miércoles, 8 de julio de 2015

"Las calderas de poleo en San Pablo de Buceite", por Cristóbal Moreno El Pipeta

RECOLECCIÓN DEL POLEO EN LA POSTGUERRA CIVIL
    Corrían los años 44-50 (1.945-1.950), años de la postguerra civil española, cuándo aún el hambre de los cuarenta –recién terminada la guerra− se hacía sentir en los estómagos de los españoles, especialmente en aquellos menos desfavorecidos de la clase baja, entre los que se encontraban, como no podía ser de otra forma (ni aún puede), los que tenían que supervivir de una peonada, de un puesto de trabajo, y los más cercanos a ellos − la clase media − de quienes más lo recibían para a su vez subsistir.

    Todavía, salir al campo, campiña o monte, era peligroso, y no peligroso por las contingencias del terreno: en el monte abrupto y medio selvático, y de los animales que te podrían hacer daño como la víbora, los escorpiones y ciempiés especialmente, agregándosele algún perro rabioso también. Lo era ocasionalmente, más en el monte que en la campiña, por la existencia de unos grupos guerrilleros provenientes de Francia “los maquis”, a los que se les agregaron todos aquellos del término municipal y de vecinos pueblos que, temiendo por su vida se habían echado al monte; se hablaba de ellos como: “la gente del monte”, “la gente de la sierra”, “los rojos” o “maquis”. Estos, los maquis, dirigidos normalmente por comunistas y dirigentes republicanos, eran enemigos de Franco que, habiendo hecho y perdido la guerra civil querían restituir el gobierno anterior, (su intención era "derribar a Franco y a la Falange" en colaboración con los elementos afines del interior de España y con las potencias aliadas). Las escaramuzas y las muertes en enfrentamiento con la Guardia Civil eran frecuentes, pudiéndote encontrar sin comerlo ni beberlo en una de ellas, lo mismo te podían confundir con uno de la sierra, como por un soplón. Y hablando de los de la sierra, se me viene a la cabeza lo que, viniendo al caso de este ensayo, me contó un jimenato –que en los primeros años de la democracia había regresado de nuevo a España− conocido de mi familia paterna, Alonso Vera Pro “Verita”, uno de esos hombres huido al monte que se unió a una partida “maqui” y pudo escaparse a Tánger para salvar su vida: “Una de esas veces que bajábamos hasta las calderas de poleo que estaba cercana la Estación de San Pablo, donde nos proveíamos de un litro de esencia de poleo para los resfriados y algunos males, por la vereda de Malagón subía una pareja de la Guardia Civil a pie que, como tantas veces, detectamos a tiempo y nos echamos a un lado, escondiéndonos entre los brezos. Iban hablando de la operación que estaban montando para el día siguiente, al objeto de cazar a mi partida, ya que habían sido alertados por un “patillero de brezos” muy amigo del “Lindón”, de que estábamos en la zona. El poleo nos salvó, pues en la noche, pudimos alertar a tiempo al resto de los compañeros, y por Marín escapamos hacia un escondite de un vecino del Colmenar.” Yo curiosamente le había preguntado: ¿Y no atentasteis contra la pareja de la Guardia Civil?, y él, con una mirada vieja, sufridamente triste, me respondió “¡Ay, Cristóbal, si hubiéramos atentado contra todas las parejas que nos encontrábamos en el monte, no hubiéramos durado ni cuatro días!”. Mucho hablé con él y mucho me informó, pese a que él no sabía casi ni leer ni escribir, y de todo lo histórico que hablamos hubo una respuesta a una pregunta mía, que más me llamó la atención, ¿y cómo es que, en vez de quedarte en Tánger no te fuiste a Francia, Portugal u otro país europeo?, su respuesta me dejó helado: “Porque no me fiaba ya de irme a ningún lado Cristóbal, pues los propios camaradas comunistas estaban asesinando a los que optaban por refugiarse allí, principalmente en Francia; en Francia los comunistas mataron a muchísimos “maquis” que no  cayeron en España bajo las balas fascistas”. Y yo me quedé pensando ¡Qué poco sabemos, verosímil, de nuestra historia reciente!

