Proclamación de la II República en Jimena de la Frontera (Cádiz), pueblo que me vio nacer. 14 de Abril de 1031, por Ignacio Trillo Huertas, de su blog personal .
Para tumulto, la que se organizó un día primaveral del pasado siglo en la pedanía de la Estación de tren de la gaditana población de Jimena de la Frontera. Fue el 14 de abril de 1931. Transcurrió inicialmente en la acera de la tienda de mi abuelo, Bartolomé Huertas, para, inmediatamente después, verse desbordada, ante la masiva presencia del vecindadario, a lo largo y ancho del tramo urbano de esta barriada por donde transcurre la carretera comarcal de Algeciras a Ronda, en aquel devenir de tan escasa circulación de vehículos de motor. Representó, en versión jimenata, la conocida imagen de la Puerta del Sol de Madrid con motivo de la proclamación de la II República.
Y es que meses antes de que ocurriera este histórico acontecimiento, uno de los asiduos representantes de comercio que se pasaban con su muestrario por establecimientos parecidos al de mi abuelo con la finalidad de ofrecer diversos productos, le vendió a mi familia seis papeletas para el sorteo de un inmenso aparato de radio, cuyo invento había tenido lugar diez años antes.
Estaba dotado de dos grandes altavoces circulares que podían ser separados del receptor. Aquello era lo más novedoso que existía en ese momento en el mercado mundial. Resultó ser que el azar hizo que le tocara el premio a mi antecesor, cuando aún en Jimena no había hecho acto de presencia ningún otro instrumento radiofónico; no hablemos del transistor, cuyo descubrimiento no tendría lugar hasta dieciséis años después, en 1947.
La movilización y convulsión política en que se encontraba nuestro país esa mañana del 14 de abril de 1.931 eran más que palpables. La agitación existente había trascendido a todos los rincones de la geografía hispana, incluida Jimena.
Había resultado fallida la operación política diseñada por el almirante Aznar, que había sustituido al gobierno que presidiera Dámaso Berenguer, como último intento para salvar a la monarquía.
En este sentido, el escenario que se diseñó, consistía en celebrar, primero, comicios municipales para, una vez controlados por la derecha los ayuntamientos, convocar posteriores elecciones generales a Cortes. Pues bien, el triunfo alcanzado por los partidos republicanos en esas elecciones locales que habían tenido lugar el día 12 de abril, hizo triza la citada maniobra política.
Dos jornadas después, al conocerse el veredicto de las urnas, las vicisitudes comenzaron, desde el amanecer y a lo largo de esa fecha del día 14, a sucederse de forma vertiginosa.
Por tal motivo, habiéndose corrido como una balsa de aceite entre el paisanaje de Jimena el resultado exitoso de la citada rifa que le había propiciado a mi abuelo la tenencia de un extraño aparato que hablaba, transmitiendo información al instante; ante lo que venía ocurriendo en Madrid, a primera hora de esa jornada, se presentaron en la tienda familiar un grupo de arrieros y ferroviarios, de la CNT y de la UGT, respectivamente.
Solicitaron, que pusiera la radio y colocaran los altavoces en las ventanas que daban a la calle de cara a que las gentes que lo desearan pudieran seguir en directo los importantes acontecimientos que estaban teniendo lugar en la capital de la nación. Aquello comenzó siendo toda una fiesta. Se fue extendiendo de boca en boca lo que se estaba escuchando a través de esas ondas. La presencia de gentes ávidas de saber en directo lo que estaba ocurriendo, fue a más.
Esa vía pública de la Estación, llegó a ponerse abarrotada de entusiastas personas que venían caminando procedentes del pueblo, a dos kilómetros de distancia, así como originarios campesinos desde numerosas huertas y cortijos. Hasta pasajeros de trenes que informados de lo que allí transcurría, tomaron la decisión de descender, no en sus destinos previstos sino anticipadamente en ese andén, para dirigirse a esos doscientos metros que distaba la radiodifusión informativa. Llegaban ansiosos de conocer y participar de lo que salía por la frecuencia de la emisora.
Cuando se transmitió la noticia, que la familia real de los Borbones, con el monarca Alfonso XIII a la cabeza, manchada por su aceptación del golpe de Estado que propiciara en 1923 el general jerezano, Miguel Primo de Rivera, y maleta en mano, emprendía con celeridad viaje a Roma con destino al exilio, hizo que eufóricos gritos y cánticos a favor de la República estallaran entre los presentes.
Allí estuvieron los concentrados hasta avanzada la madrugada, donde fueron, segundo a segundo, recibiendo la información del seísmo político día hasta que ya de noche finalizó la programación de radio con la pacífica proclamación del nuevo régimen y la formación del gobierno provisional republicano que presidiera el cordobés de Priego, don Niceto Alcalá-Zamora.
