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El Balón de Cádiz dice que pasó "miedo" en Tesorillo. Baena, el técnico cadista, denuncia una "encerrona" y critica el estado del Municipal de la Era Los locales lo califican de una pataleta por el resultado
A. G./F.J. D.
El partido que el Tesorillo y el Balón de Cádiz disputaron el pasado domingo en el Municipal de la Era tuvo ayer una resaca polémica tras las declaraciones del entrenador del equipo cadista, Paco Baena, que denunció una "encerrona" que el club de casa negó y calificó de pataleta por el resultado (1-1) -Ver noticia-.
Paco Baena se erigió ayer en portavoz de su equipo. "Ha sido una experiencia malísima y no esperaba yo después de tantos años como jugador profesional y entrenador que me iba a encontrar una situación tan compleja", explica el preparador gaditano antes de entrar a recordar lo que, bajo su versión, vivieron en San Martín del Tesorillo. "Para empezar -relata Baena- , nos encontramos con un campo de césped que estaba fatal. Césped, por llamarle de alguna forma. Muy seco y con boquetes, lo que pone en muy serio peligro la integridad física de los futbolistas. Tampoco entiendo que yo esté sentado en el banquillo y que con mis pies pise la línea de banda, ya que la distancia entre una zona y otra es casi nula".
Diego Quirós, directivo de la UD Tesorillo, dio la versión del equipo local sobre estos hechos. "Es verdad que el campo estaba seco y se debe a que la bomba del agua se rompió el pasado jueves, pero boquetes no tenía, estaba liso y lo mejor posible dentro del problema de regado", afirmó. Sobre el incidente de la red, explica: "Durante el calentamiento se rompió y nuestros jugadores la cosieron delante de un juez de línea. Creo que es algo puntual que puede pasar en cualquier campo".
Lo más comprometido para sus jugadores, tal y como expone el técnico balonista, fue que "repartieron mucha leña, toda la de este mundo". "Nos dieron golpes y patadas con y sin balón, y ha sido la primera vez que he pasado miedo en un campo de fútbol", reconoce antes de proseguir que "no he visto algo igual en treinta años". "El árbitro también se asustó y permitió todo. Había demasiado miedo", reitera.
Quirós defendió la postura de los tesorilleros: "Si habla de juego duro por qué no menciona que nosotros acabamos con dos lesionados, uno por un codazo en la cara y otro por una entrada sin balón con rotura de ligamentos", se pregunta. "Y si ellos tenían lesionados, por qué no agotaron los cambios", subraya. "No pasó nada más allá de los lances del fútbol. Puede que hubiera alguna entrada dura, pero por parte de ambos".
Los cadistas se quejan de que no jugaron con el balón oficial. Los esféricos para Primera Andaluza son del modelo Al-Andalus, de la firma Luanvi. No obstante, se autoriza el uso del balón oficial de la temporada pasada, el Premier, de la marca Hummel, hasta el próximo 31 de diciembre. "Los balones que tenemos son válidos. Muestra de ello es que no tenemos multa alguna", zanja Diego Quirós.
Todo lo que relata el máximo responsable de la expedición balonista se produjo sin ningún tipo de protección. "En el campo no había Policía ni Guardia Civil. A Carlos Cuenca le agredió por la espalda un jugador del Tesorillo estando el balón en la otra parte del campo y a Álvaro le reventaron un tobillo. Los dos están lesionados y el árbitro no expulsó a nadie. Allí no se podía hablar porque nos tuvieron intimidados".
Baena entiende que su equipo vivió una odisea. "Los insultos y descalificaciones al acabar el partido llegaban por todas partes y nuestra afición los sufrió en sus carnes".
Quirós lamenta la versión de los gaditanos y acaba con otra pregunta para Baena: "¿Si tan mal lo pasaron por qué sus jugadores acabaron comiéndose el bocadillo en el ambigú con nuestros futbolistas?".
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