    Mientras que ocurrían todas estas cosas, los sometidos e incluso muchos de los “sometientes” tenían que llevar un pedazo de pan a la familia como fuera (trabajando claro, pues los tiempos no estaban para otras cosas, en los pueblos la represión continuaba y cualquiera se salía del tiesto) y en el trabajo que fuera, no había elección, su hambre y la de su familia lo gritaba; la mente del trabajador no paraba de pensar en cómo; la de la clase media siempre estaba en ebullición para comer ellos también.
    Y, la “ebullición” de la mente de alguno, fue la que les hizo pensar en montar un alambique de bastante capacidad −que fuera transportable− para poder ser trasladado ingeniosamente, con poco esfuerzo, de unos lugares a otros (allí donde estuviere la materia a destilar) y, como ya habían hecho anteriormente otras civilizaciones poder extraer cantidades aceptables de la esencia de las plantas para hacer licores, aromáticas para perfumería y también elixires medicinales. Lo importante era hacerlo en grandes dosis para comercializarlos a empresas vinícolas, de dulcerías, perfumería o farmacopea, según correspondiera.

LA ANTIGUA CALDERA EN LA ESTACIÓN DE SAN PABLO (DESTILERÍA)

    Aquella o aquellas personas que así lo decidieron, tenían que saber muy bien que este (campiñas del término municipal de Jimena de la Frontera –Tesorillo y Buceite-) y otros términos limítrofes era una zona importante donde se criaba gran cantidad de “menta poleo” silvestre que la usaban los vecinos para curar sus dolencias estomacales y resfriados. Trasladándose aquí, sería factible para extraer la esencia de la planta mentolada, realizar la alquimia por destilación a vapor con solo instalar el material correspondiente (−alambiques− conocidos por calderas) y comprar a la gente escasa en todo, por poco dinero, los haces de poleo entre los meses de junio y agosto principalmente; abarcando a otros pueblos cercanos que se trasladarían hasta aquí.
    Según dicen los que vivieron aquellos momentos (yo lo oí de mis padres tíos y abuelos y otros mayores del pueblo) y aún lo cuentan entre otros Juan Bautista (que entonces tenía entre 7 y 12 años), que muchas fueron las arrobas de poleo que se arrimaron hasta las calderas con animales de carga, carruajes y carretas tirados por bestias –asnos, mulos, caballos y hasta bueyes−; los que no tenían estos animales llevaban el poleo a cuestas, y las mujeres a la cabeza protegidas con el famoso “roete” (rodete de trapo que se ponían en la cabeza para transportar cosas).  “Al llegar a las calderas, con la romana te pesaban los haces de poleo que te daban unas pesetillas”.
    Muchas fueron las familias que sacaban un sueldecito para poder tirar para adelante; demasiadas fueron las toneladas de matas de poleo que se les robó a la campiña; muchas había; más se rebuscó el campo entonces, manchado de verde con las pinceladas del morado de sus flores; se adelantaba tanto la cogida para que otros no les quitaran el sitio que no se las dejaba florecer, hasta tal punto que entre casi los cinco años que duró − a causa de “la máquina de poleo”−, tal recogida disminuyó en un ochenta por ciento la producción de esa hierba silvestre y medicinal, al quitar tantas matas sin flores, o con las flores aún verdes. Poca semilla quedaba en los prados, pues solo se avistaban ya algunos manchones insuficientes para mantener las máquinas de alquimia −las calderas, o máquina del poleo,  nombre por el que todos las conocían−; ni tampoco para ganar un sueldo que dignamente diera algo de comer.
    Se acabó el poleo y se fue el horno con sus grandes calderas de hierro de una sola pieza, con láminas atornilladas de este material. Ya hasta el año que viene. El tren, lo mismo que la trajo se la llevó: “Se fueron los mentolados aromas con el cuento a otra parte”, decían los buceiteños; “se esfumó aquél olorcillo constante a vapores de poleo en la Estación”; “volvió la picante carbonilla que te llena los ojos de motas y que había pasado desapercibida como si el poleo curase la irritación de nariz y ojos”; “volvieron los resfriados a la “Cantina de los Álvarez”, allí en la estación; “y se volvió de nuevo− para no olvidar el poleo− a chupar “pistolines” (caramelitos pequeños de menta o eucaliptus que se compraban en las tiendas y en los kioscos − aún hoy perduran envueltos en nuevos papelitos y nuevas marcas−).
    Se acabaron los paseos de las niñas, que con el consentimiento de los padres, iban allí a perfumar, con los vapores del poleo, sus pañuelos que guardaban en los armarios, o en aquellas cajitas de madera donde guardaban sus tesoros. Para aquellas niñas, entonces, cualquier cosa era un sueño y su tesoro.
    Y en la mente de todos quedó, y en la campiña se nota: aquel expolio derivado de la necesidad, pues pocas son las manchas de menta-poleo que subsisten, en consonancia con las de entonces, pues se criaba en todas partes: en terrenos labrados o no, terrenos secos o húmedos, en medio de los habares, de los trigales, de la cebada y hasta por medio de los pocos “jherguenales” (herguenales, erguenales),  que entonces había. En los montes se daba poco, y en los demás terrenos en casi todos. El agua le daba la vida, pues en aquellos tiempos llovía mucho más que ahora.
 ¿Y para qué se recogía tanto poleo?: pues al igual que el eucaliptus y otras plantas para extraer su esencia.

