CREACIÓN DEL FÚTBOL SALA
La creación de este deporte se remonta a 1.930 en Uruguay.
Al ganar la selección nacional de fútbol de Uruguay en 1.930 y la medalla de oro en los Juegos Olímpicos, el país vivió una auténtica explosión futbolera, se convirtieron en fanáticos de este deporte y se jugaba en todas partes.
Debido a la falta de campos libres en las calles, estos comenzaron a jugar fútbol en campos de baloncesto, especialmente en Montevideo.
La creación de este deporte se remonta a 1.930 en Uruguay.
Al ganar la selección nacional de fútbol de Uruguay en 1.930 y la medalla de oro en los Juegos Olímpicos, el país vivió una auténtica explosión futbolera, se convirtieron en fanáticos de este deporte y se jugaba en todas partes.
Debido a la falta de campos libres en las calles, estos comenzaron a jugar fútbol en campos de baloncesto, especialmente en Montevideo.
El 8 de septiembre de 1.930, el profesor Juan Carlos Ceriani, utilizando los salones del gimnasio de la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA), para allí jugar al fútbol, dibujó con tiza las porterías en la pared, para luego comenzar a utilizar las de waterpolo. Disminuyendo el número de jugadores a cinco con relevos (para que jugaran el mayor número de niños) y creando unas normas de juego a tan reducido espacio, que variaban en muchos conceptos con el fútbol, basándose en las reglas del balonmano, waterpolo, baloncesto, dándole inicialmente el nombre de Fútbol de Salón.
FÚTBOL Y FÚTBOL SALA EN SAN PABLO
En nuestro pueblo el fútbol tuvo una muy modesta pero recordada historia local, como en muchísimos otros pueblecitos de Andalucía y de la geografía española, donde, por aquellos entonces –y siempre– , prevalecía más el trabajo que el deporte, incluso, que los estudios en las clases pobres.
Hubo un par de décadas anteriores a la de los años 67-75 (esta última más esplendorosa, pero no por eso aquellas menos importantes) en las que en San Pablo de Buceite el fútbol fue el deporte más practicado por los escolares. Aunque los adultos de la anterior década se acoplaban a los menores de estos años escolares para echar un partidillo. Todos ilusionados con el fútbol español, europeo y mundial en general, que se restrasmitían por debutantes artilugios llamados televisores en blanco y negro hacía nacer y renacer esa atracción por el fútbol. “¡Una pila de tíos corriendo tras de una pelota!”, como decían aquellos que ni les gustaba, ni lo entendían, sin pararse a pensar que ya los hombres desde antes de los tiempos de los romanos acostumbraban a jugar y competir con variados inventos caseros de pelotas, fabricadas y evolucionando desde distintos materiales. (Antes del siglo III A.C. existían puntos en común entre diferentes juegos de pelota, que se desarrollaron a partir de éste).
ENTRENADORES DE NIÑOS.-
El cura futbolero padre José Ramón dando la comunión a Ana Cabra en 1966. |
Ya, entre los años 1.967-1975 – bajo los entrenamientos del también maestro D. Francisco Vargas Lirios y como segundo entrenador y vicepresidente del Club el barbero D. José Mateos, siendo presidente de aquel llamado Club Deportivo de Fútbol San Pablo el practicante D. Antonio Ojeda – teníamos la capacidad suficiente para jugar en las liguillas de entonces y entre/con los pueblos de las cercanías que, al igual que nosotros, contaban con buenos equipos, federados o no.
Pasada esa época en la que, cómo tránsfugas –debido a estudios, trabajo y el oscilamiento de la vida misma – tuvimos que dedicarnos exclusivamente a esos menesteres unos con el estudios y otros con el trabajos – o como otros muchos, emigrando al extranjero y a otras partes de España por los mismos motivos – el club desapareció y, con ello, la fórmula de obtención de campos eventuales que teníamos –los hacíamos nosotros mismos en terrenos ajenos. Los jóvenes que siguieron a estos años, y estaban muy influenciado por los anteriores, se acostumbraron a jugar – al no haber otro sitio – en la zona del río entre el puente y la Venta de las Acacias; campo malísimo con muchísimas piedras. De ahí pasaron a ejercitar el fútbol sala en el patio de recreo de los nuevos colegios, y de éstos, cuando se construyó (“el poli”), alternaban con en el polideportivo. El fútbol sala fue ganando terreno al fútbol.
UNA NUEVA ÉPOCA CON EL FÚTBOL SALA.-
Ni que decir tiene, pero si es bueno recordarlo, que a partir de esos momentos, gracias a la existencia de campos de fútbol sala –primero la pista de los colegios y después el Polideportivo – por la falta de un campo de fútbol tal como consiguieron Jimena y Tesorillo (campo de fútbol de verdad no un llano, que ya existía, enfangado, con arroyo incluido por el centro, que más que un campo de fútbol pareciera un pantanal, y que no lo aguantaron para las nuevas generaciones por las prisas que tenían, no en mejorarlo, sino en quitarlo); y a una época de economía estancada, con vistas a economía floreciente; y a unas generaciones sucesivas hechas en los recreos de la colegial pista, más en la afición que se creó: el fútbol sala consiguió una expectación tremenda aquí y en muchos sitios de nuestro país. Como también fueron espectaculares con una afluencia buenísima de público en nuestro pueblo y más allá de los limítrofes. Todo gracias al esfuerzo de varios equipos de nuestra población que llegaron a metas de audiencia importante por su juego y sus victorias. Esto es, entre los años 1.980-2008 principalmente.
