viernes, 26 de junio de 2015

"Pongamos que hablo de Andrés", por Francisco Quirós "Pacurro"

Beffa fue homenajeado por los trabajadores de la JMD el pasado mayo.
En la foto con Manuel Delgado, policía local trabajador de la JMD ya jubilado.
Para nada es mi intención en este post ensalzar  la  figura de Andrés Beffa, creo que con el artículo breve conciso y preciso que ha tenido a bien publicar el erudito de las letras don José Antonio Hernández ha podido bastar -Leer aquí-, al margen de otros de similar contenido.

Una vez que su retirada de la vida política es una realidad vengo a reflexionar sobre la imagen pública  de esta persona, conocida por mi desde hace mucho,  desde  la época cuando  ejercía de  batería del grupo OBA, ha llovido desde entonces.

Andrés no pasa inadvertido, no deja indiferente a nadie, o se le quiere o se le rechaza. Creo sin temor a equivocarme que hay más de lo primero que de lo segundo.

He mantenido y continúo  una relación a lo largo de los años, cordial, respetuosa, cercana a la amistad,  digo solo cercano, ya que el término amistad no debiera emplearse alegremente con cierta frivolidad.


A pesar de esa buena relación  para nada ha sido obstáculo que discrepáramos  en muchas ocasiones, un ejemplo durante mucho tiempo nuestra visión sobre la cuestión de la segregación de Tesorillo se ha situado  en las antípodas, pero siempre dentro de un contexto de respeto mutuo y tolerancia.

En el 2008 junto con otros representantes sindicales del Ayuntamiento negociamos  un acuerdo regulador de los funcionarios y trabajadores municipales. Negociación dura donde las hubiere, firme en su convicción, curtido en muchas batallas de ese calado, no fue fácil ni mucho menos llegar al citado acuerdo, pero cuando tuvo que ceder lo hizo, para que tanto Ayuntamiento como empleados,  saliésemos moderadamente contentos , como suele ser en  la mayoría de las ocasiones en  ese tipo de acuerdos.

Recuerdo su dos frase lapidarias “Ustedes representáis a los trabajadores, pero yo represento a los de ahí fuera”, todo esto gesticulando con ambos brazos hacia las ventanas que daban al exterior,  o la más famosa “Dame unos buenos mimbres y os haré un buen cesto”. Confieso públicamente que si tuviera que negociar de nuevo con Él, antes preferiría que me extrajeran  una muela sin anestesia.

Personalmente puedo decir y no me duelen prendas que  cumplió su palabra con mi colectivo al prometernos que antes de finalizar su delegación como concejal de seguridad,  nos conseguiría una Jefatura digna, por supuesto bajo la autorización o beneplácito del alcalde por aquel entones Pascual Collado, pero sin su mediación y  empeño mucho me temo que no se hubiese conseguido, es de justicia reconocer que su sucesor en el cargo, Cristóbal Lirios   prosiguió  con la labor  de consolidación de las instalaciones, no tengo dudas  que  la nueva concejal  de seguridad María del Mar Vega, continuará con la labor de sus antecesores .

     Tengo la firme convicción,  que los pueblos no se equivocan cuando otorgan la mayoría a un determinado candidato o formación política.  Pero aceptemos que se equivoquen una vez, pero no siete, que han sido las que Andrés ha ganado en San Pablo, recordar que en  las municipales del  2011 San Pablo fue el único núcleo del término donde ganó su partido. Algo tendrá el agua cuando la bendicen, el vino cuando lo consagran y Beffa cuando lo votaron, del mismo modo que han tenido otras personas de partidos distintos, que ganaron no siete pero si varias elecciones.

    Una actitud que siempre le reconocí,  cuando tenía  el convencimiento  que debía ser   No era que No, o viceversa, sin medias tintas,  que podía errar por supuesto, pero de frente y dando la cara. Estos son mis razonamientos, nada tengo que agradecerle pero tampoco tiene que agradecerme nada, claro que aquí cabe aplicar el dicho popular, “Cada cual cuenta la feria como le va”.  La historia local lo juzgará.

 Desearle mucha salud, del resto ya se encargará Andrés.

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