En ese momento, la multitud, que se había levantado con la monarquía, se fue a su lecho a dormir ya satisfactoriamente relajada bajo la tricolor republicana.
Habiendo ganado las elecciones municipales en Jimena, celebradas el 12 de abril, dos formaciones republicanas; el día siguiente al 14 de abril, por orden telefónica del gobernador militar del Campo de Gibraltar y dirigido al alférez de los carabineros del pueblo, se instó a Don Juan Ferrer Rodríguez a que cesase como alcalde y le fuera entregado, en sesión extraordinaria de Pleno, el gobierno municipal al comité de la Agrupación Local al Servicio de la República, eligiéndose como nuevo alcalde a Don Fernando Calvo de la Fuente.
Todo un día de lo más completo, aquel entrañable 14 de abril, del que ahora se cumple el ochenta y dos aniversario, y que gracias al afortunado sorteo que le tocó a mi abuelo permitió hacer vibrar a una generación de paisanos que, cinco años después, muchos de ellos, sin que se les llegara a pasar en ese descollante momento por su imaginación, sufrirían en sus carnes, con barbarie extrema, las tremendas consecuencias de la execrable sublevación militar golpista del 18 de julio de 1936 contra el ordenamiento constitucional republicano.
Fdo. : Ignacio Trillo Huertas, nacido en Jimena de la Frontera.
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Este artículo que escribí hace seis años sobre cómo había llegado la II República a Jimena, en conmemoración a su setenta y cinco aniversario, fue publicado en el periódico digital del pueblo, “Tio Jimeno”, así como en el diario del Campo de Gibraltar, “ Europa Sur” de la andaluza cadena de prensa Joly. Aquí y ahora, me he limitado a reproducirlo meramente retocado para su actualización.
Pues bien, pasado un tiempo, a través de internet, se publicó asimismo en el blog de Bernardo Medina de la otra pedanía de Jimena, San Pablo de Buceite, llegando su contenido a conocimiento de los descendientes del primer alcalde de la II República de Jimena que cito, Fernando Calvo de la Fuente. Con gran sorpresa, gracias a mi artículo llegaron a saber que su antepasado directo había sido alcalde de Jimena, hecho que Calvo ocultó a su descendencia por temor a las consecuencias de la represión franquista.
Inmediatamente conocido su contenido, dicha familia, se puso en contacto con el cronista oficial de Jimena, el farmaceútico, excelente y culta persona, José Regueira Ramos, para ponerle en antecedentes la rica biografía y noble trayectoria de su antecesor, Fernando Calvo. Ello ha propiciado este otro artículo de José Regueira dando cuenta de ello, y que ha visto recientemente la luz durante el pasado verano, coincidiendo con la publicación de la revista anual sobre la feria de agosto de Jimena. Lo reproduzco:
DATOS BIOGRÁFICOS DE FERNANDO CALVO DE LA FUENTE, PRIMER ALCALDE DE JIMENA EN LA II REPÚBLICA
José Regueira Ramos
A raíz de la publicación del artículo de Juan Ignacio Trillo Huertas en el blog de Bernardo Medina de San Pablo de Buceite, recibí un correo de mi amigo y compañero Francisco Vallejo, Secretario Técnico del Colegio Farmacéutico de Cádiz, en el que me decía que había leído el artículo y que Fernando Calvo era el abuelo de su mujer. Me llevé una sorpresa y una alegría enormes, de modo que quedamos en vernos con sus familiares para hablar del tema. Por diversos motivos hubo varios aplazamientos pero finalmente nos hemos entrevistado ayer mismo. Asistieron dos nietas y pude hablar por teléfono con la madre de una de ellas, hija de Fernando Calvo, entusiasmada por hablar de su padre y de Jimena, su pueblo natal.
Lamento tener que resumir una apasionante biografía en el breve espacio de un artículo. Lo que puedo decir es que, por la corta duración de su mandato, tan solo una semana por desavenencias surgidas en la propia Corporación, lamentablemente, Jimena se perdió lo que probablemente hubiera sido un gran alcalde y, desde luego, perdió unos años después, en 1934, un profesional de la enseñanza que, con el transcurso del tiempo, fue objeto de numerosos e importantes reconocimientos populares y oficiales.
