viernes, 21 de junio de 2013

Cosas del Pipeta: "Aquellos años, aquel equipo"

Club Deportivo San Pablo, feria de 1967.
AQUELLOS AÑOS, AQUEL EQUIPO
    Con unas sencillas líneas en estas páginas del programa, dedicado a nuestro pueblo, con motivo de su tan esperada y querida feria, quiero rendir un homenaje al deporte en San pablo, y especialmente a esos ciudadanos, jóvenes y mas mayores, que de una u otra forma, siempre lo han hecho posible, con su ayuda, con su aliento y espíritu deportivo. Que si bien, siempre se ha revelado de una forma humilde y discreta, ha dejado recuerdos inolvidables, que como si de leyenda se tratara ha ido pasando de abuelos a padres y de padres a hijos, enarbolando con ello el afán deportivo de la gente joven. Demostrándose que en San Pablo, su gente gusta del deporte en general.
    Por otro lado, ha quedado patente y se sigue apreciando, que los niños de nuestro pueblo nacen con una gran facilidad para mover un balón, sea de fútbol o de futbito, ya que, guiados por la afición y voluntad, sin grandes maestros que les enseñen, han sido capaces de enfrentarse deportivamente a otros pueblos y ganar en numerosas ocasiones. Prueba de ello, los muchos trofeos conseguidos y añoradamente desperdigados por varias casas de la vecindad, o empolvadamente expuestas en algunos bares de la localidad, habiendo sido en su momento, regocijo y satisfacción de ganadores y comunidad.
    Este es uno de los motivos de la presente, el recuerdo y gratitud a algunas personas del pueblo y …. al pueblo entero de aquellos días. La confianza que en nosotros depositaron, el cariño que nos mostraban y todo lo que nos enseñaron.
    Aquel párroco de sotana, alto, rubio, joven y amable, que en el “Llano de la Iglesia” se escondía el balón entre los hábitos negros y nosotros, alborotadamente, se los manchábamos a patadas. O aquel maestro, D. Miguel Blanco, futbolista o aficionado empedernido, que estrellaba pelotas y balones en el transformador del antiguo colegio, poniéndome a  Juanito Muñoz Pérez o a mí  de portero.  Dándole miles de pases al resto de los alumnos del referido centro que correteaban a su alrededor. Estos y otros, nos metieron,  en cuerpo y mente, el gusanillo del fútbol y poco a poco fuimos formando un equipo (Club Deportivo San Pablo). Fuimos creciendo y aprendiendo; el pueblo se convirtió en una gran hinchada, mientras nosotros en un modestito equipo.
    Hinchada muy sufrida, pues la mayoría de las veces, para presenciar un partido, había que andar cuatro o cinco kilómetros, a veces más, hasta llegar al campo eventual que se improvisaba días antes, previamente “rapado” el terreno por los mismos jugadores y los colaboradores de siempre. La verdad, era todo un espectáculo ver, no solo el partido, sino las hileras de personas que: andando, en bicicleta, en ciclomotores, tractores, camiones y en algún que otro asno se trasladaban a tan largas distancias para asistir al encuentro de ese día. Algunas veces hacíamos el campo en un lugar llamado La finca de Escalante” (por encima de la “Charca del 28” y por debajo del cortijo de La Lapa, pasando desde la estación de ferrocarril al otro lado de la vía y llegar hasta el arroyo de dicha “Charca del 28“, subiendo por su margen derecho hasta un llano allí existente); también, otras veces, donde está el andén de Las Mesas, en la vega de la misma finca, y en el Soto del Arroyo Los Fresnos -junto al río- y hasta en el cortijo de Los Pérez -terrenos de Isidoro Casas-, y en lo de Morringa accediendo desde Barranca Bermeja y, finalmente, cuando fuimos siendo relevados por los que nos tenían que preceder (al ir marchándonos por motivos de estudios, servicio                                                
militar, profesión o simplemente a buscarnos la vida en otros sitios) los  últimos campos eventuales de fútbol que recuerdo fueron en el puente del río -al lado de la Venta de Las Acacias- y junto al puente de la garganta por el Camino de la Estación.
    Los mas pequeños o preguntareis ¿Y quiénes eran los que componían el equipo?, pues bien, para ellos, los pequeños y como recordatorio para los demás, temiendo dejar en olvido a algunos que no tendrían que ser olvidados por ser componente del equipo, directiva o colaborador (a los que pido excusas en esta línea) si es que llega a ocurrir, pues el tiempo no pasa en vano y esta pobre mente  se está haciendo vieja, no estando en el ánimo del que relata, haberlo hecho con intención; por tanto ahora, por adelantado, le pido mil perdones, pues entiendo lo mal que, a cualquier olvidado le puede sentar, y una vez dicho esto pasaré a contar algo de cada uno de los que componían el equipo y directiva, haciendo alusión a algún que otro aficionado o seguidor, sin extenderme demasiado.
