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Hace una semana el ex alcalde socialista de Tesorillo, José María Casuso publicó una carta abierta al alcalde de Jimena, Pascual Collado, donde se quejaba de estado de abandono y dejadez en el que el ayuntamiento de Jimena mantiene a la Casita de Campo de Tesorillo, el más importante emblema de la historia del pueblo -Ver noticia-.
Hace una semana el ex alcalde socialista de Tesorillo, José María Casuso publicó una carta abierta al alcalde de Jimena, Pascual Collado, donde se quejaba de estado de abandono y dejadez en el que el ayuntamiento de Jimena mantiene a la Casita de Campo de Tesorillo, el más importante emblema de la historia del pueblo -Ver noticia-.
Todos con la Casita de Campo.
Ya está disponible en Facebook un grupo de apoyo al que todos se pueden sumar, y en el que se pueden ver escritos y vídeos como los que siguen.
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LAMENTO ROTOMiradme como me tienen
tiempo, olvido y abandono.
Quiero teneros conmigo
y ser yo de vosotros todos.
¡Tesorilleros, arriba!
¡Defended lo que es de todos!
¡Quién va a escuchar mi deseo,
quién mi lamento roto!
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LA GRAN SEÑORA
Hace tiempo que una gran señora, muy querida y a la vez olvidada de nuestro pueblo, me expresó un deseo: “ me gustaría dieras a conocer esto que te voy a contar”.
Sintiendo lo que siento por ella, y estando de mi mano el poder hacerlo, me senté a su lado, la escuché atentamente y hoy con toda humildad y haciendo realidad su deseo narro y doy a conocer lo que aquella tarde esta linda señora me contó. Utilizando para ello este medio, este libreto que sé seguro lo leemos todos los que nos sentimos tesorilleros. ... Ver más
Mira Manuel, ( me contaba ) Como tu bien sabes debido a mi longevidad y mi lamentable estado de salud, que tu bien conoces no puedo salir de aquí, por lo que te pido por favor transmitas mis sentimientos a todos los vecinos de San Martín a los que quiero como mis hijos.
Como sabes, mujer centenaria, pasando con creces el siglo, aun me queda algo de fuerzas para un último lamento, ahora aquí en mi lecho cercano a la muerte, si Dios no lo remedia.
No veo, por que mis ojos ya nada tienen que ver, no oigo por que mis oídos nada tienen que oír, mi olfato perdió su sentido y antes de dar mi último suspiro quiero expresar mi pensamiento, dar a conocer lo vivido, y tratar de comprender porque hoy me encuentro en este estado sin merecerlo.
“ ...........aún me acuerdo, jamás lo podré olvidar.
Cuando mis pechos amamantaban a mis hijos, cuando con mis brazos acercaba a mi corazón todo aquel que venía en busca de paz y sosiego.
Cuando por mis faldas corrían tantos y tantos chiquillos y chiquillas ( hoy en día padres y madres) . Admirando con entusiasmo mi alegría, disfrutando de mi belleza, de mi majestuosidad. Antaño lo era, majestuosa, muy majestuosa.
Testigo mudo fui de muchos amores y desamores, de encuentros, de desengaños y reencuentros. Cuantas veces a mis puertas os acercasteis como atraídos por la sensación de seguridad, de bienestar y complicidad, que siempre ofrece una madre. Ocultados bajo mi tenue manto, pero siempre ante mi atenta mirada, demostrabais vuestro juvenil amor.
Cuantas veces escuché: ¿ me quieres?, ¡ te quiero!. Sobre todo en primavera, cuando sacaba a relucir mis mejores galas.
Con que ímpetu veníais hacía mi, buscando mi sabiduría, mi serenidad, mi tranquilidad, mi confianza, ese consejo que solo una madre sabe dar.
En mi sombra os cobijabais, en mis alrededores disfrutabais. Entonces, orgullosa de mi, no me faltaban halagos, piropos. No había día que no tuviera visita.
Hoy sin embargo me siento abandonada, desmantelada, incomprendida, en manos de nadie y en poder de todos.
