José Antonio Hernández felicita a los creadores y organizadores de los Talleres por la Paz

El escritor y profesor José Antonio Hernández Guerrero pronunciará la Conferencia por la Paz de los XI Talleres por la Paz de San Pablo de Buceite -Ver noticia- el próximo martes 23 de julio en la Casa de la Cultura a las 20 h. -Ver programa completo-

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El siguiente escrito de felicitación, bien podría tratarse de un adelanto de su conferencia.

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CON LA PAZ OCURRE COMO CUANDO MONTAMOS EN BICICLETA, QUE SI DEJAMOS DE PEDALEAR, NOS CAEMOS

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Permitidme –queridos amigos- que felicite a los creadores, a los organizadores y a los profesores de los Talleres de la Paz y que os dé mi sentida enhorabuena a los que tenéis la suerte de participar en ellos. Parto del supuesto de que la paz es una meta que no nos viene dada –no es un regalo gratuito-:
 -    es una lección que tenemos que estudiar,
-    es una asignatura que tenemos que aprobar,
-    es un objetivo que exige que trabajemos,
-    es un bien que requiere mucha constancia
-    y es el resultado del desarrollo de diferentes habilidades y de la aplicación de varias técnicas.

La paz tenemos que aprenderla y tenemos que luchar para alcanzarla y para evitar que nos la arrebaten.
Hemos de tener claros varios presupuestos: 
El primero, que, para alcanzar la paz, hemos de trabajar mucho y hemos de aprender las fórmulas, las maneras, los métodos, los recursos e, incluso, los mecanismos que sirven para buscarla, para localizarla, para defenderla, para mantenerla y para intensificarla.
El segundo, que la paz es un bien que nunca está plenamente –del todo- conseguido, siempre podemos alcanzar nuevas metas.
Y el tercero, que la paz es un bien muy frágil, que se debilita con facilidad y que, al menor descuido, lo perdemos. Hemos de tener en cuenta, además, que son numerosos los obstáculos que hemos de saltar, los impedimentos que la imposibilitan y los enemigos que la atacan.
Con la paz ocurre algo parecido a lo que nos pasa, por ejemplo, si nos caemos al mar o a un río profundo: que si paramos de nadar, nos hundimos. O cuando montamos en bicicleta: que si dejamos de pedalear, nos caemos. O incluso con el motor de una moto, de un coche o de un tractor, que si no le echamos gasolina, se para.
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*** Enviado por José Antonio Hernández Guerrero, catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada y Director del Club de Letras de la Universidad de Cádiz, escritor y articulista.