    Presidente: D. Antonio Ojeda Moreno (Q.E.P.D.) como siempre un guía y colaborador desinteresado en todo lo que concierne al pueblo y su gente.
    Entrenador, coordinador y organizador: D. Francisco Vargas Lirios (Q.E.P.D.), muy sentido y añorado por todos, fallecido en fatal accidente de circulación una fría mañana del día 17 del mes de abril de 1973, con cuya desgracia acabó nuestros sueños, pues al faltarnos su ilusión, su aliento, su empuje y dirección por un lado y tener que organizar nuestro futuro por otro, fue mermando nuestra capacidad para continuar, no siendo capaces de terminar lo que él había comenzado. Dejamos de luchar por el tan perseguido campo de fútbol, por un equipo federado y… por tantas otras cosas. El servicio militar de algunos, la marcha del pueblo de otros y en definitiva, el hacernos mayores, terminó con el eslogan de unir todos las manos y gritar “!Uno para todos y todos para uno”¡ cosa que hacíamos al comenzar cada partido.
    ¡Nadie sabe lo que sentí aquella mañana!, cuando todos los que estábamos trabajando en “los tubos de poliéster” (Cristóbal “El Benojano”, Fernando “El Ratón”, Antonio “El Sevillano”, Paco “El de la Posá”, Luis Bolaino, Paco Roja, yo Cristóbal “El Pipeta” y algún que otro al que no alcanzo a recordar) al ser avisados alrededor de las 08,00 horas, de que en la curva de “Las Bombas“, había volcado la máquina escavadora de Vargas y Paco estaba atrapado bajo ella; salimos corriendo y al llegar allí, yo me precipité con el ímpetu de la juventud debajo de la máquina, observando que ya era para nada, así como que sin ayuda de otra maquinaria no sería posible sacarle de allí. Llegó su hermano Juan, el pobre como loco, y arañando la gravilla del duro suelo de la cuneta todo su afán era sacarle, lo que no pudo ser hasta que llegó un tractor. Después lo rutinario de lo policial y judicial y por último el frenesí de un pueblo: dolor, llanto y desesperación no solo familiar sino vecinal; una comitiva como nunca fue vista le acompañó en su último viaje terrenal ¡Andando y a hombros le trasladamos hasta la sepultura!
    Recuerdo de él los entrenamientos en la estación o en algún otro lugar. La primera vez que nos sacó a correr a través de las calles del pueblo hasta la susodicha estación del tren y de allí a La Cortapisa. La  gente extrañada y semi-asustada por el tropel que llevábamos, se asomaban sigilosamente a las puertas y ventanas. Al final se acostumbraron e inclusive nos esperaban para vernos pasar.
    Nunca nos cansaremos de elogiarle, siempre estará vivo en nuestros recuerdos, en el recuerdo de su equipo C.D. San Pablo; en todos y cada uno de sus jugadores y su junta directiva; Dios lo tenga en su Santa Gloria, donde, seguramente seguirá siendo el insigne luchador, entrenador y guía de algún equipo celestial. En la Tierra, en su San Pablo, en Jimena y hasta en Cádiz, donde hizo falta allí estuvo, insistiendo sin cansancio, sobreponiéndose a los fracasos, con caballerosidad, sabiduría y humildad -rasgos característicos de él-, pidió, solicitó, rogando a Autoridades y personas influyentes la construcción de un campo de fútbol para sus jóvenes y amigos: su equipo. Estuvo a punto de conseguirlo, yo diría que casi lo consiguió, pero tarde y murió con él, después que él, porque faltaba él, sin quererlo nos abandonó para irse a entrenar a otro equipo, pero esta vez con Dios como árbitro, en los llanos del cielo.
    No podemos, pero tampoco debemos olvidarle; no ya solo por el equipo, sino por su personalidad y su entrega desinteresada.
    Esto se escribió en el programa de feria del año 1.992, hace 21 años, y hoy, al cumplirse esos años, para que conozcan algo de su vida  los nacidos con posterioridad, y para que su recuerdo perviva durante el máximo de tiempo posible me permito refrescar la memoria, escribiendo lo mismo que en su día, con algunos matices.
    Aquí queda reflejada algo de la vida de dos personajes ilustre de nuestra historia buceiteña, así como de testigos vecinales cuyos nombres, apodados o no, tampoco quiero  que se olviden.
    A esto de hoy, si me lo permite la página, en otros días, seguirá el resto de lo escrito en aquél programa, posiblemente con las modificaciones recientes (fallecimientos u otras causas susceptible de actualización), donde aparecen los nombres de muchas personas del pueblo, no solamente del equipo.
    El siguiente día lo iniciaremos con el que fue nuestro vicepresidente y peluquero D. JOSÉ MATEO SÁNCHEZ “Mateo El Barbero, cuyo cuarto aniversario de su muerte será el 29 de agosto, que si Dios quiere y como se merece, lo recordaremos con alguna cosa más.
    Esto -si me dejan (Dios y Bernardo)-, irá alternando con otras historias viejas y vivencias recientes.
    Por tanto, hasta la próxima.
------------------------
 RECOPILATORIO DEL LIBRO DE FERIA DEL AÑO 1.992 -MODIFICADO-