Me aprecian, pero me olvidan. Me quieren pero me ignoran. Me admiran pero me abandonan. Me tienen pero me desprecian. Todos quisieran hacer algo por mi pero nadie hace nada. Y mientras tanto cada día que pasa veo como mi ser se apaga, mi lindo cabello de entonces nadie me lo cuida, mi piel no solo se agrieta, se rompe, mis huesos resentidos podrían desplomarse de un momento a otro.
Por favor Manuel, transmite esto que te digo. No me dejéis morir. Ayudadme para poder seguir siendo como era, lo que era y lo que para vosotros queréis que sea. Solo de esta manera podré seguir viviendo en paz y en el corazón de cada uno de mis hijos tesorilleros.
Fdo. La Casita de Campo.
Narrado por: Manuel García Lobato
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LA GRAN SEÑORA
Hace tiempo que una gran señora, muy querida y a la vez olvidada de nuestro pueblo, me expresó un deseo: “ me gustaría dieras a conocer esto que te voy a contar”.
Sintiendo lo que siento por ella, y estando de mi mano el poder hacerlo, me senté a su lado, la escuché atentamente y hoy con toda humildad y haciendo realidad su deseo narro y doy a conocer lo que aquella tarde esta linda señora me contó. Utilizando para ello este medio, este libreto que sé seguro lo leemos todos los que nos sentimos tesorilleros. ... Ver más
Mira Manuel, ( me contaba ) Como tu bien sabes debido a mi longevidad y mi lamentable estado de salud, que tu bien conoces no puedo salir de aquí, por lo que te pido por favor transmitas mis sentimientos a todos los vecinos de San Martín a los que quiero como mis hijos.
Como sabes, mujer centenaria, pasando con creces el siglo, aun me queda algo de fuerzas para un último lamento, ahora aquí en mi lecho cercano a la muerte, si Dios no lo remedia.
No veo, por que mis ojos ya nada tienen que ver, no oigo por que mis oídos nada tienen que oír, mi olfato perdió su sentido y antes de dar mi último suspiro quiero expresar mi pensamiento, dar a conocer lo vivido, y tratar de comprender porque hoy me encuentro en este estado sin merecerlo.
“ ...........aún me acuerdo, jamás lo podré olvidar.
Cuando mis pechos amamantaban a mis hijos, cuando con mis brazos acercaba a mi corazón todo aquel que venía en busca de paz y sosiego.
Cuando por mis faldas corrían tantos y tantos chiquillos y chiquillas ( hoy en día padres y madres) . Admirando con entusiasmo mi alegría, disfrutando de mi belleza, de mi majestuosidad. Antaño lo era, majestuosa, muy majestuosa.
Testigo mudo fui de muchos amores y desamores, de encuentros, de desengaños y reencuentros. Cuantas veces a mis puertas os acercasteis como atraídos por la sensación de seguridad, de bienestar y complicidad, que siempre ofrece una madre. Ocultados bajo mi tenue manto, pero siempre ante mi atenta mirada, demostrabais vuestro juvenil amor.
Cuantas veces escuché: ¿ me quieres?, ¡ te quiero!. Sobre todo en primavera, cuando sacaba a relucir mis mejores galas.
Con que ímpetu veníais hacía mi, buscando mi sabiduría, mi serenidad, mi tranquilidad, mi confianza, ese consejo que solo una madre sabe dar.
En mi sombra os cobijabais, en mis alrededores disfrutabais. Entonces, orgullosa de mi, no me faltaban halagos, piropos. No había día que no tuviera visita.
Hoy sin embargo me siento abandonada, desmantelada, incomprendida, en manos de nadie y en poder de todos.
Me aprecian, pero me olvidan. Me quieren pero me ignoran. Me admiran pero me abandonan. Me tienen pero me desprecian. Todos quisieran hacer algo por mi pero nadie hace nada. Y mientras tanto cada día que pasa veo como mi ser se apaga, mi lindo cabello de entonces nadie me lo cuida, mi piel no solo se agrieta, se rompe, mis huesos resentidos podrían desplomarse de un momento a otro.
Por favor Manuel, transmite esto que te digo. No me dejéis morir. Ayudadme para poder seguir siendo como era, lo que era y lo que para vosotros queréis que sea. Solo de esta manera podré seguir viviendo en paz y en el corazón de cada uno de mis hijos tesorilleros.
Fdo. La Casita de Campo.
Narrado por: Manuel García Lobato
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