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GRACIAS a las redes sociales de forma indirecta el pasado día 13. Me llegó el documento adjunto a este post. Que no es otro que el Cartel anunciador de las Fiestas, Feria y Exposición de Ganados de San Martín del Tesorillo del año 1912 . Lo califico de joya, con un valor dentro de la historia local, muy pero que muy relevante.
Dentro de las diversas investigaciones, destacando sobre todo la del autor del Libro Historia de San Martín del Tesorillo en la España contemporánea, Jerónimo Sánchez Blanco, los orígenes de nuestra feria no están para nada esclarecidos.
Se debe considerar, que por aquel entonces Tesorillo llevaba constituido como núcleo de población, al margen de su consideración como colonia agrícola, una treintena de años.
Aquel año de gracia, reinaba Alfonso XIII, con el sistema de monarquía parlamentaria. No eran buenos tiempos. Los descontentos de la clase obrera eran generalizados, crisis económica, problemas de orden público, concurrían como elementos distorsionadores dentro de una España convulsa.
Dos años antes el liberal Canalejas, había asumido la presidencia del Consejo de Ministros. Intentó modernizar la nación, dictando leyes como la del Candado, de las Mancomunidades y otras a modo y semejanza de otros países más avanzados del continente. Pero en noviembre de aquel mismo año, fue asesinado a tiros en plena calle.
Pero vayamos al tema que nos ocupa. Nos fijaremos en el programa de actos. El día grande de las fiestas, Jueves de Corpus a primera hora y por una banda de las mejores de la región “UNA BONITA DIANA”. Lo que con el tiempo pasó a llamarse Diana Floreada. ¡Lástima!, que ochenta años más tarde, terminara despareciendo. Son de las cosas que habría que recuperar, fuese como fuese. Por supuesto no podía faltar la Solemne Procesión del Corpus Christi.
El resto de actos programados, aparte de la función religiosa. Eran variopintos y adelantados para la época. Estarán conmigo que celebrar competiciones atléticas de cien metros lisos, saltos de altura y longitud en 1912, en un pequeño núcleo rural, era signo de modernidad y progreso.
Diana todos los días. Conciertos musicales, fuegos artificiales, carreras de cintas a caballo, carreras de burros, de sacos, elevación de globos y fantoches, cucañas. Con esos mimbres se podía fabricar un buen cesto de diversión, goce y alegría generalizada. No podían faltar en esos festejos los bailes populares.
El último día de fiesta, Gran Retreta. Indagando, el término retreta no corresponde como pueda parecer, al toque del ejército que avisa a la tropa que tiene que ir recogiéndose para dormir, sino a un concierto nocturno a modo de fin de fiesta.
Los bailes y conciertos nocturnos, estaban iluminados a la veneciana. Les confieso que no tenía idea que tipo de iluminación era esa. Se trata de unos globos de papel, que en su interior, llevan un quinqué, los cuales ardían bien por aceite o petróleo. Imaginen en medio de la Plaza en plena noche de junio, una orquesta tocando, y globos de papel iluminando el sarao. Sencillamente idílico.
Capítulo aparte merece las proyecciones del cinematógrafo. Recapitulemos, la primera proyección pública del cinematógrafo, tuvo lugar en 1895, en el Gran Café de Paris. Solo diecisiete años más tarde, en un lugar recóndito de Andalucía, concretamente San Martin del Tesorillo, con motivo su feria y fiesta, se efectuaban proyecciones. Creo no equivocarme, en muchos lugares del suelo patrio, en esa fecha, ni sabían de la existencia del cinematógrafo. Todo un hito.
No todo era festivo. Coincidiendo con las fiestas, también había lugar para el Mercado de Ganados, con buenos pastos y agua como indicaba el cartel.
En un ejercicio de buena organización, la Comisión dispuso, una fecha anterior y otra posterior a la feria, que cómodos y numerosos carruajes, transportasen a los visitantes, desde la Estación de Castellar y desde Estepona.
En resumen todo un alarde de modernidad de feria. Siendo más que probable, que no tuviese parangón en poblaciones de las características de Tesorillo de 1912.
Del cartel anunciador se extrae que ya por aquel entonces, existían un batallón infantil con música y bandera, no acabo de salir de mi asombro.
El Tesorillo de 1912, era el Tesorillo de Los Larios, aristócratas sí, pero con mucha más humanidad que sus postreros propietarios a partir de la década de los treintas , La Casa March. .Leyendo lo que he leído y por lo que me contaban los antiguos. Con la llegada de los mallorquines, la calidad de vida de los tesorilleros empeoró bastante, por consecuencia, la feria correría la misma suerte.
Todo esto, me lleva a la siguiente convicción. Que nuestra Feria, tiene que seguir celebrándose coincidiendo con la festividad del Corpus y los que abogan por cambiarla de fecha, que se vayan olvidando.
2 comentarios:
Sin menospreciar los avances,
adelantos y progresos,
aunque no todos son loables,
no hay que olvidar lo antiguo
(a mí me gusta llamar, lo viejo)
sobre todo, en costumbres,
en fiesta, feria y festejos.
Cada antiguo de los eventos
que festejaban los que ya
hace años que partieron,
fueron piedras y cimientos
de los modernos festejos
que, aunque mucho han cambiado
las fechas en el almanaque,
nadie debiera de hacerlo.
Esas son, nuestras raíces
recuerdos de nuestros abuelos
que, si de fecha las cambiamos,
lo único que nos queda ya de aquello
pronto desaparecerán
y se borrarán los recuerdos.
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19.08.16
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Antonio. -El niño del Corchado-
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