domingo, 24 de febrero de 2013

Poema carnavalesco: "La corrupción raras veces comienza por el pueblo", por "El Pipeta"

2 guardias civiles, el obispo y una monja en el Carnaval de San Pablo
¡Ay! Carnaval, mi carnaval
háblale, al rico y al chacal,
canta, al político y a la Ley
¡O al mismísimo Rey,
que es quien promulga la ley!.

¡Ay! mi carnaval, carnaval,
donde se pierde el rubor,
donde se cambia de piel,
para criticar sin miedo
si le quieren escuchar.

¡Murmura, habla la verdad!
Que oigan al pueblo cantar
como tienen que gobernar.
Que el pueblo está dócil,
el pueblo avisa en carnaval.

El pueblo siente, y es consciente,
en lo duro que es mandar.
Tiene miedo y no miente:
“Que no llega a buen fin
el político con disfraz”. 


Basta de engañar al pueblo
estos piratas del caribe,
con feos colmillos de lobos
y entrañas de engorde
donde el dinero se pierde.

Morados de a quinientos
y amarillos de doscientos,
son billetes de los ricos
y están guardados en el piso 
o lo han huido de lo bético.

Y aunque ustedes no lo crean,
hay políticos honrados
y también idealistas
que están abochornados
por los miles de bellacos.

Y el Cañón del Colorado
aún no está acabado,
de muros a cada extremo,
para meter a los pillos
que en España han mamado.

Confiamos en Vos, mi Vos,
aunque el mamut no piense así,
y sáquenos de este apuro,
como nos sacó una vez
de los que escupían poder.

Échele bríos a la vejez
sacudiéndose a los pícaros
que enmarañan España,
ya sean, de donde sean,
y estén, donde estén.

¡Cálleles¡ como callasteis
en público, alguna vez, 
y a tantas otras aves  
que nos pican en los ojos
y nos entierran en despojos.

Que el pueblo no os culpa.
Que el pueblo no olvida.
Que el pueblo es agradecido.
Que el pueblo quiere olvido:
“¡Con panes para sus hijos!”

Humildemente y con perdón,
en pedir honra y es la intención,
¿!En quién ya, confiamos Dios¡?
¡Es vergüenza, es humillación¡
¡Por favor…, y por favor¡

Esta es, la voz del pueblo,
de tantas, que al aire van,
y vuelan pidiendo justicia
al que la tiene que dar
para que remedie este mal.

¡Ay! mi carnaval, carnaval,
donde se pierde el rubor,
donde se cambia de piel,
para criticar sin miedo
a los que al pueblo, hacen arder.
--             
 “El Pipeta”

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