LOS PRINCIPIOS ACTIVOS DE LAS PLANTAS
    Cada zona geográfica del mundo, tiene una vegetación autóctona, en la que se practican extractos, ungüentos y elixires diferentes.
    Especies vegetales utilizadas por sus virtudes curativas entre los antiguos egipcios, griegos y romanos pasaron a formar parte de la farmacopea medieval, que más tarde se vio enriquecida por los conocimientos del nuevo mundo.
    En las plantas los principios activos se hallan siempre biológicamente equilibrados de sustancias complementarias que se compensan entre sí y no se acumulan en el organismo; por eso sus efectos indeseables están limitados. Sin embargo, también hay que tener unos conocimientos médicos sobre las mezclas de hierbas, pueden interactuar con otros componentes naturales o farmacológicos (es decir, con el de otras plantas o medicinas).
    Es tal la cantidad de plantas existentes en el planeta y, con ello, los principios activos de las mismas, hasta el punto de desconocerse (aún hoy en día) los principios activos a los que deben muchas plantas sus extraordinarias cualidades.


    PARECER MÉDICO-PROFESIONAL EN EL PASADO
    A mediados del siglo pasado, muchos profesionales sanitarios pensaban, que la terapéutica moderna ya podía prescindir de las especies vegetales con solo transformar los principios activos de las plantas en productos farmacéuticos, olvidando que existe un sinergismo en el interior de una misma especie botánica, esto es: la acción combinada de varias sustancias químicas, las cuales producen un efecto total más grande que el efecto de cada sustancia química separadamente. De igual forma se llegó a pensar que ya no era necesaria la investigación química, farmacológica y clínica de la botánica, ni era necesario preocuparse por la situación de los recursos agronómicos de disponibilidad, sin embargo se llegó, se ha llegado –por así requerirlo la ciencia moderna− al extremo de preparar académicamente a médicos especialistas en medicina natural (Naturopatía o Medicina Naturista), que se podría definir en un simple aforismo hipocrático: “Que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento) y ahí entrarían, además de la medicina en general las corrientes siguientes conforme a los distintos conocimientos médicos:
“La Naturopatía: Un estilo de vida optimista al aire libre, una alimentación racional vegetariana, deportes y ejercicios diarios y un estado favorable (conocimiento fitoterapéutico y Trofoterapéutico).-
El Naturismo: Filosofía basada en la armonía del individuo consigo mismo y con su entorno. Abarca los niveles físico, mental, intelectual, moral y espiritual. Se debe vivir de acuerdo con las Leyes de la Naturaleza, sirviéndonos de sus elementos para preservar la salud. Entre sus principios básicos: que las Leyes Naturales no pueden ser transgredidas. No se puede curar a una persona sin eliminar la toxemia de su organismo, que es la verdadera causa de la enfermedad. El ser humano no es carnívoro ni omnívoro, sino vegetariano. Moderación con las comidas y que éstas sean lo más natural posible. De acuerdo con la teoría naturista si actuamos siguiendo estos principios podemos evitar hasta cierto grado el envejecimiento.
    El Vegetarianismo: Su palabra misma lo dice, como ejemplo: “por una caloría animal podemos comer hasta quince calorías vegetales”.
    Higienismo: La higiene en todo lo que hagamos, es primordial en nuestra vida para evitar enfermedades.
    En el pasado las plantas han sido un acompañante constante en la historia del ser humano como alimento, medicina, ornato y veneno. En efecto, desde muy antiguo es conocido que una misma especie vegetal puede tener cualquiera de estas características, dependiendo de su actividad benéfica o perjudicial y/o de la forma de usarla, así como de la dosis o cantidad en que es ingerida.
    A través de la observación constante, con el paso del tiempo se pudo obtener un mayor conocimiento sobre este tipo de cualidades y con ello mejorar la seguridad de su administración. Las plantas en estado natural fueron parte de la materia médica en todos los países hasta comienzos del siglo XX. Sin embargo, por esa época el constante desarrollo científico de la química permitió ir mejorando el conocimiento de sus principios activos, al punto que poco a poco se va diferenciando un uso médico docto o académico de otro uso médico popular de ellas, no siempre coincidentes.