Y otra vez, los vaivenes de la vida hicieron estragos, comenzando a decaer hasta el momento en que estamos, con un par de equipos cambiantes de jugadores que superviven con grandes esfuerzos y con mucha afición y voluntad, pese a la penuria de la crisis, de todos y de todo.
El entrenador José Mateo con el equipo en 1967. Pinchar para verla grande |
LOS TIEMPOS ACTUALES.-
Sin echarle toda la culpa a la crisis, que la tiene solo en parte, diremos que en esta década en la que estamos inmersos, hay también una crisis de amor localista aquí –en este pueblecito – en otros las tendrán, pero no de igual forma, con esta dejadez, debido a que los niños, deportivamente hablando –salvo en los colegios – se encuentran huérfanos de distracciones–deportes incluidos– que les saquen del móvil o de la reclusión en sus hogares viendo televisión o jugando con los ordenadores y/o consolas.
La práctica de los deportes al aire libre, o bajo techo, y sin tantísimas tecnología – los de esfuerzo físico y competitividad – son urgentemente necesarios para librar a los jóvenes de una lacra que se augura (posiblemente sospechosa, que no cierta) a causa de todos estos instrumentos técnicos –juegos de sangre algunos, de muertes, fuego y violencia muchísimos, por no decir la gran mayoría –“detractoramente” mayoritaria; que puede traer repercusiones psíquicas en la juventud de un alcance insospechado, como por ejemplo está ocurriendo en lugares mucho más adelantados técnicamente que nosotros, ejemplo de Estados Unidos y algún país de Europa y del mundo desarrollado, donde las matanzas a fuerzas de disparos por las calles están a la orden del día (o cualesquiera otras que están por venir).
Y no con ello se quiere dar una imagen totalmente contraria a los adelantos, sino de precaución y preocupación. Ya es desalentador ver a nuestros hijos zombis andando por las calles inmersos en una pantalla móvil, o sentado uno o varios, sin hablar, navegando, comunicándose electrónicamente en la cercanía cuando a viva voz se podrían oír. Es un ejemplo de ese augurio, del inicio de algo contra lo que habría que luchar por no saber hasta a donde puede llegar, ni si será bueno o malo para nuestros niños de hoy, juventud de mañana y adultos del futuro cercano; que sin lugar a dudas repercutirá en ese tiempo venidero e incierto que se avecina.
En San Pablo se intenta –en lo posible–, a través de inmiscuirse los mayores en proyectos de cultura y agrupaciones culturales que inicien en esas actividades a los jóvenes, aunque no en la cantidad deseada (hay más asociaciones que hechos y ayudas culturales). Éstas son más dadas a las festivas.
Es tiempo ya, de que la mayoría de los jóvenes maduros –que no viejos– (y algunos adultos) hubieran cogido las riendas en promover, dirigir y desarrollar dichas actividades culturales, también, cómo no, las deportivas, o al menos, y hay excepciones, que se hubieran inmiscuido, al igual que lo hacen cuando se trata de fiestas.
LOS NIÑOS, LA JUVENTUD Y LOS DEMÁS
Nos preocupa que los niños no tengan unos lugares variados en donde formar sus cuerpos y ocupen su mente a través de distintos deportes para que no queden encorvados por el hábito de las máquinas electrónicas; adquieran sedentarismo o se pierdan con las drogas. Nos inquieta que los niños carezcan de espectáculos para la juventud; de charlas, manualidades, proyecciones, actividades atrayentes en las que colaboren y tantas otras cosas…pero…
Son pocas las personas que se interesen por ello, tengan hijos o no. Y me estoy refiriendo a los políticos y a los padres, no a los achacosos abuelos que ya lo tienen casi todo vivido y hecho, que están cansado, que psicológicamente (siempre salvo excepciones) ya están harto de todo y se dan cuenta realmente de muchas cosas, culpándose de lo que debieran haber cambiado; de si su vida a sido fructífera o no; de lo que volverían a hacer si volvieran a nacer –cosa imposible–; solo hablan de enfermedades y penurias y de hastío. Algunos de demasiadas batallitas. Salvo los que nunca van a conformase con la vejez, de los que nunca se sienten viejos, de los que incluso están contento con haber llegado a ella y verse pero no sentirse viejo. Mayores activos, eso son: activos jubilados, que si les hubieran dejado hubieran seguido trabajando; pero por desgracia eso son muy poco, exclusivamente los sanos. Al resto ¿Qué se les puede pedir, si ya lo dieron todo? Pero algunos “ailos”, algunos hay.
