Antonio Pérez Girón, Pepe Chamizo y Andrés Rebolledo. |
Nota de prensa de la Casa de la Memoria La Sauceda de Jimena.
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El ex Defensor del Pueblo Pepe Chamizo presentó en la casa su último libro M.J. García Caparrós (Muerte en blanco y verde).
El ex Defensor del Pueblo Pepe Chamizo presentó en la casa su último libro M.J. García Caparrós (Muerte en blanco y verde).
Aprovechó para animar a la gente a recuperar el espíritu del 4 de diciembre, construir una Andalucía más justa y acabar con la impunidad de los crímenes del franquismo y sus secuelas.
Pepe Chamizo hizo un llamamiento a todos los hombres y mujeres de Andalucía a recuperar el espíritu reivindicativo y de lucha del 4 de diciembre de 1977 para construir una sociedad más justa y superar el paro, la pobreza y las desigualdades que aún aquejan a esta tierra. Y para poner a Andalucía en la primera fila de las naciones históricas ante la nueva configuración del Estado español que inevitablemente va a llegar. Fueron algunas de las ideas que el sacerdote y ex Defensor del Pueblo de Andalucía expuso en la Casa de la Memoria La Sauceda durante la presentación de su último libro, M.J. García Caparrós (Muerte en blanco y verde) celebrada el jueves 8 de febrero.
El salón de actos de la casa se llenó de vecinos de Jimena y de personas llegadas de Algeciras, La Línea o San Roque para oír la intervención de Chamizo. Lo presentó Antonio Pérez Girón, escritor y cronista oficial de San Roque, quien hizo un breve recorrido por la vida y la obra del sacerdote. Recordó su vinculación a la organización Cristianos por el Socialismo al final de la dictadura y durante la transición, el liderazgo que ejerció en la lucha contra las drogas en el Campo de Gibraltar y sus diecisiete años como Defensor del Pueblo. Eludió enumerar, porque es una lista interminable, los reconocimientos y distinciones que Pepe ha recibido a lo largo de su vida y resaltó su faceta menos conocida: la de escritor. Recordó sus inicios como autor en el Teatro Estable, de Algeciras, o en el grupo Mejorana, de la Estación de San Roque. Y elogió el acierto al escribir el libro sobre García Caparrós. Pepe se pone en la piel de la hermana menor del joven asesinado para repasar su historia, evocar a personajes que compartieron aquella tragedia y consigue emocionar al lector, al que hace sentir la desolación de la familia, la rabia por la injusticia de un crimen por el que nadie ha pagado, pero también el coraje y la entereza de tres mujeres, sus hermanas, que aún siguen luchando para que el asesinato se esclarezca del todo.
Antonio Pérez tiró de su propia memoria para contar lo sucedido aquella mañana de invierno en Málaga. Él estuvo la noche antes allí y vio a las bandas fascistas campar por la ciudad atemorizando a la gente y quitando las banderas andaluzas de las farolas y árboles de las calles por las que iba a pasar la manifestación al día siguiente. Recordó que el entonces presidente de la Diputación de Málaga se negó a colocar la bandera blanca y verde en su sede oficial y cómo los policías antidisturbios empezaron a salir rápidamente para dispersar a la gente que protestaba frente al edificio. Antonio Pérez contó cómo lo que primero fueron botes de humos y pelotas de goma se convirtieron luego en disparos de pistolas y cómo cayó mortalmente herido Manuel Jesús García Caparrós.
Pepe Chamizo dijo que todos podríamos haber sido aquel día García Caparrós. Que la bala que lo mató pudo alcanzar a cualquier otra persona y llevar la tragedia y la desolación a una familia de las muchas que aquel día salieron a la calle de forma pacífica, serena y tranquila a pedir más justicia para Andalucía. Pepe Chamizo dijo que es inconcebible que todavía hoy, cuarenta años después de los hechos, el Congreso de los Diputados se niegue a entregar las actas de la comisión parlamentaria que investigó el caso y que se cerró en falso. ¿Qué es lo que pretenden ocultar? ¿A quién pretenden proteger? Se preguntó Chamizo y los asistentes dudamos de la naturaleza democrática de un Estado que oculta información sobre un crimen a la familia del asesinado e incluso a sus representantes políticos.
El sacerdote sanroqueño recordó que aquel día más de dos millones de personas salieron a la calle para pedir la autonomía para Andalucía y que fue la movilización popular la que trajo el autogobierno en pie de igualdad con las nacionalidades históricas que el Gobierno de la UCD le quería negar. Añadió que tras visitar dos veces todos y cada uno de los pueblos de Andalucía puede afirmar con total rotundidad que Andalucía es el pueblo que tiene más razones en el Estado español para llamarse y constituirse en nación. El ex Defensor del Pueblo leyó luego algunos capítulos de su libro, que está escrito como un monólogo en primera persona de la hermana menor de García Caparrós, o de los personajes relacionados con el caso que ella evoca. Así, Pepe leyó los monólogos del padre, la madre, su hermana Loli, y del presidente de la Diputación. La sencillez en la expresión literaria, combinada con la verdad y la emoción de los textos pusieron un nudo en la garganta a más de unos de los asistentes. El público premió con sendos aplausos a Antonio Pérez y a Pepe Chamizo y luego se entabló un coloquio entre los presentes en el que se puso de manifiesto la diversidad de opiniones que hay en esta tierra sobre las recetas para acabar en Andalucía y en España con tanta injusticia, tanta corrupción, tanto paro y tanta impunidad. En ello seguimos.
Pepe Chamizo dijo que todos podríamos haber sido aquel día García Caparrós. Que la bala que lo mató pudo alcanzar a cualquier otra persona y llevar la tragedia y la desolación a una familia de las muchas que aquel día salieron a la calle de forma pacífica, serena y tranquila a pedir más justicia para Andalucía. Pepe Chamizo dijo que es inconcebible que todavía hoy, cuarenta años después de los hechos, el Congreso de los Diputados se niegue a entregar las actas de la comisión parlamentaria que investigó el caso y que se cerró en falso. ¿Qué es lo que pretenden ocultar? ¿A quién pretenden proteger? Se preguntó Chamizo y los asistentes dudamos de la naturaleza democrática de un Estado que oculta información sobre un crimen a la familia del asesinado e incluso a sus representantes políticos.
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