martes, 1 de octubre de 2019

"Chiribitas blancas", por Cristóbal Moreno Romero

--
Cristóbal Moreno Romero "El Pipeta" ha publicado este relato en la sección de narrativa del núm. 37 de la revista del Club de Letras de la Universidad de Cádiz SPECULUM, que se publica en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, y dirige el profesor José Antonio Hernández Guerrero.
-
Chiribitas blancas
-
Navegaba. La oscuridad era absoluta. Yo me empecinaba en amoldarla a mi antojo, pero ella parecía tener vida propia, ¿la tendría? Chiribitas blancas se movieron por el lienzo como un cielo negro estrellado y lleno de cometas. Tras esa bóveda cristalina ˗˗como un espectador en un acuario cubierto˗˗, sentía a un cuerpo  observando desde el otro lado de un mundo exterior e invisible y transparente, que respiraba acompasado a ese otro mundo negro que se expandía al frente actuando como un globo que se inflaba y desinflaba, que pensaba; que me transmitía su pensar. Era un mundo ecológico ambulante, tipo depuradora, que navegaba en silencio desplazándose hacia el infinito de ese abismo estelar y desconocido.

Flotaba por el interior un humeante mar gris ondulante, cuyos bordes giraban por encima de una superficie de plástico. Un mundo que respiraba agonizante y avanzaba por un sombrío espacio sin horizontes. Un mundo filtra-basuras, metales y plásticos: que filtró a la nave, al mundo y a mí.

Un mundo que daba sueño; un mundo de ensueño; un inquieto e inimaginable y vivo sueño. Un pensamiento visto en la oscuridad de una opaca noche. Una idea pensada dentro de dos negruras: la de la noche y la del cerebro guía conmigo dentro, conmigo fuera, pero conmigo. Y yo... soy ese pensamiento, el que lo piensa, el que lo sueña,  el que lo enciende y el que lo apaga; pero no se si seré el dueño de ese mundo por el que a mi antojo, lo conecto y desconecto. Sólo sé que estaré en él con sólo cerrar los ojos y, que si quiero, puedo ver cualquier universo existente, visitar otros planetas, ir a cualquier paraíso o al mismo cielo para hablar con Dios.

En definitiva: loco, cuerdo o dormido dentro de mi paranoia, seré el tripulante de esa nave mientras viva y, quizás también, cuando muera.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pipetta's for ever .

Anónimo dijo...

Cristóbal: el metafísico del grupo de colaboradores de Buceite.
Excelente y de difícil comprensión.... Qué es lo bueno

Anónimo dijo...

Ficción y sueño, todo mezclado a la buena literatura, al buen relato. Un planeta basurero, ¡el futuro de la misma Tierra quizás... !, si es que no acabamos con ella lo haremos químicamente con o sin guerras. Pobre humano inteligente. Un aviso en sueños, un adelanto al desastre.
Habrá que buscar otro planeta para vivir, mientras que éste sigue ese camino.
¡Muy bueno Pipeta, me ha encantado!

Cristóbal Moreno dijo...

Gracias inglés, ojalá... Últimamente me estáis "anonimando" en otras lenguas (italiano, inglés...), con lo que a mi me gusta el andaluz...!

Anónimo dijo...

Cristóbal, como siempre, estupendo.

Anónimo dijo...

El que es grade lo es
porque así lo parieron
y grande seguirá siendo
aunque viva siglo y medio
y diría mucho más
seguirá siendo grande
después de dejar este mundo.
Grande es El Pipeta
y por siempre, lo será
porque ya al nacer lo era
y en grandeza creció y creció.