En síntesis diré que Fernando Calvo había nacido en 1900 en Nerva (Huelva), hijo de un minero que había emigrado a trabajar en las minas de Riotinto desde su tierra zamorana. Fernando fue un niño aplicado y, a partir de los dieciséis años, simultaneó trabajo y estudio, terminando Magisterio en Sevilla. Ejerció primero en Nerva, su pueblo, pero pronto vino destinado a Jimena, donde conoció a su mujer, la malagueña María Manuela Gómez de la Cruz, también maestra y, por cierto, pariente de mi antecesor en la farmacia de la calle Sevilla, Antonio Mata Gómez. María Manuela había sido compañera de estudio de magisterio de Victoria Kent. Vivía en la pensión “La Perla”, (la “pensión de María” en la calle Sevilla, tan añorada por el ya fallecido escritor gaditano Fernando Quiñones) que adquirió el Ayuntamiento con la pretensión de instalar una biblioteca. Se casaron aquí y aquí tuvieron nada menos que cinco hijos. En plena feria de mayo de 1931, un mes después de las elecciones, murió una hija con un año de edad y aquí fue enterrada; el azar quiso que el mismo día de esta muerte naciera otra hija; la fallecida se llamaba Teresa y a la recién nacida le pusieron el mismo nombre. Estos hechos de gran emotividad familiar hacen que hayan llevado a Jimena entrañablemente en el recuerdo toda su vida. Teresa, que tiene una conversación amena y una memoria prodigiosa, habla emocionada de estos temas que siempre les oyó con entusiasmo a sus padres. Me ha facilitado mucha más información de la que cabe en este artículo. Dará para volver sobre el tema.
En 1934 fue destinado a Melilla y allí se quedó ya definitivamente. Desempeñó una destacada labor docente y social que le fue reconocida con la Medalla de Alfonso X el Sabio, la Medalla de Plata de la Ciudad de Melilla y la Medalla del Instituto Nacional de Previsión. Fundó una Mutualidad para maestros. Los últimos años de ejercicio profesional dirigió la campaña de alfabetización del Ayuntamiento de Melilla. En 1936 ya vivía en Melilla, justamente donde empezó el levantamiento y represión el 17 de julio. Salvó milagrosamente la vida: pertenecía a Izquierda Republicana, quemaron toda la documentación del partido pero temió seriamente ser fusilado, suerte que corrieron otros compañeros suyos. Quizá por este temor ocultó celosamente siempre a sus hijos su aventura política en Jimena. No tenían ni idea de que hubiese sido Alcalde, de lo que se han enterado ahora con gran sorpresa. Sabían de sus inclinaciones y militancia republicana, gran admirador de Indalecio Prieto como político y de Azaña como intelectual. No lo era de Largo Caballero.
La biografía de Fernando Calvo, el más efímero y menos conocido de los alcaldes jimenatos, se merece ser reseñada con más detenimiento. Sus familiares y yo hemos quedado emplazados para una nueva reunión, esta vez en Jimena ya que la primera no pudimos hacerla aquí. Entonces será el momento de publicar una más detenida semblanza de este notable personaje.
Agosto, 2011.
POSDATA:
Cuando urge un nuevo proyecto constituyente y de regeneración ética común para la ciudadanía de los distintos pueblos de España, articulado a nivel federal, se vuelve a cuestionar la figura de la máxima jefatura del Estado, cabeza de la misma rama borbónica que aquel 14 de abril de 1931 marchó al exilio, bajo los principios de su elección democrática, respeto al principio de igualdad entre ciudadanos, entre mujer y varón, a la vez, sujeto, sin ningún tipo de privilegio y en equivalencia a cualquier ciudadano de a pie, a la ley y la norma en vigor en cada momento. Y estos principios los encarna en coherencia el republicanismo.
Sin perjuicio del reconocimiento que en el proceso de la transición democrática, y por otros servicios, cupiera hacer a la persona de Juan Carlos de Borbón y Borbón; en el momento presente, sin el miedo atenazante de una involución militar golpista, la institución que personifica el monarca, ha dejado de tener sentido dada su naturaleza política intrínsecamente antidemocrática de dicha institución.
Cuando el debate ya no es entre democracia o dictadura, sino entre democracia real o fingida, entre democracia participativa y transparente o secuestrada con opacidad, entre ética y regeneración o corrupción, sería inconcebible aceptar una sucesión en la jefatura del Estado sin que mediase un cuestionamiento público acerca de la naturaleza de la monarquía .
Ello, independientemente, y además, a que por la opacidad privilegiada y la impunidad legal de que goza, haya llevado a que hoy, por los múltiples escándalos (casos: Botswana, Nóos,Corinna, la herencia de Don Juan, las cuentas en Suiza, Patrimonio…) que le salpican, signifique un elemento más de inestabilidad del sistema democrático que de equilibrio institucional.
Ignacio Trillo. 14 de abril 2013.
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