISTA EN BUCEITE


La cuesta le viene larga
La vista la tiene corta 
Débil su maltrecho cuerpo
Consumido su vigor
Hueco de almas su lar
Deseoso de amistad
Rebosado de amor
Afligido de tristeza               
Malhumorado, achacoso
y empachado de años,
busca el anciano viejo       
y el jovenzuelo anciano:
entretenimiento y vida
en el Hogar del Pensionista.

Le recibe Salvador
con un: ¿qué vas a tomar?:
“¡un cafecillo…, con coñac
y el dominó para jugar
de ahí saldrá el que pagará…,
barbudo y guapetón!”
─el vetusto ha respondido
desprendiéndose de años               
e hinchando el pectoral─.               

Al fondo suenan maldiciones,
y puñetazos en la mesa,
“¡pon el seis blanca cojones,
que me has hecho pasar
con el puto blanca doble!”

Una escuela de campeones
añejos y zalameros
porrudos y cabezones
que se cagan en la vida
con sus dos "pelaos melones"
que en boca siempre tuvieron
“como porrudos cojones”.

Gran alegría a mi me da
cuando visito el Hogar
exprimiendo ya mis años          
y copeo en la barra del bar,
al tener mis buenos recuerdos
con ellos cerca de mí.

Pertenecen a mi vida
como la historia a la historia;
veo en ellos a mi familia,
y entre ellos a mí mismo
en las páginas del tiempo.

Con cariño a los que están y no están
y en nuestros corazones siempre estarán


Noviembre de 2015  Cristóbal Moreno “El Pipeta”
---















4 comentarios:

Anónimo dijo...

No hay otoño poeta
o al menos, eso yo creo,
lo que sí sé que existe
es, el otoño de los viejos,
sea poeta de saber,
o solo, poeta de sueño.
La hoja, protectora piel,
también se le cae al viejo
y un árbol viejo sin hojas
con la corteza agrietada,
yo no digo que de pena
pero tampoco, que de miedo.
El otoño solo sirve
para engendrar retoños
que brotarán en primavera,
eso a muchas, les dará risa
y a otras puede que, miedo.
Llegará la primavera
nueva savia, brotes nuevos.
Saldrá de nuevo la pampa
si no, hemos muerto en el empeño.
El viejo tronco se cubrirá
de un aceptable verdor
que más joven no lo hará,
pero que, con su frondosidad,
si no se mira su corteza
no sabríamos decir su edad.
.

Amigo Cristóbal:
Hace unos años escribí
esto o algo muy parecido
y al leer tus dos bonitos poemas
me he acordado y lo envío.

Abrazo y mis saludos
de Antonio.-EndC. 15.09.16

Cristóbal Moreno dijo...

Por error de la técnica que vuela,
en la página de Buceite,
volaron los versos del segundo,
cayendo
en líneas desordenadas,
pareciendo en principio,
el poema,
más que una poesía
una sopa de letras.


Por ello se insta a los primeros
lectores a que vuelvan a leerlo
una vez que las letras volvieron
a sus asientos
después del recreo.

Pedimos disculpas.

Cristóbal Moreno dijo...

¡Qué bien Antonio, ya son cuatro! El que no lee es por que no quiere, o la sencillez del pueblo le hiere.

Anónimo dijo...

muy bonito cristobal pero hecho en falta algo que tambien es necesario y es la critica y la denuncia no todo es tan bonito y guay porque nadie denuncia la suciedad las cacas de perrosy algo tan importante como la salud porque nadie denuncia la dejadez del centro de salud no vayas de 10 a11 no hay ni celador notede un infarto o algo grave mejor tede en el cantina se nesecita una pagina o algo donde podamos dar quejas y opiniones sin miedo a represalias NO TE PARESE un saludo de un acmirador de tu arte