martes, 27 de octubre de 2020

"¡Diana!", por Cristóbal Moreno El Pipeta

>>> Cristóbal Moreno "El Pipeta" en buceite.com

Cristóbal Moreno Romero "El Pipeta" ha publicado este relato en la sección de narrativa del núm. 42 de la revista del Club de Letras de la Universidad de Cádiz SPECULUM, que se publica en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, dirigida por el profesor José Antonio Hernández Guerrero.

¡DIANA!

Guillermo Tell, guerrero audaz, defensor de los pobres e insuperable arquero. Ojalá en España hubiéramos tenido uno así. Bueno…, sí…, en televisión salió la serie de “Águila Roja”; un noble maestro justiciero que no tenía nada que envidiarle al legendario suizo, y Sancho: “Satur”, su ayudante regordete, bueno e inocente. A mí también me gustaría ser un aventurero, practicaré…, pues yo también vivo en el campo, última casa, a las afueras del pueblo, pero…, me falta un arma como las que ellos fabricaban artesanalmente, ¡sí, eso es: un arco y unas flechas igual a las que el año pasado me hizo el abuelo y, que poco después, me desapareció delcuarto de los juguetes!

Del contenedor de la basura que hay frente a casa recogí un paraguas roto que había tirado mi madre. Ni caso me hizo cuando se lo pedí… ¡Para que lo quieres, si ya no vale ni para jugar!, fue su respuesta. De él extraje las varillas para hacer con ellas el arco y unas flechas, según vi hacer a mi aventurero abuelo. Me puse manos a la obra. Para hacer las flechas afilé la punta de unas cuantas varillas y por el otro lado, donde tienen el agujero, les hice el culatín (muesca para la cuerda); incluso les puse plumas para que siempre cayeran de punta. El arco lo hice con otra varilla intacta, tras haber pasado y anudado una cuerda en ambos extremos, previamente atirantada hasta formar la curvatura. Quedó tenso, y perfectas las flechas. Solo faltaba practicar mucho para ser un buen niño arquero. Con negro picón dibujé una diana en la vieja puerta del gallinero. A unos metros armé el arco con la flecha, tensé, apunté y ¡plaz…, por la cresta quedó clavado el gallo! ¡Otra vez…! -gritó mi madre desclavando al revoltoso ave- ¡El año pasado tu abuelo y ahora tú! ¿Cómo has encontrado el arco y las flechas?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

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Yo también hice de arquero
y como tú, antes tuve
que hacer, de maestro armero.
Con un junquillo de esos
que en las ventanas de madera
sujetaban los cristales
y una cuerda de bramante,
hice un bonito arco.
Con las varillas de un paraguas,
una docena de flechas,
con las puntas aplastadas
como si fueran unas lanzas
y con dos muertes de esas
que tienen los anzuelos de pesca.
Luego, yo salí de caza,
desde la azotea de un amigo
que daba a una callejuela
de las que no estaban muy limpias
y que frecuentaban las ratas,
había varias que en la basura
algo de comer buscaban.
Monté el arco y apunté
a uno de los roedores
que muy tranquilo comía
y un disparo certero,
que en lugar de un chillido
de aquella rata atravesada
provocó un terrible maullido
de ”Rufo” un hermoso gato negro
que sobre ella se abalanzaba,
la flecha que dio de lleno
al gato negro de mi amigo
que de un salto se encaramó
en la tapia de la casa
y luego muy asustado
al patio saltó el felino.
Nos costó mucho el atraparlo
ya que erizaba el lomo
y nos advertía con bufidos
que si se acercaba alguien
podría perder un ojo.
Fue la madre de mi amigo
la que tapándolo con una manta
pudo agarrarlo y calmarlo,
la flecha, no pudimos extraerla
las muertes de la punta
imposible nos lo hacía.
Fue Don Julián el veterinario
el que con pericia la extrajo,
El gato no sufrió más daños
que dos agujeros en la piel
que muy pronto se curaron.
Me confiscaron el arco y fleta
y como castigo me impusieron
el no salir de casa para nada,
en lo que quedaba de verano.

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Cristóbal Moreno dijo...

Muy bueno Antonio!
Saludos y un abrazo, que os llene de salud y compañía..., como antes.

Anónimo dijo...

Bonito relato-cuento-y realidad causal y casual; pobre gallo, pobre abuelo negligente y todo por su nieto, y pobre la inocencia de un pequeño simulador de héroe, eso tienen las películas que se hacen apta para niños y tienen en la mentalidad infantil sus repercusiones inesperadas: fue un gallo pero, -y ese es el kit de la cuestión- pudi ser otri niño o persina mayor. Algi ya había ocurrido año antes, cuandi la madre tuvo que esconder el itro arco cin sus flechas y todos.
Perfecto Cristóbal, cuéntanos más de tus variadas historietas y enhorabuena también a Speculum llena de ellas y poesias, variadas e inéditas, buen revoltijo de cultura.