Enviado por el Círculo Podemos Jimena.
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El primero de mayo es un día universal: Día Internacional de Trabajadores, Día Internacional de Trabajadoras. El 1º de mayo de 1886 en Chicago, la huelga obrera paralizó esta y otras ciudades en una reivindicación por la jornada de trabajo de ocho horas y por el derecho a la organización sindical. Al año siguiente, cuatro dirigentes obreros, acusados de asesinato, fueron sentenciados sin pruebas en un juicio con muy pocas garantías.
El primero de mayo es un día universal: Día Internacional de Trabajadores, Día Internacional de Trabajadoras. El 1º de mayo de 1886 en Chicago, la huelga obrera paralizó esta y otras ciudades en una reivindicación por la jornada de trabajo de ocho horas y por el derecho a la organización sindical. Al año siguiente, cuatro dirigentes obreros, acusados de asesinato, fueron sentenciados sin pruebas en un juicio con muy pocas garantías.
Han transcurrido 130 años desde aquel 1º de mayo de 1886 que aún seguimos conmemorando porque sus vidas y las de otra mucha gente dieron lugar a importantes conquistas sociales y laborales. Porque nos demostraron que los derechos se conquistan y se defienden en las calles y en las instituciones. Porque en España hay más de 300 sindicalistas con causas pendientes o con condenas firmes, y algunos de ellos encarcelados por defender la igualdad y los derechos de quienes día a día ayudan a levantar el país.
En los últimos años hemos visto cómo las sucesivas reformas laborales se han convertido en el medio que el bipartidismo ha usado para cercenar los derechos laborales y para facilitar el despido, lo cual ha sido fatal para las cifras de empleo, sobre todo en Andalucía. El PSOE prometió en su programa electoral derogar solo la reforma del PP, pero como siempre lo ha olvidado rápidamente, anteponiendo un pacto conservador con Ciudadanos y sus intereses a las promesas electorales.
La juventud andaluza está sufriendo la privación de empleo más que nadie. La juventud ha perdido la certidumbre y quienes encuentran un empleo es a cambio de un salario bajo, y en condiciones precarias. El capital humano de Andalucía se está deteriorando también porque hay personas cualificadas que no encuentran empleo y están emigrando forzosamente; hay un mercado global para personas nacidas aquí dotadas de talento. Talento que nuestra juventud ha conseguido con el esfuerzo personal y a través del sistema de educación pública andaluza.
Cuando le hemos planteado al PSOE alcanzar un pacto para cambiar nuestro país, hemos puesto en el centro de la discusión los derechos sociales y, en particular, los derechos laborales. Además, para garantizar que se apliquen de verdad, nos hemos ofrecido a gobernar en coalición poniendo por delante el interés de la mayoría social.
Nunca más un país sin su gente
En Podemos lo hemos dicho claro desde el principio: nuestro país necesita medidas urgentes que pongan en el centro el sostenimiento de la vida; la defensa de los derechos humanos, que incluyen una forma de ganarse la vida digna. En el documento de «20 medidas urgentes para desbloquear la situación política y alcanzar un Gobierno de cambio» figura la urgente derogación de las dos últimas reformas laborales, impulsando un nuevo modelo de relaciones laborales que tenga como objetivo impulsar la democratización del empleo en torno a los siguientes ejes de actuación:
Reequilibrar la negociación colectiva y mejorar los sistemas de representación en la empresa.
Reducir la precariedad, mejorar las condiciones laborales, que impere la lógica de la dignidad en el empleo.
Impulsar la participación de las personas trabajadoras en la gestión de la empresa.
Eliminar los actos discriminatorios cometidos por personas empleadoras o terceras en el ámbito laboral durante la contratación, el ascenso, la asignación laboral, la terminación, la compensación, y otros.
El discurso sobre los derechos laborales se ha centrado demasiado en los hombres, dejando de lado a las mujeres que constituyen un sector de la población muy afectado por la crisis. La transformación social significa avanzar hacia una sociedad de cuidados colectivos, con un potente sistema público que permita desfeminizar los cuidados y recuperar las enseñanzas, que han sido exclusivamente femeninas, para toda la sociedad; significa desprecarizar la vida y frenar la exclusión y, por supuesto, que el Estado asuma su responsabilidad como garante del bienestar general. La garantía de los derechos humanos debe realizarse por ley para poder exigir la garantía del derecho. Nunca entendimos que el PSOE votara en contra de la propuesta de Ley de Emergencia Habitacional y Pobreza Energética en Andalucía, mientras que en Cataluña se aprobaba por unanimidad.
