Texto y fotos de Matín Blanco Aguayo.
La noche del Viernes Santo en San Martín del Tesorillo, se caracterizó por el leve chaparrón que obligó al trono de la Virden de los Dolores a regresar al templo de donde había salido.
A las nueve de la noche como estaba anunciado hacían su salida procesional el Cristo de la Buena Muerte y la Santísima Virgen de los Dolores, acompañados de una multitud de fieles muy aceptable. Una banda de música procedente de Sevilla amenizó la procesión.
A la media hora comenzó la lluvia y se pensó que lo mejor era volver al templo.
Así lo hizo la Virgen cuyo riesgo de mayor perjuicio era evidente. La imagen del Cristo continuo su recorrido completando así mas de la mitad de lo previsto en principio.
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