lunes, 19 de enero de 2015

"Relax de los sentidos", por Cristóbal Moreno El Pipeta

Cristóbal El Pipeta nos ofrece un poema dedicado al pueblo de San Pablo de Buceite, "cuyo título expresa por qué a los extraños le gusta vivir aquí: se relajan y relajan sus sentidos, a nosotros también, sin darnos cuenta".
"Espero te guste el cuadro hecho poesía: el multicolor de la dehesa (acuarela), el propio de los campos de San Pablo con sus huertas de naranjos, y el desayuno de esos jornaleros que cantan mientras trabajan.

Mi incursión (como la de cualquier sampableño) en las sendas del pueblo, y las preguntas a este apego, hechizo o embrujo que tiene para nosotros este rinconcito (por cantar sus caseríos con los trinos de los pájaros y la alegría de la gente hecha copla;  la pureza de nuestra naturaleza que lo está reflejando cada vez más la existencia de aquellos peces casi exterminados por la contaminación y. que hoy en día, se ven saltar constantemente en el río que atraviesa este vergel".

RELAX DE SENTIDOS

Valle acuarela, Buceite,
verde naranja, San Pablo,
marco –de zumo y aceite-
estrofas del jornalero.

Senda que yo transité…

¿es tan bonito mi pueblo
por cantar sus caseríos
o al saltar los peces del río?


1 comentario:

Anónimo dijo...

San Pablo de Buceite es
y de San Pablo, El Corchado
gozo y tristeza a la vez,
gozo porque en ese vergel,
de color verde de fondo
que sin nevar se blanquea
cuando flores de azahar
cubren a la vez a los naranjos.
Después, cuando la fruta madura
cambia a un rojo, no agresivo
ya que está dulcificado
por el color amarillo,
que es, el color naranja.
Pasé los mejores años
que en mi vida yo viví
allí fui yo muy pero muy feliz,
a pesar de mi niñez,
yo comencé a sentir,
yo comencé a descubrir
cosas que no he olvidado
y que nunca olvidaré.
También tuve que vivir
mis dolores más amargos:
Uno fue perder a mi padre
otro, el tener que partir
Y el perder mis ilusiones,
ilusiones infantiles
que nunca más recobré.
Es la vida, es el destino,
que nos lleva, nos empuja
y otras veces nos arrastra
a recorrer mil caminos
que no retornan ninguno
al punto de que, sin querer
por circunstancias ajenas
a nuestra voluntad y deseos,
al punto, del que partimos.
.
18.04.16
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Antonio. –El niño del Corchado-