Agaden pone en marcha un curso para conocer el último río virgen de Europa.
E. Correa
El río Hozgarganta es paso obligado para los habitantes de Jimena. Sin embargo, aunque hay campogibraltareños que conocen la riqueza de su cauce la mayoría ni ha oído que es un río absolutamente virgen desde su nacimiento hasta su llegada a Jimena de la Frontera y que su biodiversidad supera a los mejores ríos del norte de España, gracias a la falta de elementos humanos en su recorrido.
Hay datos estadísticos que avalan este hecho y este curso ha venido a confirmar que su cuenca hidrográfica alberga alrededor del 90% de la variedad de especies vegetales y animales de todo el parque natural de Los Alcornocales.
-Federico Sánchez Tundidor, a la derecha, en una clase práctica con los alumnos junto al río a su paso por Jimena de la Frontera.-
Con estas credenciales, los ecologistas de Agaden en Jimena apostaron por realizar un inventario forestal. Palabras mayores si se tiene en cuenta la riqueza del río y de su entorno. Pero como nada es imposible si hay ganas contó con la imprescindible colaboración de Federico Sánchez Tundidor que durante cuatro meses ha desarrollado un programa de clases teóricas y prácticas efectuadas en apenas dos kilómetros cuadrados del Hozgarganta y cuyos resultados han sido inmejorables para los que confiaron en adentrase en este universo para percatarse de un río con mayúsculas.
En sólo cuatro meses el profesor y experto en biología ha logrado confeccionar un catálogo de 757 especies vegetales y 116 macrofúngicas, todo ello en el pequeño territorio del castillo, el Cao y el Molino de San Francisco.
De los 25 alumnos que han participado en este ambicioso proyecto auspiciado con la ayuda del programa de Voluntariado de la Junta de Andalucía y de la asociación Chantarella sólo 18 han obtenido el certificado. Los participantes se han llevado una base sólida que les permitirá en el futuro poder participar en otros programas de voluntariado ambiental con suficiente solvencia.
Junto a los conocimientos propios de botánica, el curso ha contado con otros relativos a la zoología, ornitología, arqueología y bosques de ribera de la zona que se impartieron de forma intercalada al núcleo central de las clases que conformaron el curso.
La teoría, basada en una extensa bibliografía, básicamente del entorno, pretendió trasladar a los asistentes un enorme abanico de nociones esenciales y necesarias sobre el marco geográfico, la geología (mineralogía, rocas, pliegues y lajas), los usos antropológicos (pastoreo, caza, pesca, leña, carboneo), las claves para la identificación de las especies existentes de árboles, arbustos y leñosas, nociones necesarias para herborizar, las setas comestibles y tóxicas fundamentales, las plantas con usos antropológicos (medicinales, curativos, mágicos), los insectos (coleópteros, arácnidos, mariposas), las aves (diurnas, nocturnas, insectívoras, migratorias) tanto del parque natural de los Alcornocales como del río Hozgarganta. Como no podía ser de otra manera, para recibir el certificado de aprobado los participantes realizaron unas pruebas finales de comprobación de los conocimientos adquiridos.
Independientemente del eminente carácter formativo del proyecto, existen una serie de objetivos que, según Agaden, son la filosofía del mismo y, por tanto lo que le da base a esta iniciativa. Así, se ha pretendido poner en valor medioambiental, educativo y de conservación el río y sus afluentes, mediante una utilización pedagógica, con la intención de buscar una concienciación de respeto al medio ambiente que además es el que más cercano.
Asimismo, el colectivo quiere que la ciudadanía en general valore un lugar en el que poder conocer in situ las características únicas de este entorno, mediante la difusión y exposición de los materiales de interpretación de este espacio para el conocimiento de sus valores. En cualquier caso, Agaden no ha cerrado página. Ahora piensa llevar el herbolario de especies a los centros educativos de Jimena y a la escuela de adultos. "Yo estoy enamorado del Hozgarganta porque se lo merece. He terminado agotado pero encantado porque nunca antes se había estudiado de esta forma el río", confiesa Sánchez, el alma de un curso sin precedentes que es sólo el principio.
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