EL PRESENTE DE LAS PLANTAS MEDICINALES –LA MENTA−
    Los médicos suelen decir, refiriéndose a las gripes, resfriados y otras enfermedades víricas más leves, que éstas tienen tres días de entrada y tres días de salida, que ellos recetan y el resto lo pone Dios − los no creyente cambian a Dios por la naturaleza−, al fin y al cabo quieren decir lo mismo. Antes en nuestras casas las abuelas y las madres hacían de Dios, de Nuestra Madre Naturaleza y de médico, dándonos los potingues que a su vez, habían aprendido de sus padres y abuelos para luchar contra las enfermedades, pues médicos, y, especialmente en los campos, había muy pocos o ninguno.
    La gente de los pueblos, conocedores de las plantas medicinales desde muy antiguo (cada vez menos) –los animales también conocen algunas-, recolectan ellos mismos en el campo las que necesitan o bien para otras personas allegadas, no obstante, existen en las grandes ciudades, tiendas especialidades donde poder comprarlas e incluso pedir información al respecto de sus propiedades, en consonancia para sus padecimientos. Pero siempre es aconsejable que le sea recetada por un titulado médico naturalista especializado.
    En la actualidad se intenta vender a un público cada día más exigente, a través de herbolarios y parafarmacias, donde se pueden comprar todas las especies de plantas medicinales que se conocen, bien la parte de la planta que es medicinal, flores, hojas, tallos y raíces  (triturada o no  según corresponda), e incluso preparados de cápsulas o pastillas.

    EL GÉNERO MENTHA
    Y, centrándonos en el género Mentha comprende cerca de 25 especies de Europa, Asia, Norteamérica y África (se omiten otros lugares aún no explorados totalmente, como las selvas amazónicas). Son frecuentes los híbridos inter-específicos y las variedades de mentas, silvestres y cultivadas, endémicas o ampliamente distribuidas.
    Son muchas las especies y variedades de mentas disponibles en el mercado y se diferencian por su morfología además de por su aroma. En las tiendas, supermercados y en hostelería normalmente nos las venden y sirven preparadas en bolsitas (al igual que el té y la manzanilla principalmente). 
    Tal como se ha relatado anteriormente, hablando de las “calderas”, y ahora exclusivamente de los aceites esenciales de las mentas, éstos se extraen por destilación en corriente de vapor y se utilizan en la industria de la alimentación, en la perfumería y en la farmacia. Podemos apreciar sus diferencias comparando las muestras de planta fresca. Por aquí las más utilizadas y comunes son la Mentha pulegium L y la Mentha x piperita L., a saber:

    MENTHA PULEGIUM L.