Un país contigo
La mejora de las condiciones de vida pasa por el desarrollo de las capacidades de nuestra gente a través de la educación y también pasa por facilitar una forma digna de ganarse la vida para poder sostenerla. Desde que nacimos, Podemos lleva alertando del agotamiento del modelo productivo del bipartidismo en España y del monopartidismo del PSOE en Andalucía. Se trata de gobiernos que han potenciado un modelo productivo basado en la hipertrofia del sector inmobiliario y han puesto en marcha políticas de austeridad basadas en una ideología contraria al interés general. En nuestro programa electoral se recoge la necesidad de activar un ambicioso plan de inversión pública que ponga en el centro la creación de empleo a través de la mejora de los cuidados y los servicios sociales, a través de la transición energética, y mediante el fomento de las redes de innovación que se están generando en torno a estos nichos laborales.
En los últimos años hemos visto cómo las sucesivas reformas laborales se han convertido en el medio que el bipartidismo ha usado para cercenar los derechos laborales y para facilitar el despido, lo cual ha sido fatal para las cifras de empleo, sobre todo en Andalucía. El PSOE prometió en su programa electoral derogar solo la reforma del PP, pero como siempre lo ha olvidado rápidamente, anteponiendo un pacto conservador con Ciudadanos y sus intereses a las promesas electorales.
La juventud andaluza está sufriendo la privación de empleo más que nadie. La juventud ha perdido la certidumbre y quienes encuentran un empleo es a cambio de un salario bajo, y en condiciones precarias. El capital humano de Andalucía se está deteriorando también porque hay personas cualificadas que no encuentran empleo y están emigrando forzosamente; hay un mercado global para personas nacidas aquí dotadas de talento. Talento que nuestra juventud ha conseguido con el esfuerzo personal y a través del sistema de educación pública andaluza.
Cuando le hemos planteado al PSOE alcanzar un pacto para cambiar nuestro país, hemos puesto en el centro de la discusión los derechos sociales y, en particular, los derechos laborales. Además, para garantizar que se apliquen de verdad, nos hemos ofrecido a gobernar en coalición poniendo por delante el interés de la mayoría social.
Nunca más un país sin su gente
En Podemos lo hemos dicho claro desde el principio: nuestro país necesita medidas urgentes que pongan en el centro el sostenimiento de la vida; la defensa de los derechos humanos, que incluyen una forma de ganarse la vida digna. En el documento de «20 medidas urgentes para desbloquear la situación política y alcanzar un Gobierno de cambio» figura la urgente derogación de las dos últimas reformas laborales, impulsando un nuevo modelo de relaciones laborales que tenga como objetivo impulsar la democratización del empleo en torno a los siguientes ejes de actuación:
Reequilibrar la negociación colectiva y mejorar los sistemas de representación en la empresa.
Reducir la precariedad, mejorar las condiciones laborales, que impere la lógica de la dignidad en el empleo.
Impulsar la participación de las personas trabajadoras en la gestión de la empresa.
Eliminar los actos discriminatorios cometidos por personas empleadoras o terceras en el ámbito laboral durante la contratación, el ascenso, la asignación laboral, la terminación, la compensación, y otros.
El discurso sobre los derechos laborales se ha centrado demasiado en los hombres, dejando de lado a las mujeres que constituyen un sector de la población muy afectado por la crisis. La transformación social significa avanzar hacia una sociedad de cuidados colectivos, con un potente sistema público que permita desfeminizar los cuidados y recuperar las enseñanzas, que han sido exclusivamente femeninas, para toda la sociedad; significa desprecarizar la vida y frenar la exclusión y, por supuesto, que el Estado asuma su responsabilidad como garante del bienestar general. La garantía de los derechos humanos debe realizarse por ley para poder exigir la garantía del derecho. Nunca entendimos que el PSOE votara en contra de la propuesta de Ley de Emergencia Habitacional y Pobreza Energética en Andalucía, mientras que en Cataluña se aprobaba por unanimidad.
Un país contigo
La mejora de las condiciones de vida pasa por el desarrollo de las capacidades de nuestra gente a través de la educación y también pasa por facilitar una forma digna de ganarse la vida para poder sostenerla. Desde que nacimos, Podemos lleva alertando del agotamiento del modelo productivo del bipartidismo en España y del monopartidismo del PSOE en Andalucía. Se trata de gobiernos que han potenciado un modelo productivo basado en la hipertrofia del sector inmobiliario y han puesto en marcha políticas de austeridad basadas en una ideología contraria al interés general. En nuestro programa electoral se recoge la necesidad de activar un ambicioso plan de inversión pública que ponga en el centro la creación de empleo a través de la mejora de los cuidados y los servicios sociales, a través de la transición energética, y mediante el fomento de las redes de innovación que se están generando en torno a estos nichos laborales.
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