De la misma manera que organizamos los viajes teniendo en cuenta los destinos, deberíamos orientar nuestra vida humana definiendo con la mayor precisión posible las metas –concretas y sucesivas- que nos proponemos alcanzar. Esas líneas de llegada no sólo orientan la dirección sino que también justifican la correcta administración de los recursos, de los esfuerzos, de las renuncias, de los gastos de energías e, incluso, de la inversión de tiempo. Hemos de reconocer, sin embargo, que el destino y la meta cambian a medida en la que cada paso nos descubre nuevas encrucijadas y diferentes objetivos. Conforme avanzamos, divisamos horizontes insospechados y, a veces, sorprendentes. Por eso, mientras sigamos viviendo –caminando- deberíamos estar dispuestos a cambiar de dirección.
Pero también deberíamos tener en cuenta que la vida humana es un paseo y un juego. Para vivir humanamente la vida, hemos de tener claro también que el recorrido temporal y cada uno de sus instantes poseen en sí y por sí mismos contenidos, significados, sentidos, alicientes y valores. Por eso hemos de transitarlos con pasos acompasados, suavizando los golpes, distrayéndonos y divirtiéndonos con los atractivos del paisaje. Por eso, para disfrutar, también es necesario que sigamos educando el gusto y, por supuesto, que evitemos las prisas, esa enfermedad del tiempo actual que puede conducirnos a accidentes y a la muerte.
1 comentario:
Antonio, el niño del Corchado.
De joven yo ya pensaba
que con unas orejeras
para evitar distracciones
la vista puesta en la meta
que sin dopaje ni trampas
y sin pegar nunca a nadie
ni codazos ni empujones
seguro, que se llegaba.
Y la verdad es que se llega
si no encuentras en el camino
en tus ruedas, muchos bastones.
Yo, en verdad no tengo quejas
dentro de mis posibilidades
yo me fijé algunas metas
y a todas, tarde o temprano llegué.
Algo más de lo soñado
creo que he logrado conseguir,
aunque con mucho trabajo,
perseverancia y sacrificios
porque nunca ambicioné
más de lo que he necesitado.
13.02.16
Antonio. -El niño del Corchado. -
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