 (Wikipedia)
    Nombre científico: Mentha pulegium L.; nombre común: Poleo, Pennyroyal; origen: Especie Silvestre en Europa, Asia occidental y Norte de África. Secc. Pulegium.
    Características: Hojas pequeñas, pecioladas, pecíolo 2-3 milímetros, ovadas, verdosas por el envés. Longitud y anchura entre 1 a 2 centímetros. Envés más o menos densamente cubierto de tricomas pluricelulares delgados, patentes. En ocasiones glabro. Haz cubierto de tricomas delgados.
    Esta menta contiene pulegona como componente mayoritario (85-92 %) y otras cetonas como mentona (2-3 %), isomentona (2-3 %), piperitona (2-4 %). La pulegona da un aroma mentolado pero más intenso y pungente. La piperitenona cuando aparece proporciona un tono desagradable al aroma.

    MENTHA X PIPERITA L.   
 (Wikipedia)
    Nombre científico: Mentha x piperita L.; nombre común: Menta, Menta poleo, Peppermint; origen: es un híbrido estéril obtenido del cruce de la menta acuática “Mentha aquática” y de la hierbabuena “Mentha spicata”; originaria de la región mediterránea y Asia occidental. Aunque se ha podido producir en múltiples ocasiones y lugares como en Mitcham (Inglaterra).
    Características: Epidermis de las hojas con estomas diacíticos (transversos respecto a las células contiguas), glándulas multicelulares sésiles, tricomas glandulares con cabezuelas unicelulares, tricomas pluricelulares uniseriados, largos y verrucosos. Fragmentos de epidermis de los tallos con células alargadas; vasos con engrosamientos anulares y parénquima del xilema procedente de los tallos.
    Esta menta contiene mentol como componente mayoritario (50-60 %) que le proporciona el aroma característico de tipo mentolado. También contiene otros compuestos como el mentofurano, cineol, cariofileno. La presencia de jasmona (menos del 0,1 %) es importante en el aroma final de la menta.

CÓMO ERA EL ALAMBIQUE PARA DESTILAR EL POLEO.-

    El alambique o alquitara fue inventado por el sabio persa Al-Razi en las proximidades del siglo X  de nuestra era, para producir alcohol, medicinas y perfumes. Dichas palabras proceden del árabe: al-inbiq y al-gattarah (la que destila) y del griego ambix (copa).
    El alambique para destilar el poleo −el utilizado aquí en San Pablo− fueron aquellas “calderas de poleo”, metálicas – la constituían los siguientes artilugios: una caldera de unos dos metros de alto por uno y cuarto de diámetro aproximadamente (según datos aportados por las personas del pueblo que la conocieron). En el fondo se depositaban un par de placas metálicas de una cierta altura, cuya misión consistía en evitar el contacto de las matas o hierbas con el fondo de la caldera expuesta al fuego. Dichas placas  se cubrían de agua, no mucho más alto, que, a la vez que hervía y vaporizaba, arrastraba la esencia que se iba desprendiendo de las plantas. El agua vaporizada se reponía, de una forma controlada, a través de un tubo de rellenado por donde pasaba el agua. Otro tubo iba recogiendo los vapores que circulaban por estos que, al llegar a otra caldera llena de agua fría (sin calentar)− normalmente menor que la anterior− convertido ya en el tubo en un serpentín sumergido en dicha agua, que se va enfriando; el vapor que por él circula se convierte en líquido por el enfriamiento; dicho líquido resultante formado por algo de agua y algo de la esencia de la planta, salían directamente por el resto del tubo proveniente del serpentín y que desembocaba en el exterior de esta segunda caldera hacia una vasija (de donde se separaba la esencia del agua o no, dependiendo de la elección para lo que se quisiera tal esencia, más rica o menos).    
    Si se elegía que la esencia se separara fácilmente del agua, se le acoplaba un sistema de vasos (vasos florentinos) en el que la esencia quedaba siempre flotando por encima del agua. Extractada y resumidamente quedaría así: “Es una herramienta de destilación simple que está constituida por una caldera o retorta, donde se calienta la mezcla. Los vapores emitidos salen por la parte superior y se enfrían en un serpentín situado en un recipiente refrigerado por agua. El líquido resultante se recoge en el depósito final”.
    Partes que normalmente componen una Caldera o Alambique: 1.- Cuba o depósito donde se meterán las plantas, las sustancias y líquidos a destilar y que hay que calentar con fuego controlado. Tubos para relleno de agua a calentar. Serpentín en espiral dentro de una cuba. Capitel y tubo que conecta el capitel con el serpentín. Sistema de vasos florentinos para separar el agua proveniente del vapor de la esencia; o grifos por donde salen al exterior para recoger la mezcla resultante de convertir la evaporación en líquido.

