Imagen compartida por Juan Pérez Lara. |
-
ESTAMOS en La Estación
y, a lo mejor, en un momento,
nos asalta la presencia del tren,
dragón de hierro,
poderoso, omnipotente,
otrora con soniquete monocorde,
silbando al viento.
Para unos, sonido de gemidos,
para otros, lamentos.
En el rostro de los que te esperaban
Se distinguían distintos sentimientos:
Unos, locos porque llegaras,
con los ojos desencajados,
mirando, puerta a puerta,
a ver si se bajaba, si aparecía,
el precioso regalo que te traía dentro.
Otros con sus sueños congelados,
temiendo aquel silbido que anunciaba
que, lo que más quería, en el tren se marchaba.
¡Cuántas alegrías,
cuántos corazones destrozados,
cuántos primeros besos,
cuántos desgarros,
cuántas primaveras,
cuántos otoños
guardas, Estación de San Pablo,
en tu regazo.
Por eso yo, en este instante,
que percibo el aroma de esos gemidos,
de esos besos, de esos llantos,
de esos sueños cumplidos o segados,
te estoy versando.
1 comentario:
Y qué decir o escribir
después de haber leído
de Antonio García Corbacho
”Estación de San Pablo”
un pedazo de poema.
De amores que trae el tren
y de otros que se lleva,
de corazones que saltan
de alegría por la llegada
y otros, que mueren de pena,
por la inminente partida,
y que la estación de Buceite
fue de todos ellos, testigo mudo.
Qué decir o escribir
que no sea el agradecer
el regalo que nos hace
Antonio, con sus poemas.
.
30.06.16
.
Antonio. -El niño del Corchado-
Publicar un comentario