jueves, 16 de junio de 2011

Palabras de moda 20: Pasquín

Por José Antonio Hernández Guerrero.
Aunque el origen etimológico de este nombre es la palabra hebrea pesah, que significa “pasaje”, su procedencia inmediata castellana es Pasquino, el nombre de una estatua mutilada de mármol que está situada en una esquina del palacio de los Ursinos en Roma. Representa a un gladiador y en ella se siguen fijando libelos de quejas, sátiras de protesta y bromas picantes.
Según la leyenda, en el siglo XIV vivía en Roma un famoso sastre llamado “maestro Pasquín”, quien, además de ser muy reputado por su arte en el corte y en la confección de las prendas de vestir, era famoso por sus comentarios atrevidos y por sus críticas sarcásticas. En su tienda, situada en el barrio Parione, se vestían, no sólo gran parte de los artistas, sino también el Papa, los cardenales y los demás prelados y monseñores de la Santa Sede quienes, hacían caso omiso de las palabras hirientes o de las manifestaciones desconsideradas de aquel sastre malhablado.
 Dichas autoridades que, como es natural, desdeñaban las críticas del pueblo, no consideraban un deshonor acudir a tan prestigioso sastre haciendo oídos sordos a sus chistes groseros y, a veces, riendo sus malintencionadas gracias. Esta tolerancia sirvió de válvula de escape para quienes pretendían censurar la vida o los discursos de los poderosos, sin tener que da dar la cara firmando sus hirientes escritos. El nombre de Pasquín se convirtió, desde entonces, en un seudónimo común de todas las críticas sarcásticas a las autoridades políticas, a los dignatarios eclesiásticos y a los nobles cortesanos.
Tras la muerte de Pasquino, se colocó una estatua de un gladiador mutilado a la que el pueblo dio su nombre y siguió haciéndola autora y responsable de los comentarios en contra de las autoridades políticas y religiosas. Asegurada así la impunidad, el “pasquino”, en italiano y el “pasquín” en español, se convirtieron, desde entonces, en los censores históricos de los Papas, de los políticos y de todos los personajes públicos.
Posteriormente, la palabra “pasquín” sirvió para designar un género literario que se propagó en Francia a partir de los años 1540 y durante las Guerras de religión, sobre todo por medio de los manuscritos. Los “pasquines” eran hojas volantes anónimas que, escritas en francés y en latín, comentaban sucesos políticos o mundanos de actualidad usando procedimientos satíricos, epigramas maliciosos, retahílas de bufonadas y dibujos insultantes.
Pasquín es, también, el apellido de un ilustre marino nacido en Cádiz el 22 de diciembre de 1828. Fue contralmirante de la Armada Española, profesor de la Escuela Naval, segundo comandante de la provincia marítima de Cádiz, jefe de armamentos de Arsenal de la Carraca, tomo parte en la Campaña de África y fue designado Ministro de Marina en 1893, en el Gobierno presidido por el Ingeniero de Canales y Puertos, Práxedes Mateo Sagasta.
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 ***Enviado por José Antonio Hernández Guerrero, catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada y Director del Club de Letras de la Universidad de Cádiz, escritor y articulista.
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