PROPIEDADES
Menta poleo o Poleo (Mentha pulegium).

CONTRAINDICACIONES DEL POLEO
    La planta seca o tierna puede ser tóxica al tomarla y se superan las dosis permitidas. Es una planta medicinal, de acuerdo, pero hay que seguir unas reglas de consumo. El uso habitual puede producir hipoglucemia, (nivel de glucosa en la sangre inferior al normal) así que no hay que mezclarla con otras hierbas, medicinas o productos que posean los mismos efectos. Igualmente puede disminuir los niveles de hierro en la sangre, ya que impide su absorción. Hay que tener en cuenta que el uso combinado con otros medicamentos o plantas, puede también potenciar el efecto de los mismos, por ello es aconsejable consultar con el médico o el farmacéutico. Y, muy importante, no se recomienda su uso durante el embarazo.
    Aunque no está contraindicado en caso de úlcera gastroduodenal, se debe usar con prudencia y fuera de las épocas de crisis.

  USO ANIMAL EXTERNO Y EN EL HOGAR 

    Utilizando las hojas secas y muy bien trituradas y espolvoreándolas sobre la piel del animal, procurando que penetre entre los pelos, y a la vez, echando también en el lugar de descanso del mismo; o bien, lavando al animal con una infusión bien concentrada de la planta mata los parásitos, es uno de los remedios más efectivos que existen contra las garrapatas de los animales domésticos.
    Ahuyenta también a las hormigas, así que no solo sirve para la caseta del animal, igualmente se pueden espantar de los hogares. Colocado en saquitos entre la ropa, ahuyenta las polillas.
    Expresamente aquí en nuestro pueblo, durante todo el mes de junio, tenemos a esos molestos y picosos pequeñines llamados mosquitos que se meten en los ojos, en los oídos y por narices…, por las narices, y que nos hacen imposible el desenvolvernos normalmente por las calles; los jodidos no se marchan hasta pasado San Pedro, así que todo un mes aguantándolos. Desde siempre se han combatido con ramitas de poleo colgadas de las orejas, del pelo o sujetas por las prendas de cabeza. Aún se utilizan estos métodos entre los más mayores.  Hoy se suelen utilizar cremas o espráis, cuando lo más fácil es hacer una infusión bien cargada de poleo e impregnarse con ella la cara, cuello y brazos: los verás revoleteando frente a tus ojos, pero no se acercan ni se atreven a tocarte.

    UTILIZACIÓN A MODO INTERNO –TISANAS-   
    Partes que se utilizan de la planta: La planta entera.
    Propiedades e indicaciones.-
    Digestivo y tónico estomacal: Facilita los procesos digestivos, aumentando la secreción de jugos (gástrico, intestinal y pancreático), estimulando la motilidad del estómago y del intestino delgado.
    Es carminativo (elimina el exceso de gases), y combate las fermentaciones intestinales, calmando los dolores de cabeza de origen digestivo.
    Aumenta también la secreción de bilis (efecto colagogo). Así que su uso está indicado siempre que se trate de facilitar los procesos digestivos; en la hipoclorhidria (falta de jugos en el estómago); en las digestiones pesadas; en casos de meteorismo (exceso de gases) y de trastornos de la vesícula biliar (disquinesis biliares, vesícula perezosa).
    Expectorante y antitusígeno: De utilidad en los catarros y en la tos ferina.
    Emenagogo y antiespasmódico: Facilita la menstruación y calma los dolores que la pueden acompañar.
    Vermífugo: Para expulsar los parásitos intestinales se toma una taza bien cargada en ayunas durante cinco días seguidos.
    Antiséptico: Muy útil para enjuagues bucales en caso de mal aliento o piorrea, y para lavar heridas de la piel.
    Sus propiedades sedantes hacen que el menta poleo sea una infusión excelente para relajar el cuerpo, combatir síntomas de nerviosismo y problemas para dormir.
     Uso: En infusión. Una vez el agua apartada del fuego, y pasado el hervor, se añaden 10/20 g de poleo por litro de agua, y se deja infundir durante unos minutos. Se puede endulzar con miel y aunamos propiedades.
    Como tónico digestivo, se toma una taza después de cada comida. En casos de afecciones bronquiales o de trastornos de la menstruación, se ingiere una taza caliente cada 2 horas.
    Externamente se usa en enjuagues bucales y lavados con una infusión más concentrada (30 g por litro) que para uso interno.

