"El domingo 28 de mayo en Jimena, un acto de contrición y enmienda", por Enrique Alonso

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El domingo, 28 de mayo, será recordado en nuestro municipio, como el día de un acto de contrición y de enmienda de los feligreses de las urnas

En la democracia representativa, cada cuatro años, los ciudadanos preñamos las urnas de ilusiones y esperanzas con la creencia de que podremos mejorar nuestras vidas. Hace cuatro años, depositamos nuestras ilusiones en el programa de IU y en las manos de Fran.  Durante estos años hemos estado a su merced, creyendo que cumpliría el mandato que le obligaba su programa electoral, programa que ha estado durante estos años como un ánima en pena. (Pasmado, aislado y sin rumbo).

Ya han pasado esos cuatro años desde que nombramos a Fran como tutor y garante de nuestras ilusiones y, durante estos cuatro años, Fran ha tenido en sus manos la oportunidad de convertir nuestras ilusiones en realidades, pero creo que ha sido un tiempo desperdiciado. Ahora nos tocará juzgar si el programa electoral de IU ha cumplido con las perspectivas e ilusiones del pueblo o sólo ha cumplido con las perspectivas de Fran.

El próximo 28 de mayo, en ese minuto de gloria que nos da la democracia participativa, tendremos una nueva oportunidad de preñar las urnas con nuevas ilusiones. En ese minuto de “libertad” que nos dan los grandes poderes de este país, tendremos que decidir si fue un acierto depositar nuestras ilusiones en el programa de Fran o nos equivocamos al depositar nuestras ilusiones en sus manos.

Si piensas que fue acertada tu decisión de confiar en Fran, lo tienes muy sencillo, no hace falta que el 28 de mayo hagas un acto de contrición, también te ahorrarás la enmienda. Simplemente deposita de nuevo la papeleta de Fran y tendrás otros cuatro años de lo mismo y serás por otros cuatro años feliz y dichoso.

El problema surge si piensas que cometiste un error en confiar en Fran, si es así, el problema es más complejo de lo que parece. El hecho de escoger esta vez la papeleta de otro partido lleva consigo un acto de contrición y de enmienda. Con ese acto, reconocemos el error que se cometió hace cuatro años y que ahora se quiere corregir. Reconocer ese error es un acto difícil, pero de gran valentía y honestidad, que no todos somos capaces de reconocer, porque a todos nos cuesta reconocer los errores, por eso mucha gente vota una y otra vez al mismo partido, como si su vida dependiera de ello. Lo hacen porque ese partido es su “Santo Grial”, por eso, aunque les defrauden una y otra vez, seguirán votando al mismo partido, antes de reconocer que votaron erróneamente.

Los programas de los partidos son efímeros. Tan efímeros que cuando termina el proceso electoral y se arrojan a la basura las papeletas y sobres, los programas de los partidos van con ellos. Por muchas cosas bonitas que escriban en el programa, “todas son cagajones río abajo”. Absolutamente todas las ideologías y programas de los partidos están supeditados a sus candidatos. ¿De verdad alguien piensa que Fran representa los ideales de IU?. Fran sólo se representa a sí mismo. Hemos permitido que los programas de los partidos, algo tan sagrado, sean las grandes mentiras donde ponen las posaderas los candidatos.

Aquél que reconoce la frustración que le provocó votar el programa de Fran y ahora se arrepiente y el próximo 28 de mayo quiere depositar sus ilusiones en otro partido, le diré: aunque te sientas decepcionado y dolorido, te tienes que sentir muy orgulloso de tu acto de contrición y de enmienda porque eso es la libertad y la grandeza que nos da la democracia representativa. Cada cuatro años elegimos a nuestro representante para que convierta nuestras ilusiones en realidades. Si Fran ha sido incapaz de lograrlo, lo quitamos y ponemos a otro candidato que sea capaz de lograrlo. Así es como se escribe la historia de nuestra democracia, porque gracias a ella, aunque sea representativa, hace que no seamos un país de pensamiento único.

Como el 28 de mayo no se presenta PODEMOS, no tengo partido donde depositar mis anhelos e ilusiones. En el fondo “soy un huérfano ideológico y como la opción de no ir a votar la descarto, porque ya tuvimos bastante tiempo donde votar estaba prohibido, sólo me quedan tres opciones: el voto en blanco, nulo o votar a otro partido.+

Para mí, el voto en blanco significa:  el rechazo a las candidaturas y falta de afinidad a los partidos que se presentan, pero que cree y participa en el sistema electoral.

El voto nulo significa:  un voto “gamberro” que nos dice que se ríe del sistema electoral o de esas elecciones.

Como no puedo votar a PODEMOS en estas elecciones municipales, y como creo en los procesos electorales y no soy un gamberro, también descarto el voto nulo.  Las opciones que me quedan son el voto en blanco o votar a un partido. Ante este dilema, lo primero que tendré que hacer es analizar los programas y, sobre todo, a sus candidatos, para ver si son buenas personas y si tienen el corazón grande y lleno de empatía. Como el programa electoral de IU, para mí, ha sido papel mojado, es decir que no se ha cumplido, excepto en el apartado de fiestas y cachondeo, y como su candidato seguirá siendo el mismo, nada nuevo espero de IU y de su candidato. Por lo tanto, descarto el voto a IU. Sólo me quedan las opciones de votar al PP o al PSOE.

Siempre he navegado en las aguas de las izquierdas, porque considero que las aguas de la derecha son inhóspitas, despiadadas y llenas de tiburones y devoradores de curritos, “reforma laboral, reforma de las pensiones, reforma de la ley mordaza, privatización de la sanidad….” Por eso, sólo me quedaría la opción de votar al PSOE, COMO OPCIÓN DE VOTAR A UN PARTIDO, pero aún no está decidido.

En estos momentos tengo el sobre sin papeleta, de aquí a mayo espero que me convenzan de que la opción de votar en blanco no sea la adecuada. Mi voto está en las manos del programa electoral del PSOE, espero que sea, como decía Baltasar Gracián: “Lo bueno, si breve, dos veces bueno” y, sobre todo, lo importante es que se cumpla. Como nos enseñó Julio Anguita a querer con pasión a los “programa, programa y programa”, porque son los contratos o las Sagradas Escrituras de los partidos con sus votantes, si el partido no cumple con el programa se rompe el contrato y mi voto.

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Foto del alcalde de Jimena Fran Gómez recién elegido alcalde de Jimena en junio de 2019.