martes, 5 de febrero de 2008

Por una sociedad laica

Leído en Europa Laica. Por su interés reproducimos esta noticia.
La jerarquía eclesiástica se define políticamente por las opciones más antidemocráticas, más en contra de la libertad individual y de la razón, y los partidos que se supone que defienden esas ideas, se escandalizan y se asombran. Pero ¿se asombran de verdad?. No lo creemos...
Y no lo creemos porque se supone que los miembros de esos partidos son gente con cierta cultura, y capacidad de razonar. Y por tanto no les puede asombrar que la jerarquía siga haciendo lo mismo que ha hecho los últimos 1700 años: desde que un jefe mafioso, pero sin duda buen estratega y conocedor de las debilidades del ser humano, consiguió convencer a un semiemperador de que 'con este signo vencerás'. ¿Se acuerdan?
Trabajar por una sociedad laica exige nuestro tiempo, nuestro esfuerzo, nuestro dinero... No es ningún placer ni, se lo aseguramos, ninguna perversión masoquista. Es el resultado del convencimiento de que, mientras nuestras sociedades sigan siendo manipuladas por las jerarquías religiosas, la injusticia, la falta de libertad, la desigualdad, la represión, la guerra están aseguradas, como lo han estado estos últimos 1700 años. Y los obispos nos dan la razón.
Si consigue el PSOE mantenerse en el poder después de las próximas elecciones, ¿habrán aprendido la lección?... suponemos que no. Seguiremos trabajando por una sociedad laica.
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Leído en Laicismo.org Desde Granada Laica han lanzado esta campaña:
POR LA SEPARACIÓN IGLESIAS - ESTADO
Los ciudadanos, ciudadanas y organizaciones abajo firmantes exigimos que se de una real y efectiva separación entre las organizaciones religiosas y el Estado.
Esto supone, fundamentalmente:
1.- La no-financiación de las iglesias con dinero público.
2.- La exclusión de las religiones de la escuela pública.
3.- La derogación del Concordato y de los Acuerdos de 1979 del Estado español con la Iglesia católica.
Ninguna confesión religiosa puede imponer su moral al conjunto de la sociedad.
¡Por una ley de libertad de conciencia!

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