jueves, 10 de enero de 2019

"Volver a empezar", por José Antonio Hernández Guerrero

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Alfredo Tolin
"De la montaña al llano. Claves para el encuentro con Jesús"
Madrid, Narcea
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    Aunque es cierto que la vida humana es un proceso temporal continuo que sigue una dirección zigzagueante, también es verdad que cada episodio, cada paso, nos sitúa ante encrucijadas inéditas, ante invitaciones para que iniciemos nuevos caminos, nuevas vidas. Este es el sentido hondo de las expresiones que nos dirigimos recíprocamente al comienzo de cada año nuevo. Y es que, por muy mayores que seamos, siempre tenemos la posibilidad de recomenzar. Es la conclusión a la que he llegado tras releer este libro escrito por Alfredo Tolin, sacerdote de la Diócesis de Albacete, en el que explica, con sencillez, con fuerza y con profundidad, las enseñanzas que, extraídas de los Evangelios, orientan sus actividades pastorales en su parroquia.


    Partiendo del supuesto de que vivir es movernos, caminar y crecer, nos advierte, en primer lugar, de la necesidad de revisar de vez en cuando el sentido de nuestros pasos porque -insiste en varias ocasiones- es posible que, a veces, nos equivoquemos de dirección. En segundo lugar, nos indica la conveniencia de que nos decidamos a empezar nuevos caminos y a reemprender la senda de la autoevangelización. ¿Cómo? preguntamos. Y el autor nos responde con palabras del Evangelio de San Mateo: “Si no cambiáis y os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos”. Hacerse como niños -nos explica- no es pues algo bueno y recomendable, sino determinante y prioritario para establecer nuevas relaciones con el mundo actual: con la naturaleza, con nosotros mismos y con los demás. 

    Una condición indispensable para establecer estas relaciones es que seamos sensibles ante el dolor, el sufrimiento, la desigualdad, la enfermedad, la injusticia y la mentira. Los modelos clásicos de esta sensibilidad y de la insensibilidad están detallados, como todos sabemos, en la parábola de buen samaritano. Todos -o, quizás, muchos- tenemos experiencias de que, sin esta sensibilidad humana y sin esta compasión evangélica, es imposible la comunicación interpersonal, por muchas palabras, gestos o acciones que realicemos. Como afirma textualmente Alfredo Tolin, “la cercanía amorosa de Jesús, la admiración ante todo lo creado, la confianza y la alegría son algunas de las claves que nos llevan desde la montaña del aislamiento hasta el llano donde vivimos el encuentro con Jesús y con los hermanos”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Don J. Antonio buenas noches.

Yo que he reflexionado mucho,
mucho sobre el particular,
he llegado a la conclusión.
que bajo ningún concepto
quisiera volver a empezar.
¿De nuevo volver a empezar?
No. por favor no, gracias.
Lo que sí suelo intentar
es que, cada vez que yerro,
que me equivoco u olvido
tomando, un equivocado camino
lo que procurar es, rectificar
y el volverlo a intentar.
¿Pero, lo de dar marcha atrás
y de nuevo volver a empezar?
No. por favor no, gracias,
una vez sí, pero no más.

Mi saludo para usted a quien con respeto admiro.