Políticamente, muchas cosas son las que impiden que los acuerdos lleguen a fluctuar para el bien general de los pueblos: intereses, envidias, rencores...
Estos tres cánceres del raciocinio humano son sobradamente conocidos y, mientras que los dos primeros parecen nacer en nuestro cerebro, el rencor aparenta resurgir de lo más hondo de las entrañas y lo ciega. El mal suele provenir, contagiado de los anteriores, como pensamientos negros que convierten las ideas en maldades.
Yo, que lo conozco bien, pero me llevo muy mal con él, suelo pelearme con esa abstracta y maléfica existencia, diciéndole, cada vez que me tienta con sus infernales voces:
“Maldito rencor, porque te escondes en el alma de los hombres como si fueras un puercoespín, pinchando, hiriendo como puntas de lanzas y de garfios. Oculto a la bondad de los seres vivos, engarzado a sus aurículas como ancla a las negras piedras del fondo del mal.
Sal de tus tantas madrigueras sin el tridente de la envidia, de la fobia, del enojo, de la rabia, del resentimiento y del odio y póstrate ante ese Dios al que negaste el perdonar.
Aprende a orar y a mirar en tus adentros: analízate, reza aunque en nada creas y reconoce tu pecado incrustado en el corazón de los mortales; humanízate, y abraza el alma de los hombres limpiando de su interior las sucias impurezas; arrepiéntete…, y borra de su ser y espíritu toda semilla que haga florecer tu condición. Cambia tus inmorales nombres de: aborrecimiento, inquina, encono, tirria, desamor, enemistad y antipatía por: aprecio, cariño, amor, amistad, sinceridad, simpatía, afecto y perdón. De esa forma lograrías extirpar del hombre todo ese dolor que no le deja respirar, que le hace más daño de lo que él cree, y así, cesaría de ensuciarse el alma parando el rápido deterioro de su cerebro, al exorcizarse de ti.
Deja pues..., rencor, que el hombre se acerque a todo lo bueno que tienen las blancas almas y lo blanco de las blancas manos alzadas al cielo, e, incluso, a lo puro que hay sumergido en las opacas religiones de los variados dioses. ¡Déjale, para que su alma se transforme en flor y su pecho se libre de esa sed de venganza y opresión!”.
Y ahora me pregunto: ¿volverán nuevamente a pagar las consecuencias de estos pecados las nóminas de los mismos de siempre...?
Cristóbal Moreno “El Pipeta”
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3 comentarios:
Señor Critóbal Moreno
muchos, aunque no lo crea
ya lo echábamos de menos
desde el veintiuno de abril
justo diecinueve días
que no se asomaba por aquí
ni como Cristóbal ”El Pipeta”
ni como comentarista.
Algunos estábamos preocupados
sin saber si, su ausencia,
era por cualquier inconveniente
o si estaba de vacaciones en Venecia.
una muy bonita ciudad
que el visitarla, merece la pena.
Lo que si estoy seguro
es que todos los buiceteros.
con o sin punto,
de volver a leerle, se alegran.
Y como de costumbre,
mis saludos y mi respeto.
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11.05.16
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Antonio. -El niño del Corchado
” ” Estos tres cánceres
del raciocinio humano
son sobradamente conocidos: ”
” intereses, envidias, rencores”
”Son los que impiden
que lleguen a fluctuar para
el bien general de los pueblos” ”
Buen comienzo de un artículo
””¿volverán nuevamente a pagar
las consecuencias
de estos pecados
las nóminas de los mismos de siempre...?””
Y mucho mejor final.
Y el contenido es en verdad,
como siempre, GENIAL.
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11.05.16
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Antonio. – El niño del Corchado-
Antonio me sobrevaloras, muchas gracias. En cuanto a escribir más o menos, depende de muchas cosas. Una de ellas los deberes familiares y los compromisos contraídos; otra, el dejar un tiempo de sosiego tanto para el lector como para el escritor. Lo repetitivo, pienso que, por muy bueno que pueda ser, llega a cansar y empachar. La prudencia por tanto, es buena para todo.
Gracias, en lo que a tí respecta, por ameneizarnos también con tus aportaciones comentaristas.
Un saludo:
Cristóbal Moreno.
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