miércoles, 9 de julio de 2014

"No sé", por Adelaida Bordés." Premio Lucerna" en la Clausura del Curso del Club de Letras de la UCA celebrado en San Pablo

Adelaida Bordés autora de "FIDEOS CON CABALLA" recibe el "Premio Lucerna".
Por buceite.com
El pasado 13 de junio se celebró la Clausura del Curso del Club de Letras de la Universidad de Cádiz, dirigido por José Antonio Hernández Guerrero, en la Iglesia de San Pablo Apóstol en San Pablo de Buceite.
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-VER crónica, fotos, presentación fotográfica y vídeo: "LA FIESTA DE LA PALABRA" en la iglesia de San Pablo de Buceite
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En el acto se celebró un concurso entre los miembros del club que paraticiparon, y Adalaida Bordés obtuvo el Primer "Premio Lucerna" por su escrito literario "No sé", recibiendo de la Junta Municipal de Distrido de San Pablo una reproducción del símbolo de nuestro pueblo.
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LA AUTORA: ADELAIDA BORDÉS BENÍTEZ
Adelaida Bordés con la Lucerna de Buceite
Escritora de San Fernando (Cádiz), en 2.010 publicó su primera novela "La última lágrima", y recientemente ha publicado su último trabajo "Fideos con caballas".
Es escritora y articulista, es secretaria general de la Real Academia de San Romualdo de Ciencias, Letras y Artes de San Fernando. Ha conseguido varios premios de narrativa; colabora en revistas literarias; y es ateneísta y miembro del Club de Letras del Vicerrectorado de la Extensión Universitaria de Cádiz. 

"NO SÉ"
Cierra los ojos. Los párpados han caído pesadamente como el telón de un escenario. No es consciente de la repentina oscuridad porque hace tiempo que la luz ha huido de su lado, que ha dejado de iluminar sus días. La inseguridad de sus piernas permite que el miedo las haga temblar a destiempo, un constante taconeo que atenúan las suelas de goma de las zapatillas. La calle, los paseos, los encuentros, los saludos y las charlas son ahora un recuerdo lastimoso que ella rechaza como un niño caprichoso, que no sabe cómo espantar para que el llanto no la ahogue.

    Con los ojos cerrados imagina si volviera a verlo, si pudiera subir los escalones para darle esos caramelos de goma que tanto le gustan. Si sus piernas quisieran la llevarían a la puerta de su colegio. Él, al verla, probablemente se escondería detrás de su madre, pero al volver la esquina  se atrevería a acercarle la cabeza para que ella le dejara enredado entre el pelo su beso de abuela, el más sincero que jamás le hayan dado y así llevarse un poco del olor de la infancia que muy pronto desaparecerá con el picor y la rojez de los granos. En unos años le crecerá la barba y le cambiará la voz. La abuela piensa si estará viva para entonces, si su nieto habrá mejorado para entonces, si habrá madurado como le aseguraron cuando comenzó el calvario de la terapia.

    Por la cara le resbala una lágrima. A diferencia de su nieto, ella sí sabe la causa de su llanto silencioso, sufriente. No sé, responde, como él  cuando le preguntan. Es la única manera de sentirlo cerca.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡qué bonito escrito!, emocionante.

Anónimo dijo...

Gracias Bernardo por mostrarnos estas obras de arte entre tanta politiquería mediocre.