Cristóbal Moreno Romero “El Pipeta” 21 de junio de 2013

4 comentarios:

CURRO JARILLO dijo...

¡FANTASTICO ARTICULO,CRISTOBAL!
A MI Y,ASI LO CREO, A MAS DE UNO HABRÁ EMOCIONADO EL RECUERDO DE AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS.

Y, COMO DECÍA EN EL ESTRIBILLO DE AQUELLA CHIRIGOTA DEL GUATEQUE:
¡ CUALQUIER TIEMPO PASADO FUE MEJOR....!.
UN SALUDO . CURRITO JARILLO

Anónimo dijo...

ESTUPENDO, CRISTOBAL.MUY EMOTIVO.RECUERDO PERFECTAMENTE EL DIA DEL ENTIERRO DE FRANCISCO. EN JIMENA ESTABAMOS TODOS PENDIENTES DE LA CARRETERA, POR DONDE SE VEIA LA COMITIVA.NO RECUERDO NINGUNA OTRA VEZ, EN QUE TODO EL PUEBLO SE QUEDÓ EN LA CALLE AL PASO DEL FERETRO. POR MI CALLE PASABAN TODOS LOS ENTIERROS (AUN SIGUEN PASANDO)PERO NUNCA NINGUNO, CONMOVIÓ COMO EL SUYO.
EN AQUEL MISMO MÉS,PASÉ A FORMAR PARTE DE SAN PABLO AL CONOCER AL QUE HOY ES MI MARIDO.NO SOLO ME ENAMORÉ DE ÉL, TAMBIEN DE SU PUEBLO

Anónimo dijo...

creo que fue el mismo día que murió nino bravo

PEPE RIQUELME dijo...

Gracias,Cristobal, por hacernos recordar a los buenos amigos que nos dejaron .Es bueno,de vez en cuando,recordar tiempos pasado y contárselo a los jóvenes y tu lo haces de maravilla. esperamos que sigas adelante.

PEPE RIQUELME