viernes, 12 de septiembre de 2014

"Luces en mi oscuridad", por Salvador Delgado Moya

Que es esto? Estoy en una gran habitación llena de sillones y de compañeros y compañeras de faena. Pitidos interminables, agujas por doquier, folinatos, primperan, y un sin fin de venenos que contrarrestan el que yo tengo adjudicado, sin reservas ni avisos.

Postrado en ese maldito sillón, viendo pasar las horas, introduciendo dentro de mis entrañas la prórroga de mi vida, acentuando sobre mi ser los daños colaterales que un día comencé a batallar. Resignación es mi tratamiento. El tiempo esta por asignar. Me aferro a viñetas de vírgenes curativas, que aunque ateo, calman mi ansiedad y mentalmente desembocan en sosiego.

Pero basta de penas, dejemos que el destino ejecute su misión... Me atrevo a coger pluma y papel para refrendar una cosa, una experiencia que desde que soy visitador de estas paredes me veo obligado a transmitir, y no es otra que seis luces que brillan en mis penumbras. Seis luces que aún sin ellas saberlo están regenerando mis endorfinas. Sois conscientes de lo que hacéis? Veis la realidad de lo suponéis para todos nosotros?. No, seguro que no. Permitirme qué os lo relate...

En esta etapa, mi mente no esta precisamente predispuesta para la alegría, pero lo curioso es que vosotras lo estáis consiguiendo de la manera más fácil y humilde. El solo hecho de recibirme con una sonrisa; ese guiño; esa caricia que os sale del alma, reconfortante, liviana, erizando mi piel; esa mirada comprometida y cómplice de unos deseos anhelados, esas bromas; provocando la movilidad de mi rostro; esas palabras, esbozadas con la ternura con lo que lo haría una madre hacia su bebé... Y esa humanidad, impagable, innata e inaudita. Con vosotras, media enfermedad está vencida. Seguro.

No sólo estas pinchando mis venas, has clavado tu vocacion en mi alma, porque a pesar de saber que mi camino puede ser largo y tortuoso, por suerte, he encontrado personas como vosotras que sesión tras sesión, día tras día, y hora tras hora, hacéis que esto sea menos doloroso, mas llevadero y alentador para conseguir un final que parece no llegar nunca. Seguro que muchas seréis madres.

Pues con vuestro permiso me dirijo a vuestros infantes, para comunicarles que son tremendamente dichosos, que nadaran en la abundancia de los valores, que poseen uno de los tesoros más maravillosos y ausentes en esta puta vida, enriqueciendo a todos los que se cruzan en sus caminos, argumentado por: la complicidad, la humanidad, la tolerancia, la dedicación, el compromiso, el objetivo, la responsabilidad, el cariño y el afán por emanar felicidad, hacen que ellas mismas y con luz propia, iluminen una parte de mi vida.

No os merecéis los recortes que se os han aplicado, aunque sí por el contrario os tuviéramos que remunerar vuestro trabajo, aptitud y vuestra forma de ser, creedme, sería impagable. Sólo me queda despedirme, positivando vuestros merecidos elogios e invitando y dar a conocer que este grupo que parece irreal, existe, gracias a Dios, en la Unidad de Oncología del Hospital de Día en el Punta de Europa de Algeciras. Gracias, gracias y gracias y lo seguiré diciendo y pregonando hasta el final de mis días.

Salvador Delgado Moya. Algeciras-Junio-2014.
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Foto de www.beevoz.es

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Magnífico.
Un relato escrito con el corazón.
Enhorabuena y que todo siga bien.

Anónimo dijo...

Gracias Salvador por la emocion de tu relato, eres un poeta.
A pesar de Rajoy y sus recortes. A pesar de la Junta y sus recortes.
En sanidad estamos colapsados, sino la noticia que recibí el otro día del SATSE.
http://andalucia.satse.es/comunicacion/noticias/andalucia-es-la-comunidad-que-posee-peor-ratio-de-camas-y-de-profesionales-de-enfermeria-por-habitante
Tenemos la peor ratio cama profesionales de enfermeria.
Y todos los profesionales de Algeciras y La Linea para hacerles un monumento, magnificos.
El Campo de Gibraltar esta olvidado por todos, son destinos poco golosos que nadie quiere, te lo puedo asegurar, pero sé que hay grandisimos profesionales.
Buenísimo tu escrito enhorabuena,

Anónimo dijo...

Como siempre, espléndido. Enhorabuena.

Andrés Beffa

Anónimo dijo...

Todo sensibilidad y extraordinaria calidad literaria.
Enhorabuena Salvador.
Manuel Mata

Anónimo dijo...

Ejército de batas blancas,
en cada cabeza una cofia,
yo que he recorrido mucho
las he visto de muchas formas
Desde unas tan pequeñitas
como latas de sardinas
blancas con banda azulada,
a otras grandes como una pañoleta
que cubría todo el pelo
amarradas a la nuca.
Y he visto en muchos hospitales
a las monjas de San Vicente
que portaban grades, blancas
y aladas cornetas,
pero todas, todas eran ángeles.
Que en las horas de postración
con un gesto, una palabra
o una pequeña caricia,
por muy mal que uno estuviera
siempre, siempre
le sacaban una sonrisa.
Un ejército de batas blancas,
un ejército de ángeles
aunque ángeles sin alas,
que cuando ingresados estamos
van y vienes con jeringas,
apósitos e instrumental,
máscaras de oxígeno, sondas
y sobre todo dulzura y amabilidad.
¡Qué dura sería la estancia
en la cama de un hospital
si no fuese por ese ejército
que viste con batas blancas!
.
20.04.16 23:24 p.m. 26.04.16 1:05 p-m. 27.04.16 10:10 a.m. y 29.04.16 9:00 A.m.

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Antonio. -El niño del Corchado-