Son estos padres y madres, los políticos, que no cooperan, que no ven, ni observan como los niños no juegan como antes, no saben jugar; no ven como no hacen jugar a sus cuerpos para liberarse de ese estrés escolar, familiar o social. No saben respirar con plenitud, paz y libertad el aire de la calle, pues esto no es Madrid, aunque vivan continuamente en la violencia televisiva y de los juegos electrónicos, como señalábamos antes. Esto es un pueblecito, aquí se pueden mover con absoluta tranquilidad sin violencia, sin pandillas belicosas, ni “hombres del saco o fantasmas”.
Las Asociaciones existentes en la localidad se preocupan, pero no lo suficiente – a lo mejor por los problemas de sus propias familias, por falta de fondos, por la esclavitud de su trabajo o por la falta de él –unas menos que otras, es verdad, para decirlo mejor; aunque algunas son más cómodas, menos trabajadores sus miembros, menos preocupadas, o ausente total en el nombre de unos estatutos que les vienen grande o incumplen – si los tienen.
Entre tanto, los niños siguen tropezando, móviles en mano, con las farolas y las esquinas, con las personas y los perros, pisando mierda ¡¡Vaya mierda!!.
Menos mal que todavía nos quedan algún teatro y alguna que otra actividad (de niños principalmente gracias a los profesores de los colegios y a algún miembro de alguna asociación, y a alguna asociación, claro está), Feria, Comparsas de Navidad, Carnavales o Talleres por la Paz con su doble sentido –talleres y paz –. Aparte de esto ¿Qué más hay?
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El equipo en 1968. Pinchar para verla con detelle. |
Como hemos comenzado hablando de fútbol y de fútbol sala, que entra en lo deportivo, hoy os queremos presentar a un equipo joven, habiendo sido ellos REPITO: ELLOS, y no los instructores los que se reunieron, decidieron y pidieron socorro, es decir, ayuda para salir un poco de su orfandad de adultos. Unos chicos que quieren seguir aprendiendo a jugar a lo que les gusta, el fútbol sala…, aún a sabiendas de que solo es para eso, para hacer deporte y competir si procede de forma humilde, modesta, con otros equipos; en llenar su tiempo libre después de los estudios con algo de deporte para ejercitar el cuerpo, que también la mente, dejando de lado –por una hora y media o dos – el móvil con su watsApp, al menos.
Tienen un mérito, de verdad lo tienen, primero por despreciar todo aquello maligno pero atrayente que les están ofreciendo todos los días (tabaco, alcohol y drogas), anteponer sus estudios a todo, incluso a los juegos y a las bonitas niñas (a las que conseguirán más fácilmente cuando sean más cultos en la vida). Y lo tienen por querer hacer deporte, o el deporte que les gusta para crecer más sano de cuerpo y mente.
Nos gustan estos chicos, de verdad, nos gustan, y nos preocupan los otros que revoletean a su alrededor sin decidirse nunca a nada, que abandonan el deporte, los números y las letras por necedades de inmaduros, sin darse cuenta de ello, creyéndose sin embargo, que son mejores, más ligones, más listos, valientes y hombres que esos que huyen de la ambigüedad y anteponen sus obligaciones de ahora – “los estudios y el deporte” – por palabrerías y pensamientos erróneos que solo se darán cuenta que lo son, y de lo equivocados que estaban, cuando se hagan adultos y tengan que afrontar la vida con familia o no. Entonces criticarán a los otros que estudiaban y hacían deporte y han labrado su porvenir, mientras que éstos, con la inteligencia que siempre han demostrado les responderán con amargura pero con convicción “¡¡Mientras que ustedes siendo adolescente como nosotros dejaban los estudios por el buen vivir y el ligoteo – los niños por las niñas y las niñas por los niños – nosotros nos sacrificábamos estudiando para sacar una carrera o una profesión y ser alguien en la vida, ahora seguir, si podéis, con vuestras diversiones y con vuestra ruina, que nosotros, con veinte o veintitrés años, vamos a comenzar a vivir la vida, disfrutándola, con buenos trabajos, hasta que nos quede un ápice de ella!!”.
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Dedicado a mi amigo Pepe Riquelme, que se lo merece como entrenador y al que tengo el gusto de ayudar en ese menester. Dedicado a esas personas que tienen un nombre – pero por no molestar a otras omito– que por voluntad y sin remuneración alguna dedican su ocio y tiempo libre en ayudar y enseñar lo que saben a los demás. Dedicado a aquellas agrupaciones y asociaciones activas que hacen lo mejor que saben hacer –o se preparan y lo hacen– para el bienestar o disfrute de sus vecinos. A aquellas profesionales que se toman su trabajo en cuidar a los demás–trabajo que muchos rechazaríamos– dando sonrisas y amor a nuestros mayores. Y por último dedicado a todos los niños y jóvenes, que anteponen los estudios y el deporte en consecución de su porvenir desechando malos hábitos, tabaco, alcohol y drogas.
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