domingo, 28 de febrero de 2021

"Más sobre la violencia", por José Antonio Hernández Guerrero

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Más sobre la violencia

Tras mi denuncia clara de la violencia generada por la entrada en prisión por condena de Pablo Hasél, debido según los jueces al enaltecimiento del terrorismo, expreso mi reflexión sobre la necesidad, la obligación y la urgencia de indagar el origen complejo y las causas múltiples de esas reacciones tan agresivas. Estoy convencido de que la simplificación de los problemas impide su solución.

Pienso que estos desórdenes ponen de manifiesto también el malestar de fondo y el hartazgo de una considerable parte de la juventud por los problemas serios y complejos que tienen planteados quienes, a pesar de la preparación profesional, no pueden acceder al mercado laboral o sólo logran unos trabajos muy precarios. Algunos carecen incluso de perspectivas para marcharse del hogar familiar. Por eso algunos explican que la detención de Hasél ha sido sólo una excusa más para expresar su malestar a cumulado durante demasiado tiempo y su impotencia para encontrar una salida a una situaciones dramáticas.

Tengamos en cuenta, además, que estos episodios ocurren en medio de una nube de corrupción de los poderosos, de promesas incumplidas, de enfrentamientos en el Parlamento y de agresividad en los medios de comunicación. No podemos perder de vista la atmósfera tan contagiada de crispación mediática, de individualismo feroz, de desigualdades crecientes y de conformismo complaciente entre los que, precisamente, aprovechan estas crisis para lograr pingües beneficios. 

Los problemas son múltiples, difíciles de solucionar y, sobre todo, graves para quienes los sufren. Por eso es indispensable y urgente que todos, en especial los que detectan poderes políticos, financieros, sociales y mediáticos, se reúnan y busquen soluciones. De lo contrario, todos saldremos perdiendo. Recordemos aquel principio clásico que, después explicó Leibniz: “nada ocurre sin razones las razones suficientes”. Pero, en mi opinión, hemos de separar la explicación del origen de los hechos y su justificación ética e incluso política de los comportamientos.  

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11 comentarios:

Anónimo dijo...

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Si el mal de esta sociedad
es la violencia y agresividad
debido en gran porcentaje
a la falta de trabajos,
que producen descontento
y la juventud no tiene
ilusión por el presente
y menos por su futuro.
Tiene como estamos viendo
una solución difícil,
que no se arregla con parches,
tampoco con subvenciones
el emigrar, no es posible
y el vivir de la pensión
de los padres o los abuelos
a nadie eso satisface
ni a los jóvenes ni a viejos,
eso ya se ha utilizado
por mucho, por demasiado tiempo.
Trabajo hay el que hay,
con las nuevas tecnologías,
el automatismo y la robótica,
cada día habrá menos,
y la cultura del ocio,
aún esa cultura no es viable,
y en estos tiempos que vivimos
el implantarla, mucho menos.
Hay que repartir los alimentos,
todos los necesitamos
porque todos, todos comemos,
los cuidados sanitarios,
porque todos enfermamos,
y a ellos tenemos derecho,
al igual que a la educación,
a la vivienda y diversión,
y como trabajo, solo hay el que hay,
no habrá más remedio
que repartirlo entre todos
toquemos a lo que toquemos.

Antonio.
.

E. Alonso dijo...

Tienes razón, pero su artículo me genera una pregunta que usted no la menciona como causa de los desordenes por el encarcelamiento de Pablo Hasél.
¿De todos los manifestantes, ninguno se manifiesta por el encarcelamiento de Pablo debido a la falta de libertad de Expresión? Le pregunto esto, porque me da la sensación que usted no quiere mencionar esa causa, como si para usted, esa no es causa suficiente para esos desordenes. Siendo para usted los desordenes mera excusas de otros problemas de la juventud, no por falta de libertad de expresión de los jóvenes.

Anónimo dijo...

Alonso. No diga tonterías. Libertad de expresión hay en España. Lo que no hay es Libertad de Insultación.

E. Alonso dijo...

¿Por un insulto, te pueden llevar a la cárcel? Si justificamos eso, se termina justificando la extinción ideológica que se hizo en España desde 1939 a 1975 por el franquismo.

Anónimo dijo...

