-En primer plano, el alcade Pascual Collado, el homenajeado, Joaquín López, su sobrina la periodista Rosa Gómez, y la delegada de Los Ángeles, Juani Jiménez. Pinchar en la imagen para ver el álbum de fotos completo -
A los niños que sufrieron en primera persona este caos, a los que perdieron su juventud en la guerra, a los que pagaron con sus vidas, fusilados o muertos en el frente”, indicó Gómez para iniciar una semblanza que arrancaba con la situación económica y social de la familia López, dedicada a mediados de los 30 al negocio del corcho, en el momento del nacimiento de Joaquín.
Buena parte del recorrido histórico propuesto por la periodista se basó en las memorias escritas en su día por Juan López, padre de Joaquín, muy relacionado con los movimientos de izquierdas, lo que le obligó a huir, como tantos otros, de Jimena, con la llegada de los sublevados.
“Cuenta Juan López en sus memorias que el 28 de septiembre aparecieron por los cerros de Los Ángeles un gran número de fuerzas fascistas bien armadas. Los milicianos jimenatos estaba armados con escopetas de caza y pocos cartuchos así que escapan hacia la Barca del Guadiaro, y al otro día llegan a Estepona, En Jimena solo resintieron algunos milicianos desde el Castillo, con pocas armas pero mucho coraje.
Juan se reúne con toda la familia en Estepona donde se habían refugiado tras salir de Jimena. Pero poco después, una mañana de octubre aparece en la costa de Estepona el acorazado Cervera y otros barcos fascistas y submarinos Italianos y Alemanes, al mismo tiempo aviones lanzan bombas (son las primeras que ve Joaquín López y la familia López Morales)”, continuó el relato.
A partir de ese momento, y con sólo siete años, se inicia un periplo bien conocido por buena parte del auditorio (donde la extensa familia de Joaquín López era mayoría), una huida constante que le llevaría a Málaga, Almería y Lérida (donde Joaquín y su familia vivieron durante varios meses antes de dar el salto a Francia con el fin de la Guerra Civil y el inicio del régimen de Franco).
Después del paso de algunos de sus miembros por campos de concentración, en Francia, la familia inició una nueva vida en un pueblo del norte, cercano a Bélgica. Allí acogieron a Libertad, la hija de un matrimonio asturiano cuyo cabeza de familia había sido asesinado en la Guerra.
La Segunda Guerra Mundial trajo consigo la invasión alemana desde el norte de Francia, precisamente por la misma zona en la que se había asentado la familia, cuyos miembros terminaron, nuevamente, separados y recluidos en campos de concentración.
La situación era tan insostenible que parte de la familia se plantea el regresar a España, toda vez que hasta Rivesaltes llegaban rumores de que Franco no tomaría represalias contra los que no hubieran luchado en la Guerra Civil. El regreso tuvo lugar en 1943, aunque la familia López no pudo traerse a Libertad, al no ser hija natural. No volverían a verla hasta 2002.
Una vez en Jimena, el padre de Joaquín volvió a trabajar en el patio de corcho, donde se inició como aprendiz. Más tarde conocería a la que sería su mujer.La periodista, sobrina del homenajeado, finalizó su intervención recordando que “los hijos de los hermanos López Morales nos hemos criado escuchando historias de esa guerra tan penosa que tuvieron que vivir. Pero sin rencores, así nos lo han transmitido. Jugando con los hijos de los que hicieron la guerra en el otro bando, en sus casas y ellos en las nuestras, como buenos vecinos de un pueblo que nunca debió enfrentarse. La Guerra Civil Española no la buscaron los que luchaban por la igualdad, la Justicia y la Libertad, y mucho menos todos los civiles que la sufrieron”.
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