miércoles, 13 de mayo de 2020

"El concepto de libertad y la acción directa desde la teoría anarquista", por Gabriel Meléndez Muñoz

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El concepto de libertad y la acción directa desde la teoría anarquista

El anarquismo siempre se ha señalado como algo utópico, caótico y violento, ataques que existen desde el siglo XIX, venidos de estamentos como la iglesia e ideologías (marxistas, liberales y socio-demócratas…).


Ni que decir que en múltiples ocasiones la acción directa se encaminó en la consecución de cometer actos violentos, cuando en el fondo, la acción directa debe ser una herramienta de construcción social, de creación y siempre a través del pacifismo (he participado en cientos de protestas y jamás he utilizado la violencia en éstas). Para violencia ya tenemos a todo aquello que tiene a una sociedad entera enfrentada entre sí, como violentas son también las decisiones políticas donde los de abajo somos siempre quienes sufrimos sus consecuencias e injusticias.

La acción directa es fundamental para el derribo de los pilares básicos que sustentan al Sistema capitalista, como toda religión e ideología que no unen pero que sí dividen. La acción directa no puede ser el romper las cristaleras de una empresa al no respetar los convenios, la acción directa no tiene que ser la quema de iglesias.

La acción directa tiene que ser la movilización pacífica ante los desmanes del sistema capitalista, de las políticas de la socialdemocracia de los partidos, en definitiva, de una firme actuación ante todo aquello que nos ciega y no nos deja ver cómo entender que hay una vía posible, una vía no tan lejana, una vía que al fin sirva para ofrecer unas mejores condiciones de vida a las futuras generaciones.

El respeto, solidaridad, humildad, honestidad entre otros valores, tienen que ser la máxima expresión para llevarnos a ser una sociedad mejor a la actual.  Que mejor respeto como humildad en aceptar las opiniones contrarias siempre como algo constructivo, y nunca para destruir o para el enfrentamiento. Para ello debemos evolucionar en nuestra forma de pensar en el sentido de pasar de esa dualidad (que si blanco o negro, o si izquierda o derecha…) para llegar hacia ese punto medio que nos une, y siempre bajo el sentido común.

La libertad no es hacer lo que nos dé la gana, la libertad en primer lugar tiene que ser el poder pensar por uno mismo. La libertad tiene que ser la idea de sentirnos participes en la toma de decisiones para la organización y gestión de nuestra sociedad. La libertad es romper de una vez los hilos y los conceptos ideológicos como estamentos que nos privan a ser una sociedad más justa como equilibrada.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Gabriel, según tu exposición sobre el anarquismo ¿Los mayores anarquistas fueron Gandhi y Jesucristo?.

Gandhi fue el dirigente más destacado del Movimiento de independencia indio contra el Raj británico, para lo que practicó la desobediencia civil no violenta.

Jesucristo.- En el Sermón de la Montaña resume el mensaje religioso y ético de Jesús, al paso que define su manera de actuar, que nada tenía que ver con un mesianismo violento y belicoso, como esperaban y anhelaban los zelotas en su odio contra Roma.

Gabriel ¿Qué nos dices, con la no violencia? ¿Qué los anarquista tienen que ser como Gandhi o Jesucristo? ¿Poner la otra mejilla?

Gabriel, lo primero tendríamos que definir que es violencia social. Para mí,la violencia social la ejercieron los señoritos en Andalucía.

"El problema social fue abordado desde la tradicional óptica española: ni pan ni trabajo, sino Guardia Civil". Se creó el marco del miedo en nuestra Andalucía.Antes los actos violentos de los terratenientes. ¿Qué se hace? ¿Ponemos la otra mejilla? ¿Nos morimos de hambre, como nuestras mujer e hijos?

Estamos de acuerdo que la situación que vivimos en el siglo XXI no fue las de los siglos XVIII, XIX y hasta mediados del XX, tampoco la violencia son las mismas. Ahora no existe el garrote vil, pero sigue existiendo una justicia de roba gallinas.

Los trabajadores tienen que usar toda la violencia que te permite el marco constitucional. Las huelgas tienen que ser muy duras, realizar fuertes piquetes y sobre todo, no permitir los esquiroles. Esta violencia está permitida por tu derechos constitucionales como huelguista. Quienes no lo respetan son las patronales. ¿Cuantas denuncias han puesto los sindicatos por los derechos de huelga y no han servido para nada?

Anónimo dijo...

Discurso sumamente trasnochado. Utopías del siglo XIX.

Anónimo dijo...

10:01 desde la segunda revolucion industrial a mitad del siglo XIX y el capitalismo de entonces a ahora tambien esta trasnochado no te parece?

Anónimo dijo...

Vivimos en una sociedad actual que si fuera verdad la nueva venida de Jesus, ya pueden venir un millon que a todos los tomariamos por locos.

Anónimo dijo...

Las resueltas decisiones del anarquismo como meta ante la impotencia de poder cambiar la sociedad ha sido el asesinato de líderes, tal como los mismos extremos de las derechas y las izquierdas a través de la historia, llenos de sus atentados. Por tanto siempre se ha asemejado a terroristas, pero con sentido político exclusivamente. Aunque los peores terroristas son los con nombre propio y pasamontañas, semejantes a mafias para conseguir intereses de grupo. Pero hay otros mucho, peores que todos, que parten de los mejores Estados para encarrilar sin obstáculos sus líneas. El mejor Estado es el que solo utiliza las buenas acciones para el bien del pueblo y se defiende con leyes justas aceptadas socialmente, la violencia del poder han de ser últimos extremos de defensas para los ataques desde el exterior a ese modelo de la nación, cuando el ataque se ha consumado. El proyecto futurista, de hermanamiento y unión con derechos inapelables desde las bases, como cimientos fuertes e irrompibles. El Estado ha de tutelar el derecho preferencial para que esos cimientos jamás se resquebrajen en ningún grano de arena, el Estado ha de ser el mejor cemento para el conglomerado del edificio, en la parte proporcional a la necesidad de robustez y mantenimiento de cada uno de sus ladrillos, piedras, bloques y vigas y su suelo será pulimentado para que siempre brille de limpio y reluciente. No como el ejemplo que nos está dando esta supuesta democracia que abrillanta, limpia y recarga de cemento las partes más altas olvidando a las columnas, los cimientos y las paredes tan necesarias como los techos. El cemento rico está sobrecargado en lo que más gusta y enseñan los arquitectos y no en lo que es más útil para el monumento que busca la perfección y el mantenerse erguido a través del tiempo. Esta amalgama de pinturas (desde 1980) utiliza las mejores y más bellas para obtener los maravillosos cuadros para los museos privados y no para los públicos. Y los monumentos son tan majestuosos y prósperos que el pago de las entradas se pierde en cuentas de dobles cuentas o de ninguna, dinero perdido en bolsillos que de nada benefician a las bases de la sociedad. Y esas cosas solo tienen nombres de opulencias y es una forma de anarquia antipopular al no ajustarse al beneficio exclusivo de la nación en su conjunto ¿A donde van a parar esos dineros, quienes lo controlan? Hacienda, gobierno, para que te quiero si solo atacas a mis insuficientes nóminas del trabajador, del paro y de la ruina. En esta crisis hay instituciones a las que para nada se le ve la cara física salvo para anunciarse en televisión poniéndose flores..., y no haciendo nada que sea fructífero y no parásito...

Anónimo dijo...

Él de las 10:04
Usted no quiere construir un nuevo estado o gobierno, lo que quieres construir es un palacio, una casa o algo parecido.