Querido Papá:
Te escribo esta carta para que me ayudes a resolver estas incógnitas que durante la noche no me dejan dormir, no me dejan vivir.
En primer lugar explícame, porque estas empecinado en dar tintes al color de la piel, que tanto tú como yo, hemos abrazado, olido, tocado y nos ha reconfortado.
Dime porqué agredes al emblema de donante de vida y felicidad.
Dime porqué tu presencia en nuestra morada, se torna en silencio. Un silencio que tú solo eres capaz de romper, cual gladiador lleno de ira, buscando la sangre que saciará su locura.
Dime porqué su sonrisa es un delito. Porqué has sido el opresor de los músculos de su rostro, que hoy por hoy, están latentes de tristeza.
Dime porqué has compuesto una sinfonía estridente que eternamente tendré inmortalizada en mi cerebro y en mi retina.
Dime porqué al final, en vez de acabar en ovación y elogios, termina siempre de la misma forma; con el sometimiento, la vergüenza, la incomprensión y el fatídico llanto.
Dime porqué crees que eres un Dios y todos los demás tus discípulos.
Dime papá, porque humedezco mi almohada noche tras noche, recordando estos capítulos diarios e imborrables de mi corta vida.
Dime papá, porque ella no tiene derecho a ver el sol. Sigue en la penumbra agonizante, que tú, lo has proporcionado.
No me contestes. Yo lo haré por ti.
Hiciste un trueque entre amor y odio, y evidentemente, vas a perder. Ese juego al que tú has puesto tus propias reglas. ¡No te das cuenta, que acabarás perdiendo!.
Perderás a tu mujer, perderás a tu hijo, a tus padres, a tus amistades, perderás el amor que un día de derrochamos...
No te olvides que creceré, que llegaré a ser hombre, y cuando este ocurra, tendrás que medir tus fuerzas conmigo, con una salvedad, yo lucharé por la causa que me dio la vida, la que me lo dio todo.
Los del género masculino tenemos que tener en cuenta que estamos en deuda permanente con la mujer, porque a diferencia de nosotros, ellas dan vida. Y tu sin ellas, no eres nada, absolutamente nada.
Una vez escuchaste una frase que decía: “...hasta que la muerte os separe”. El motivo no intentes provocarlo tú. No interactúes con tu odio hacia mi sensibilidad.
Te pido por mí y sobre todo por ella, que no levantes jamás tu mano dictatorial, porque hay una gran diferencia entre “levantar” la mano y “tender” la mano, pero para esto saberlo hay que ser muy hombre, o como a ti te gusta decir, muy macho.
Pon rodilla en tierra, al igual que caballero de edad media que se somete por una causa, un objetivo que cumplir. La sociedad y tu familia tornará la gran daga acerada y serán testigos y jueces de tus nuevos y ansiados propósitos.
De ti depende, encontrar el tesoro que olvidaste e infravaloraste, o seguir navegando en los mares de la locura, el odio y la soledad.
Sin nada más, esperando tus correctivas acciones, se despide tu hijo. Perdón. Tanto has perdido y vas a perder, que hasta tu hijo, el que te escribe estas letras, impulsado por la desesperación, no es que lo hayas perdido, es que nunca lo has tenido...
Para ser padre y marido hay que demostrarlo, corroborarlo día a día, y los buenos, son capaces de hacerlo hasta con su propia vida...
Fdo. Salvador Delgado Moya.
1 comentario:
.
Me decía una asturiana
que sin padre se crio,
ya que su progenitor, se fue
dicen que con otra mujer
al poco de ella nacer.
Y que, al cabo de los años
volvió a casa pidiendo
otra oportunidad.
Ella, que ya era mujer
se negó a que su madre
en su casa lo acogiera.
Entonces le dijo el señor:
-No olvide que yo soy tu padre,
Y ella le contestó:
-Para padre bien vale un gocho (cerdo)
de los que en la cochinera tengo
y sería y lo haría,
muchísimo mejor que tú. -
Cuántas preguntas hace el niño
al que colaboró un buen día
poniendo unos gramos de esperma
para que él, viniera a la vida.
Y a cada pregunta el hijo da,
una certera respuesta.
Siempre dije que unos padres
invierten en criar a una hija,
muchos, muchísimos años
de trabajos, desvelos y sacrificios
hasta verla hecha mujer,
para que luego llegue un mal nacido,
un animal, un energúmeno
y le dé malos tratos
psíquicos y/o físicos.
Alguien debería cambiar
en el Código Civil
las penas que hay que aplicar
y esa pena la deberían proponer,
las mujeres afectadas
y las madres y padres de estas.
.
20.04.16
.
Antonio. -El niño del Corchado-
Publicar un comentario