Ni tanto ni tampoco:
No es, no debe ser libertad de expresión el instar a matar a semejantes humanos, sean quiénes sean, aunque sean dirigentes políticos por muy mal que lo estén haciendo. Eso es incitar y siempre ha habido quien haga caso a tales asesinatos, cuerdos o locos, la historia está lleno de ellos. A esa gentuza, tal como al incitador, no se les mata, se le aplica la justicia, en este caso democrática en un Estado de Derechos como el que suponemos nos rige. La política, junto con la Ley, es la que debe subsanar estos y muchos otros problemas y nunca incitando a matar o matando: nuestras leyes no aceptan matar, por muy justa o necesaria que parezca esa muerte o esa incitación a matar, ¡NO!, se ha de utilizar los medios legales y políticos con los que consta nuestra Constitución y si es imperfecta se vota y que el parlamento la apruebe; para los gobiernos democráticos está la "noción de censura", los votos del ciudadano. Para cambiar cualquier situación política o de justicia desfasada o anómala importante, debe ser el Congreso de los Diputados en mayoría quién lo haga y sería justo convocar al pueblo a votación para que termine dando su opinión. Los gobiernos y sus dirigentes no han de ser intocables, debe de someterse a las leyes como cualquier nacional, y menos que ningún Rey o Jefe de Estado esté por encima de la voluntad del pueblo, ha de ser simplemente un moderador a la vez que que el reflejo del valor justo de las leyes al que igualmente debe de estar sometido. Pues esas leyes emanan desde el poder del pueblo a través de sus "votados dirigentes" como única excepción "el pueblo con sus votos pone y hace y el voto del pueblo con sus votos quita o pone".
Cien alocados en huelga dañina (las huelgas se legalizan antes y se hacen sin daños y se pide lo que sea para que los dirigentes legales del pueblo conozcan el parecer del pueblo, en este caso No o Si Rey, No o si Policias tal o cual; o Jueces, o Autonomias; No o si tal o cual ley, y un largo etc,) Pero jamás matando o incitando a matar. Se debe de defender la vida a toda costa, incluso la de nuestro propio planeta, pero nunca matando al o incitando a matar al jefe o propietario de la empresa que con el vertido o liberación a la atmósfera del/los agentes contaminantes la contamina, se le aplicará las leyes legalmente establecidas.Si no las hay se hacen y se aprueban por los dirigentes políticos votados por el pueblo. Así que, señor Alonso y otros manifestantes empecemos por unos fuertes y prácticos cimientos para no tener que derrumbar la casa antes de que se caiga ¿Cómo? ¡Votos generales del país y no solo por interesados particulares! ¡Es que no pararíamos de votar! Tenemos en el Congreso quiénes voten por nosotros porque para eso lo hemos puesto allí, pero un diputado vale solo por un voto y para los escaños debiera de ser igual. Así que si Pablo Hasél está en la cárcel será provisionalmente hasta que se juzgue, si es que no ha entrado en un Juicio Rápido, si está ilegalmente o no es la Justicia quién debe dedicirlo, y si no es legal que se le compense al máximo ¡Ojo provisionalmente porque estáis legislado!, y no porque yo esté en contra de la incitación a matar y usted si lo está...

E. Alonso dijo...

Estimado comentarista de las 8:56.
Nuestro código penal no es preventivo. Existe un trecho muy grande en decir ¡Te voy a matar! a coger una pistola y matar a una persona, como lo hicieron los etarras o los franquistas a partir del 1939 a 1975 en la posguerra.

Si digo que los borbones son unos ladrones que roban a la Hacienda de España y que eso mismo que hacía el exJefe de Gobierno, lo teníamos que hacer todos y uno va y no declara sus ingresos y se lo lleva a un paraíso fiscal, ¿Quién defrauda Hacienda, yo por decir eso o él que invade sus impuestos?. Lo que es un país de locos como España que por decir rapeando que el Rey Juan Carlos es un ladrón, meta a la cárcel a quien lo dice y el defraudador de Juan Carlos, esté en la calle.

Anónimo dijo...

No sé por qué omite usted, Sr. Alonso, el resto de lo que rapeaba Hasél, ¿le da miedo, está de acuerdo, no quiere repetir la incitación o no desea darle más propaganda a que para solucionar problemas políticos hay que hacer precisamente lo que vocea el Hasél ese?
Para contestar a eso no hace falta escribir mucho, es suficiente con que diga: "estoy de acuerdo con Hasél en todo lo que rapeó respecto al caso que ahora nos ocupa".

E. Alonso dijo...

Estimado anónimos 3:45
No confundas estar de acuerdo con lo que dice y otra cosa muy distinta, es llevarlo a la cárcel por utilizar palabras groseras y de poca ética.

Voy a poner un ejemplo para que lo entiendas. Un islamista puede decir sapos y culebras de occidente y de nuestra religión y otra cosa es quemar iglesias, y degollar a occidentales, hay un ligero matiz que lo separa.¿NO

Respondiendo a su cuestión.

"Estoy de acuerdo que Hasél pueda decir rapeando todas las frases que nos ocupa"
Si por decir esto te llevan a la cárcel, en esta España algo falla.

"El fiscal puntualiza que el acusado dirigió a Juan Carlos I los calificativos de "parásitos", "mafiosos", "ladrón", "mafiosa y medieval monarquía", "banda criminal". Estas palabras, siempre en opinión del fiscal Campos Navas, resultan "de todo punto impertinentes e innecesarias" para expresar las ideas del rapero y "lesionan la dignidad del rey emérito, menoscabando su fama o atentando contra su propia estimación", por lo que son constitutivas de un delito de injurias contra la Corona".

Anónimo dijo...

Los albañiles estan aprendiendo a decir los piropos rapeando para que no sea delito

Anónimo dijo...

Cuántas veces ha sido condenado y no ha entrado en la cárcel?. La entrada en la cárcel ha sido por reiteración. Al final P.Iglesias va a llevar razón, este está para un psiquiátrico.

Anónimo dijo...

Que el tipo ese está en la cárcel por muchas otras cosas, no solo por lo del emérito, no seáis ilusos que os creéis todo lo que la propaganda política independentista dice. Tanto escupir hacia arriba trae estas cosas.
Y lo dice uno que no cree en príncipes ni princesas.