REFERENCIAS:
─ Personales, por conocimientos provenientes de familiares: Abuelos: Pedro Romero Quirós, Isabel Romero Ahumada y María González Navarro, que utilizaban para todo más remedios naturales que medicinas, ya que en sus tiempos las medicinas escaseaban, eran gente de campo y utilizaban más los remedios naturales heredados de sus antecesores, como la mayoría de los camperos y sampableños de entonces. A su vez me hablaron mucho de “las calderas del poleo” en la estación. Acarreadores también.
─ A mi padre Francisco Moreno González, como uno de los necesitados que acarrearon poleo a esas calderas.
─ A Juan Bautista, vecino y amigo, al que acudí para pedirle información al respecto, ya que lo vivió personalmente siendo un niño, informándome sobre las calderas y el poleo con los datos que recordaba.
─ Y a ese “maquis” del que hablé, que nos visitaba con sus amigos: el “requetés y falangista” apodado “El Recortao” natural de Castellar de la Fra., y mi tío político “Catorás”, los cuales, también tienen sus historias de supervivencia, vida y muerte.
─ Guía de hierbas medicinales de la Antigüedad –Maggs. G. London 1.927. A Modern Herbal –M. Grieve. London. Webster’s Third Ingternacional Dictionary. Encyclopaedia Británica-Chicago-1.990 ed..-
─ Wilkipedia y R.A.E.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Infusiones


De la civil me retiré
estaba harto de servicios
las pasé muy canutas
con los agentes novicios.

La cacería me distrae
observando algunos bichos.
¡Cómo pinchan los jérguenes
cuando no los hemos visto!

Mis vecinos me acompañan
cuando no tienen conflictos,
no le dan ni a un cerro
disparando si perjuicio.

Veredas y caminos patrullé,
encontré furtivos indecisos,
procedía a denunciar
porque era mi delirio.

Algunos me preguntaban
por qué hacía tal litigio.
Había que recaudar
para quien nos sacan de quicio

A Gaucín me destinaron
¡vaya clima más propicio!
Lo tenía que soportar,
era el pan de mis hijos

En elecciones guardias hice
salvaguardando los comicios,
todo por mi pueblo
¡qué bello y qué bonito!

Nunca fumo ni bebo
por si acaso un precipicio,
soy un hombre tranquilo
al menos a mi juicio.

Ahora cuando cuelgo el rifle
a componer me dedico,
adoro mi pasión
párrafos de mi alivio.

Cuando escribo me libero
de una gran preocupación,
todo son alegrías
y suspiros por amor.


sedar

Paquito dijo...

A veces los poemas se convierten en trozos de vida con vida propia

Anónimo dijo...

Antonio, el niño del Corchado

Recuerdos de mi niñez.

En aquellos años también
había alambiques nómadas
o portátiles como decían
Que a las riberas del río
llevaban en primavera,
cerca de la fábrica de la luz
por un tiempo lo instalaban,
recolectaban el poleo
que luego lo destilaban
Con Rafalín y algún otro
le cogíamos el poleo silvestre
que en poblado se criaba
dentro de sus alambradas
allí, no lo podían segar.
¡Cuántas horas yo pase
mirando el viejo alambique
viendo las gotas caer!

13.02.16.

Antonio. -El niño del Corchado. -