UNIVERSUS
CRISTO DE LAS PALOMAS
Es tu voz el reflejo que me cobija.
Mi oración es huerto fértil,
en el que anidan noches de calima
que acompañan el rumor de madrugadas,
cuando desde la tiniebla se avecina el alba.
Navego tras tu estela, para hallar
en la espesura cielos abiertos.
Dios de los astros.
Eterno Señor del Universo
habitas junto a la encina
y en la tersura de las olas,
en el corazón del mirlo y en la caída
de una hoja.
Mientras se serena la tarde,
la luz declina en el horizonte,
batiéndose entre las sombras
en la inaccesible cumbre.
No hubo vuelo que tornase impasible
tras contemplar el latido
que nace en la cima;
donde los tiempos se funden
en lenguaje remoto,
que sólo traduce el viento.
Dónde reposa el alma
Dónde reposa el alma
cuando la muerte cubre
el nido de la vida.
Qué sola se percibe la quietud de la ausencia,
entre las puertas habita un eco vacío
y el susurro de un vuelo sin alas
se te hunde en el pecho.
Los recuerdos se marchitan ajados
en hoguera de fuego ausente
donde todo es trasmutado.
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