El restaurante La Estación en San Pablo de Buceite ha celebra el Día de San Valentín con menus especiales y baile flamenco.
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"Hemos elaborado dos Menús Especiales Día de San Valentín -uno de ellos vegetariano- , qie se servirán el sábado noche y domingo para almuerzo si lo desean.
El sábado noche podremos disfrutar de la actuación de la bailaora de flamenco Rocio Jiménez.
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3 comentarios:
Antonio, el niño del Corchado.
A todos los que dedican
el último tramo de sus vidas
a cuidar de su cónyuge o pareja
con amor y abnegación
aunque sus ojos no miren
y su cara, no tenga ninguna expresión.
.
Le dije: -Es San Valentín
y besé de nuevo sus labios,
como siempre dulces y tiernos,
unos labios muy sensuales
por los que no pasaron los años.
Labios, que ya no tienen vida
(la enfermedad de la memoria
es de eso la, culpable)
labios, que yo muy bien conocía.
fue un beso fugaz, rozado,
fue como a traición, como robado.
Ella que siempre está en otro mundo
con la mirada perdida
al rozar sus labios los míos,
la dejó como desconcertada,
yo diría que sorprendida.
Entonces, reaccionó
su reacción fue de inmediato,
me miró y me preguntó:
¿Por qué lo has hecho?
¿Por qué robas lo que es tuyo?
Yo que quedé confundido
balbuceé: -Perdón, lo siento
Me contestó: -No lo sientas,
dámelos más a menudo,
dame muchos y a diario.
(No deberíamos olvidarlo,
que un beso nos llena de vida
y al corazón, alegra tanto
que devuelve las ilusiones,
las que teníamos… antaño
aunque por la enfermedad
estemos como petrificados)
Entonces ella me besó
con uno beso de esos largos
que de joven yo le daba,
que de jóvenes nos dábamos.
Y luego otra vez de nuevo
perdió la expresión en su cara,
fijó su mirada como perdida
y retornó ella a su mundo.
San Valentín… hizo un milagro.
12.02.16
Antonio -El niño del Corchado-
Precioso, Antonio- El niño del Corchado!!
Antonio, el niño del Corchado.
-El amor dicen que es ciego, yo diría que también es sordo. -
Me enamoré de una monja
en un hospital militar,
no de su bonita cara
ni de sus bellos ojos verdes
tampoco de su figura,
ni de sus esculpidas manos,
ni de su gracia y agilidad
en mover ella la cabeza
al atravesar las puertas
para que con los quicios
no tropezara la corneta
y si de: su inmensa bondad,
de su caridad y ternura,
y de su voz angelical.
Ella captó mi interés
y supo reaccionar,
redobló sus atenciones
y me miraba mucho más.
Cuando me dieron el alta,
me dio la mano y me dijo:
-Yo he sentido lo mismo,
pero mi vida está aquí
y aquí me quiero quedar,
siempre rezaré por ti
haz tú lo mismo por mí
que Dios, nos ayudará
no a olvidar, no es necesario,
pero sí a vivir o sobrevivir,
de por vida resignados.
.
El amar algunas veces
por muy corto que haya sido,
deja una huella en el alma
y un corazón dolorido
que, aunque pasen muchos años
no se consigue el olvido.
Pero yo suelo decir
que es muchísimo mejor
por amos haber sufrido,
que pasar por esta vida
sin haberlo conocido.
14.02.16
Antonio. -El niño del Corchado-
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