miércoles, 23 de diciembre de 2015

"Navidad, dulce Navidad...", por Salvador Delgado Moya

Oye:  que es la Navidad?.
Escucha:  Porqué se vuelven tan tiernas las personas en estas fechas?.
Dime:  Porqué se monta un árbol de Navidad?.
Explícame: Porqué comemos hasta atiborrarnos?.
Porqué brindamos?


Voy a explicártelo paso a paso, luego tú sacas tus propias conclusiones...


Estas fechas suelen ser especiales para algunos y odiosas para otros. Se podría decir que es el reencuentro de la familia, es el súmmum del amor de la consanguinidad. Es la reunión capital en una mesa, donde se charla, se ríe, se discute, se come, y sobre todo, se añora y se recuerda aquella persona que tenías enfrente y la cual sólo permanece su recuerdo.

Se nos enternece el corazón, creemos que es el momento de sobreactuar en situaciones que a lo largo del año nos podrían parecer indiferentes.

Pero espera, no quiero darles más vueltas! La Navidad es aquella parte del año que nos convertimos en los consumistas más feroces que puedan existir en la selva de un gran centro comercial; bebemos y comemos descontrolados.- los que puedan.-; invadimos el ridículo aglutinando nuestra sangre de alcohol y colapsamos nuestras neuronas de retos para el año venidero.

Esto es una forma de ver la Navidad…

Para mí, estas fechas pueden ser el resultado de otro año más de lucha, de sufrimiento y de posibles alegrías.

Para mí,  estas fechas es ver como las burbujas de un cava, emanan a la superficie, para buscar la liberación de los sinsabores sorteados.

Para mí,  es tomar un sorbo por la vida, por las amistades verdaderas, por la familia, por los que están y por los que se fueron, por lo ilógico y por  lo venidero, por lo desconocido y por sus incógnitas, por la lucha y por el triunfo, por la vida y por la muerte...

Para mí, es  ver luces con un abanico inmenso de colores representando la vida, donde hay momentos de una brillantez cegadora y otros donde la tenuidad de su luz adolece de entusiasmo.

Para mí, es y puede ser un día más, un pequeño tiempo de aflicción, de sollozos ocultos, de miradas esperanzadoras orientadas hacia una estrella inalcanzable.

Para mí,  es endulzar los paladares con el sustituto de lo amargo, abrazar con el sentimiento contenido y cantar por la proeza de continuar un año más en esta puñetera o maravillosa vida.

Para mí,  es brindar y beber, brindar y beber y volver a brindar y beber, por la alegría diversificada, por el amor esparcido, por el entusiasmo contagiado, por la felicidad luchada y lograda, por la familia unida, por los retos logrados y por la existencia.

Y cuando vayas a tomar las doce uvas, no lo hagas. Ya que has desbordado la gula, es hora de vomitar... De vomitar : la envidia, la incomprensión, la intolerancia, el odio, el desprecio, el rencor, la codicia, el interés, la falsedad, la hipocresía, el poder y el dinero. Cuando lo hagas, estarás nuevamente reseteado para volver a vivir.

Quiero que bailes agarrado del destino, que rías al compás de la alegría, que te empalagues con el amor, que cantes con la esperanza y que duermas con la felicidad.

Brindo por el pasado inalterable, por el presente indescifrable  y por un futuro embaucador.

Va por ustedes!!!   Salud !!!.

 Fdo. Salvador Delgado Moya

1 comentario:

Anónimo dijo...

Navidad, sólo unos días,
la verdad que menos es nada
pero que falta nos haría
una Navidad cada mas
o mejor cada semana.
En Navidad todos se vuelven
o mejor dicho nos volvemos
como se vuelve un calcetín
(aunque habrá sus excepciones)
y en esa vuelta intentamos
ser un poquito más buenos
(habrá alguna hipocresía)
Luego los sinceros y los nos
a los pocos días olvidamos
que, a los que tenemos al rededor
hay que tratarlos mejor
aunque no sea como a hermanos
pero sí como a seres humanos.
Si yo tuviera poder,
decretaría ipso facto
Navidades, de continuo,
Navidades todo el año
y que, entre una Navidad y otra
solo hubiera como máximo
un par de días de descanso.
.
21.04.16 14:35 p.m.
.
Antonio. –El niño del Corchado-