De no ser por un tertuliano, el cual oigo y veo en casi todas las cadenas tanto de radio como televisión, debe ganar un pastón el buen señor. Gracias a ese caballero, pude advertir que el pasado 15 de junio se cumplió treinta y ocho años de las primeras elecciones democráticas en nuestro país, tras un periodo de un gobierno totalitario de cerca de cuatro décadas.
Viene al caso que a esa fecha no se le ha dado la relevancia que a mi entender tiene. Ese día se rompía de una manera definitiva con el régimen anterior, se comenzaba a conquistar o recuperar unos derechos que durante cuarenta años habían sido soslayados, fue un día gozoso para la inmensa mayoría de los españoles.
Muchos como el que suscribe aquello le era raro, inaudito, algo tan elemental en democracia como expresar tu voluntad en una urna, era todo un acontecimiento
Ese 15 J, fue el inicio de una vida mejor, a pesar de las dificultades. Ya nadie sería detenido por pensar distinto, donde cada uno se expresaría en libertad, no más exiliados por cuestiones políticas y una larga retahíla de conquistas.
Ese 15 J, fue el inicio de una vida mejor, a pesar de las dificultades. Ya nadie sería detenido por pensar distinto, donde cada uno se expresaría en libertad, no más exiliados por cuestiones políticas y una larga retahíla de conquistas.
Soy consciente que en el calendario existen efemérides de este tipo, Día de la Constitución, Día de Andalucía, no se trata de añadir un festivo, pero me da como esa fecha debería ser más y mejor recordada. De camino hacer hincapié de lo que costó poder celebrar lo que aconteció ese día, unos comicios libres y democráticos, al día de hoy los más normal del mundo, pero que fue algo muy grande y extraordinario en 1977, donde fueron muchos los que quedaron en el camino.
Prometo no olvidarme nunca más del quince de junio de 1977. Aquel día mi condición de súbdito me la cambiaron por la de ciudadano.
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