lunes, 19 de marzo de 2012

Revueltos , pero nunca juntos

Leído en el diario Europa Sur. Por su interés reproducimos esta noticia.
Los municipios gallegos de Cesuras y Oza dos Ríos prevén unirse para ahorrar en la prestación de servicios, una situación opuesta a las aspiracion opuesta a las aspiracionjes de autogobierno en la comarca.
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San Pablo de Buceite y San Martín del Tesorillo aspiran a subir un escalafón más en sus aspiraciones
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A. R.
Primero fueron las empresas, luego la banca y, ahora, los municipios. La fusión como solución a los dolores de cabeza de la crisis llega al ámbito del municipalismo para romper un tabú y abrir un melón que hasta ahora había permanecido tan intocable como imperecedero desde la restauración de la democracia en España.
Cesuras y Oza dos Ríos, dos pequeñas localidades de La Coruña que juntas suman apenas cinco mil habitantes, anunciaron hace menos de una semana su intención de fusionarse de forma voluntaria para mejorar la prestación de servicios públicos. Una decisión que ya ha tenido repercusión en todo el país con alcaldes favorables, como el de Valladolid, y voces en contra como el presidente de la Diputación de Orense que prefiere las uniones de facto para evitar una pérdida de identidad local. También ha habido réplicas en esta semana de vértigo que puede suponer el principio para un nuevo mapa nacional: Santiago de Compostela y Boqueixón por un lado y Ames y Teo, todos en Galicia, no descartan igualmente sumarse a esta hornada de futuribles municipios fusionados consensuadamente. 
Pero, ¿es posible que un caso como éste se de en la comarca? Más bien justo al contrario. El Campo de Gibraltar ha sido históricamente un territorio abonado para el municipalismo e incluso para las escisiones. La propia comarca, sin ir más lejos, abanderó durante buena parte de la década de los años noventa un movimiento para separarse de Cádiz y formar así la novena provincia andaluza. No prosperó. 
La propia distribución geográfica condiciona en gran medida estas posibilidades, según compara el presidente de la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar, Diego González (PP), quien se erige como favorable a mantener el sistema supramunicipal como vía para aplicar la economía de escala en la prestación de servicios públicos. "Obviamente, Galicia y Andalucía son territorios diferentes. Uno marcado por las parroquias y concellos, surgido del minifundismo frente a otro modelo latifundista. En Galicia hay municipios que comienzan justo donde se acaba la última casa del otro. Aglutinar como proponen esos municipios es algo muy factible y plausible pero improbable en Andalucía por la dispersión", defiende De la Torre. 
Efectivamente, un 15,9% de la población campogibraltareña vive fuera de los límites del casco urbano matriz de los siete municipios. Parece una cifra baja pero que se eleva por encima del 60% en términos municipales como los de San Roque y Jimena de la Frontera. Unir, cuando se está desunido geográficamente y poblacionalmente hablando, es poco menos que utópico. De hecho, en cuanto a las entidades municipales de la comarca, el mapa es francamente diferente al registrado hace apenas quince años ya que en la zona rigen diversas figuras de descentralización justo al contrario de lo que se propone en Galicia. Y todo ello sin obviar la identidad municipal. 
En la comarca conviven los siete municipios con un submapa plagado de otras formas de gestión del territorio que van desde experiencias de autogobierno que cristalizan en Entidades Locales Autónomas (ELA) como San Martín del Tesorillo (Jimena) o Facinas (Tarifa).
Y modelos de descentralización mixta mediante Juntas Municipales de Distrito: San Pablo de Buceite en Jimena o Palmones, en Los Barrios, con un limitado número de competencias respecto a la ELA pero suficiente para acercar servicios al ciudadano. 
Y las que están por venir. Tesorillo y San Pablo de Buceite aspiran a subir un escalafón más en sus aspiraciones de autogobierno y separación de la matriz. Tesorillo ya tiene en marcha un expediente de segregación desde hace más de un año y que la Junta de Andalucía tramita mientras que San Pablo de Buceite ha solicitado ya transformarse en una ELA. 
Los pequeños municipios gallegos están aquejados de un fuerte envejecimiento poblacional que limita en gran medida la prestación de servicios y que, a su vez, requiere de mayor atención hacia colectivos como los pensionistas y personas en situación de dependencia. Es una de las razones esgrimidas por Cesuras y Oza dos Ríos. Pero otros servicios básicos como la recogida de basuras o el abastecimiento del agua requieren de unos altos costes que pocas localidades pequeñas pueden asumir en solitario. 
El presidente comarcal ensalza el papel de la entidad supramunicipal a la hora de prestar servicios que, de otra manera, serían carísimos para los municipios o prestados bajo déficit permanente. "Es el caso de Arcgisa. Que presta servicios de recogida y tratamiento de residuos sólidos urbanos y abastecimiento de aguas a la mayoría de municipios de la comarca. Creo que es posible mantener la identidad municipal pero estar unidos para conseguir economías de escala", concluye.

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